31: "𝑰𝒍𝒖𝒎𝒊𝒏𝒂𝒎𝒆"

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El ambiente se había cargado de una tensión bastante incómoda. ¿Cómo podía imponerle tanto con su sola mirada? Tenía un poder.

-¿Co-cómo lo supiste? -Tartamudeó si poder evitarlo y reconoció que él le miró con culpa. -¿Estuviste revisando mi teléfono? -Preguntó ahora asombrada y él negó la cabeza rápidamente.

-Jamás haría una cosa así, Victoria -Aclaró y se recriminó el haber visto en donde no debía, no le gustaban ese tipo de situaciones, eran incomodas e innecesarias. -Confío en ti, jamás estaría revisando nada sin tu consentimiento. -Insistió en su inocencia.

Esteban le comentó brevemente cómo es que se acercó al ver llegar el mensaje y descubrió su contenido. Ella aceptó aquella explicación, se oía muy natural, no podía no creer en él.

-Comprendo. -Aunque la curiosidad no era algo por lo que juzgar a nadie, sabía también que era mejor que hablase antes de que pudiera ser más grave. -¿Por qué no me lo dijiste? Ahora comprendo porque tu actitud de todo el día, has estado molesto por lo que dice ese mensaje ¿verdad? -Dijo y sintió repugnancia por el acentuado "mi amor" que había leído esa mañana. Estaba segura que ese era el mensaje que había visto. Esteban meció la cabeza negativamente, otra vez.

-Claro que no, yo sé que tu me amas como yo te amo a ti. Me molestó que no confiaras en mí lo suficiente como para decidir qué debo saber si alguien te está acosando. -Admitió sabiendo que, ahora más que antes, estaba seguro de quién se trataba.

-¿Cómo podría decirte algo de lo que no estaba segura? No quería alarmarte por unos mensajes sin sentido de un número desconocido, se podrían estar equivocando de persona o eso pensé en un principio. Entonces comenzaron a hacerse más frecuentes, más agresivos y había decidido decírtelo mañana, porque hoy no tuve ganas de hablar de eso la verdad, pero tu te adelantaste. -Dijo con la voz agotada. Si habría una discusión, había pensado que ya era suficiente con la que habían transitado en la mañana.

-Dímelo, necesito saber que dicen, ¿son más? Dímelo por favor, Victoria -Esteban pudo ver fácilmente como todo aquello la agobiaba. Ella suspiró antes de asentir.

-Estoy segura de que es él, ¿quién más sería? -Dijo con sarcasmo y él le miró muy serio.

-¿Hubieron más mensajes? -Insistió sabiendo esa respuesta. Ella le miró en una súplica.

-Si, muchos y los recibo a diario. Por eso quería hablar contigo...

-¡¿Y cómo no me lo has dicho antes?! -Preguntó ahora recobrando la molestia que sintió esa mañana, alzando un poco su voz ¡Lo sabía! ¡Sabía que no era nada bueno!, pensó con desagrado. Ella le miró con angustia. -¿Desde cuándo? -Quiso saber, mientras se ponía de pie. Ella le miró con pesar mientras él salía de la tina y se cubría con una bata. Estaba muy molesto, y tenía razón de estarlo, ella le había ocultado algo que no era tan relevante como lo imaginaba. -Dímelo, por favor.

-Esteban por favor, no quiero discutir contigo por esto... ¡Es que no tiene sentido por Dios! -Concluyó ella, pero él negó con la cabeza, no aceptando esa respuesta.

-¿Hace cuánto estás recibiendo esos mensajes, Victoria? -Ignorando sus intenciones de simular que aquello no era un grave problema, Esteban notó la tensión en su rostro. Ella bajó la mirada como niña regañada.

-Hace dos semanas. -Respondió y le vio darle la espalda. Los pensamientos volaron instantáneamente, ¿y si estaban planeando hacerle daño y él apenas se estaba enterando? Le dirigió una mirada repleta de desaprobación.

-No puedo creer que hayas sido tan inconsciente, es que no puedo... -Retuvo sus palabras al ver su mirada suplicante y se volteó caminando hacia la recámara a paso firme, signos de su enojo.

𝑨𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒛⊰ [ParejaTekila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora