28: "𝑬𝒏 𝒂𝒒𝒖𝒆𝒍 𝒉𝒐𝒕𝒆𝒍"

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Un mes después...

Había pasado un mes desde el día que abrió su corazón al hombre que amaba. Y con cada instante después de esa platica, Esteban se convertía en más maravilloso.

Hablemos de defectos, aunque Esteban San Román fuera jodidamente obstinado y le gustara tener el control de absolutamente todo su entorno, era realmente muy respetuoso, considerado y le gustaba llevar la fiesta en armonía, y quizás no fueran defectos, pero habían tenido muchos debates al respecto. Si, había sido un gran suceso comprender que, en una pareja, lo correcto era poder debatirlo absolutamente todo, "negociar" los objetivos. Pero las verdaderas diferencias comenzaron el día en el que Victoria descubrió la cantidad de oportunidades que abrió para Mariana, sin siquiera consultarlo con ella.

Flash

Sus mejillas estaba rojas y sus ojos abrillantados de angustia de solo pensar que su hija se iría muchos kilómetros de distancia de su lado y que ya no tenía modo de detenerla.

-¿Quién rayos te creíste que eras San Román? ¡Es mi bebé! ¿Con qué derecho tomas decisiones como esas? ¿No que debíamos debatirlo todo? -Exclamó ella, tan explosiva desde su regreso a la lucidez.

Esteban esquivó el cojín que su prometida le lanzó y presionó los labios ante la evidente angustia que aguaba su mirada, no le gustaba verla tan molesta, pero disfrutaba de que expresara sus sentimientos íntegramente. Que ella se sintiera segura para expresar sus emociones, hacía que el corazón de Esteban bailara con orgullo y tranquilidad.

-Cariño no ha sido mi decisión, ella solo me confesó los deseos que tenía y quise ayudar ¡Victoria ya! -La detuvo cuando ella intentaba lanzarle las almohadas que tenía a su alcance.

El hombre no pudo evitar reír ante su molestia, ella era demasiado bella cuando se molestaba. Su hermosa nariz arrugada, su ceño fruncido, sus labios presionados en un casi mohín y esos hermosos ojos flameando de ira, le fascinaba esa atractiva mirada, él pertenecía allí.

-No puedes arrebatarmela tan pronto, apenas llevo unas semanas conviviendo con ella y comienza a comunicarse conmigo... -Susurró como una pequeña berrinchuda, el hombre pensó que solo le faltaba dar un pisotón al suelo como su pequeña hija Estrella para deshacerse de ternura.

Victoria se dejó caer sentada a la orilla de la cama, exhalando un largo suspiro. Ella aún se acostumbraba a la idea de que su pequeña Mariana ya fuera una mujer, no podía comprender que su niña ya no estuviera en la preparatoria y que tuviera una beca asegurada en una universidad de Estados Unidos, gracias a su entrometido prometido.

-Amor, debes pensar que es lo mejor para ella, le hará bien comenzar de nuevo, hacerse responsable de sí misma, realizar una nueva rutina, conocer gente nueva, lo hacen muchos chicos a su edad... -Habló el hombre, sentándose a su lado e intentando acercarse poco a poco a su piel.

-Pe-pero... -Jadeó, ahora con las lágrimas al borde, una vez lo miró. Esteban descansó un beso en su mejilla y sonrió para ella.

-Te comprendo y créeme, será el mejor verano de sus vidas, pasarás tiempo a su lado, podremos ir de vacaciones. Y cuando esté instalada, podremos ir a visitarla todas las veces que tu quieras, todo estará bien mi amor... -Señaló San Román, intentando darle seguridad y calma.

𝑨𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒛⊰ [ParejaTekila]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora