Capítulo O9.| "Señorita Reynolds."

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Capítulo O9. | "Señorita Reynolds."

PDV de Tn.

-Hey-dijo él. Era Kendall. Pero ¿Qué hacía aquí?

-Hey-dije agachándome un poco para poder estar a la altura de la ventana-. ¿Qué haces aquí?-fui directa.

-Quería ver si ya no estabas molesta conmigo-sonrió de lado.

-No estaba molesta contigo-era verdad. Estaba molesta con Kathleen.

-Uff menos mal-fingió sacudirse el sudor con una mano. Reí.

- ¿Dondé esta Kathleen?-dije metiendo mi cabeza por la ventana para ver si no estaba ahí. Al no verla, saque mi cabeza.

-Eh peleado con ella y se fue hecha una furia de mi casa, supongo que ira en su auto-río. ¿Qué? ¡SI! Él y la bruja habían peleado.

-Esta bien-dije como si nada-. Como haz visto que no estoy molesta contigo, creo que ya te puedes ir-volví a mi posición normal para que el pudiera irse.

- ¿No quieres que te lleve?-preguntó. Volví a agacharme.

-No, Michelle me lleva, bye-le lance un beso volado, hizo como que lo agarraba y lo guardaba. Reí era un tonto.

-Para al rato-dijo refiriéndose a el beso.

-Coqueto-dije negando con la cabeza-. Peleas con tu novia y ya estas coqueteando-reí.

Cheque la hora en mi celular. 7:20.

-Schmidt, si no te vas ahora llegaras tarde-dije seria.

-Bipolar-dijo refiriéndose a mi cambio de humor tan repentino. Reí-. ¡Ves! Bipolar-río ahora él.

-Ya chico, ve al Instituto-me quite de la ventana.

-Adios bonita-se despidió él y arrancó.

Vi que el auto ya estaba lo bastante lejos y me puse a bailar como loca de felicidad.

Baile
Feliz.

Él había peleado con Kathleen. Toma perra. Por engreída. Y...¿el me había dicho bonita?

Ese Schmidt si que era un Don Juan con las chicas.

- ¡SI! ¡Por perra engreída te pasa!-escuche la risa de Michelle. Mierda. Había pensado en voz alta. Me volteé y la vi ahí riendo. Corrí para llegar junto a ella.

- ¿Por qué es el "Baile Feliz"?-preguntó ella-. Y ¿quién es la perra engreída?-río.

- ¿Tu quien crees? La única perra engreída-reí-. Y que Schmidt y ella han peleado-celebré de nuevo.

-Y eso es bueno ¿por qué...-dijo insitandome a continuar.

-Porque la perra estará de mal humor-reí.

-Se te olvida algo, querida-respondió ella.

- ¿Qué cosa?-pregunte.

-Que si ella esta de mal humor, nos hará la vida imposible a nosotras.

-No lo creo-vi la hora. 7:25-. Vayámonos, que llegaremos tarde.

Llegamos al auto y nos subimos, hoy no iríamos por nuestro Starbucks ya era demasiado tarde y es que el Instituto no estaba tan cerca que digamos.

Después de 20 minutos llegamos al Instituto, obviamente demasiado tarde.

Nos bajamos y fuimos a nuestros salones, no fuimos por nuestros libros ya que de todos modos no nos dejarían pasar.

Empecé a fingir respirar dificultosamente y como si hubiera corrido.

Toque la puerta y la abrí.

-Perdone Señorita Reynolds, se me hizo tarde-tome una bocanada de aire para que se lo creyera.

-Señorita Jones, ya es demasiado tarde como para que usted entre a clase- dijo estricta-. Le voy a pedir que se retire y las tareas de hoy me las entregara mañana a primera hora, al igual que su tarea extra-llego hasta la puerta, me saco del salón y cerró la puerta en mi cara.

La señorita Meghan o mejor conocida como Señorita Reynolds no era una maestra vieja sería a lo mucho de unos treinta y tantos. Su cabello rubio, delgada y esbelta. ¿Qué se creía que por ser la maestra favorita de los chicos me podría tratar así? No lo creó.

Además de que me pedía las tareas para mañana, cuando no me toca su estúpida materia de lengua me las pide para la primera hora y me dejara tarea extra. Genial.

Volví a mi casillero, saqué los libros de la materia siguiente y los metí a mi mochila y camine rumbo hacia la cafetería.

RUDE  | kendall f. schmidt |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora