𝗦𝗞𝗬𝗟𝗘𝗥: 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗠𝗮𝗿.

20.

Capítulo 20: Feliz, feliz no cumpleaños.

SKYLER.

—Feliz cumpleaños, Bella.

—Feliz cumpleaños, Sky.

Le doy un abrazo para complementar nuestro saludo. No falta mucho para que papá venga a vernos, así que intercambiamos regalos con rapidez. Mi obsequio para ella es un brazalete con pequeñas caracolas de mar que encontré en la playa la última vez que fui a La Push. Le quito la envoltura al que ella me dio y me encuentro con un anillo con el dije de una estrella de mar de color plateado.

—¿Te gusta? —cuestiona con inquietud.

—Es demasiado hermoso, Bella, ¡me encanta! —Sonrío contenta ante su regalo—. Espero que te guste el mío.

—Lo hace, Sky —garantiza, estirando su mano para tocar la mía—. Es como llevar una parte de ti conmigo.

Nos fundimos una vez más en un abrazo, Bella deja un beso sobre mi frente y murmura un «Te quiero», que obviamente correspondo. Papá no tarda en llegar a felicitarnos, lleva con él los regalos que mamá envió para nosotras y los de él.

—Feliz cumpleaños, niñas.

Mamá envió una bufanda hecha a mano con figuras pequeñas de animales marinos junto a una nota donde me pide ir a visitarla para probar el mar de Jacksonville. Papá me regala un pequeño llavero con la forma de unos pececitos nadando.

Este es uno de los primeros cumpleaños que Bella y yo vamos a volver a pasar juntas; realmente quiero que sea un día especial entre los tres, aunque bueno, Edward y algunos extras podrían venir. Tengo planeado regresar a casa temprano para preparar una cena y hacer un pastel; no creo que me alcance el tiempo, así que lo compraré con los ahorros que tengo.

Me bajo del monovolumen de Bella a penas llegamos al instituto y ella me pide posar para que me tome una fotografía con la cámara que le regaló nuestra madre. Después nos acercamos hacia Edward y Alice; el día de hoy, Haeden tampoco se encuentra con ellos. Así como ayer, ni él ni los gemelos están por ninguna parte, lo que es muy extraño.

Tengo cierta inquietud a medida que nos acercamos a ellos, pero se disipa de golpe. Por un momento creo que Jasper se encuentra ahí, pero no es así. Mi atención se pone en el bonito Porsche que llega al estacionamiento con la música alta. Frunzo el ceño cuando veo bajar a los gemelos y Haeden, dos de ellos tienen una expresión contenta y el único que se ve intranquilo es Bastian.

—Sigamos —me dice Bella, aferrándose a mi brazo.

—Uhm, creo que... —Miro a mi hermana; ella me sonríe y luego lleva sus ojos hacia Edward. Nos está viendo con cierta preocupación—. Iré a saludar.

Me libero de su agarre y avanzo hacia el trío que hablan entre ellos en voz baja. Sin esperarlo, Athan me envuelve en un abrazo y me eleva unos centímetros del suelo.

—Supongo que feliz cumpleaños, Skyler —felicita, dejándome en el suelo—. Lamento decirte que no tengo regalo de cumpleaños para ti, pescadito.

—No importa —musito, acercándome a Haeden—. Tuve que hacer el trabajo de Biología sola porque no viniste ayer.

—Al carajo, Lynae —se burla. Frunzo el ceño cuando le escucho llamarme así, mas no digo nada—. Es tu cumpleaños.

Nunca comprendí por qué Haeden suele decir las cosas de forma sugerente, como si quisiera sembrar alguna duda en la persona a la que se dirige. Decido ignorarlo esta vez.

—Feliz cumpleaños —Bastian me felicita con más calma.

—Mierda, tengo hambre —se queja Athan, frotando su rostro cansado.