13: "𝑴𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆́"

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¿Qué es lo que nos pasa por la cabeza en el instante preciso en el que decidimos arriesgarlo todo? Nos justificamos a nosotros mismos con frases tales como: "La vida no es eterna" "¿Si no soy felíz ahora, entonces cuando lo seré?" "¿Y si es el últ...

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¿Qué es lo que nos pasa por la cabeza en el instante preciso en el que decidimos arriesgarlo todo? Nos justificamos a nosotros mismos con frases tales como: "La vida no es eterna" "¿Si no soy felíz ahora, entonces cuando lo seré?" "¿Y si es el último tren?" "¿Valdrá la pena dejar pasar la oportunidad?" La vida es una aventura y como en todas ellas, hay riesgos que aceptar cuando decides saltar desde el puente hacia la nada.

La mano que descansaba sobre la espalda femenina era firme cuando subían por el ascensor que los llevaba desde el subsuelo del estacionamiento hacia la planta baja para recepcionarse. Juntos. Como una pareja. En frente de todo mundo. A la vista de que los viera sorprendiera y pudiera juzgar sus acciones, ensuciar sus sentimientos, dudar de sus intenciones, poner en vilo sus valores, su sensatez, su virtud y moral. Alzó la mirada para hallar a Esteban San Román, quien la sostenía como si su cuerpo le perteneciera y creyó estar sufriendo un dejavú. La realidad la noqueó con un duro golpe que la colmó de decepciones de sí misma y de ese hombre que la había arrancado del sueño en el que dormía, con intenciones de sumergirla en otro prácticamente igual, o quizás peor...

—¿Qué estoy haciendo? —Murmuró una vez se encontró en el reflejo en la pared del ascensor, de pie, con un hombre poderoso lleno de seguridad y el machismo dirigiendo sus pasos. "Pero claro, ¿qué puedo esperar de esta casa sumida en el machismo en el que nos criaste?" Resonaron las palabras de su hija Mariana en sus oídos. Su vida se había basado en seguir órdenes, complacer al pie de la letra los deseos de Enrique Mendoza y no había hecho absolutamente nada para cambiar esa situación, solo se había dejado llevar por esa marea, sin considerarse a sí misma en lo absoluto, olvidándose por completo de su poder de decisión. Victoria de veinte años estaría decepcionada.

—¿Cómo? —Preguntó él, cuando le dirigió su mirada serena. Ese hombre, ese hombre repleto de cualidades hermosas y expresiones perfectas, no era más que un mentiroso. Sí, la personificación de la palabra "engaño", decidió cuando se apartó de su agarre y lo miró como si de un homicida se tratara.

—¿Qué me hiciste hacer? —Susurró detallando sus expresiones ante sus palabras. Era un pequeño mentiroso y ella había caído en su trampa. Él le miró preocupado ante su repentina actitud. —¿Pero qué estoy haciendo? Estoy perdiendo el juicio... —Se señaló y tragó el taco que se le había anudado en la garganta. Había sido tan tonta de ceder su voluntad nuevamente, ante un hombre que se estaba aprovechando de su estúpido defecto de querer complacer a todo lo que le extendiera una cuerda de afecto y quizás, compasión.

Un calor inflamable le recorrió por completo, el estómago se le anudó profundamente manifestándose en las náuseas que sintió mediante el impacto de su reflexión. El cuerpo le tembló por completo, su pulso resonó en sus oídos como un estruendo constante y una intensa migraña se intensificó en su cabeza. El rencor hacía estragos en su interior.

𝑨𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒛⊰ [ParejaTekila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora