Capítulo 30: Verdad que todos saben.
SKYLER.
Hay una mujer cantando a lo lejos, suena como una canción de cuna, suave y dulce. Me acerco despacio a ella, observando su espalda y el largo cabello nácar que cae como una cascada con ondas. Me percato del arrullo que le tararea a dos bebés.
—Abrir la mente es aceptar la verdad, mi adorada Lynae.
Frunzo el ceño, observando los alrededores. Es una playa tropical, el cielo no tiene rastros de alguna nube y el sol brilla en su punto más alto. Ella se gira, sonriendo con calidez. Se acerca a mí y pone una mano sobre mi mejilla. Sus ojos son hermosos, de un brillante azul cielo. Me recuerda a... mí.
—Mi orgullo son ustedes tres, sangre de mi sangre. —No entiendo por qué sus ojos bellos se cristalizan—. Yo me rendí, pero fue porque no soportaba ver a mis niños sufrir. Y creí..., que huyendo, estaríamos a salvo. No fue así. Me enorgullece decir que no fue cobardía, fue la valentía que me producían sus hermosos rostros con vida.
La silueta de un hombre toma a los bebés que lloran por su madre. Puedo escuchar unos susurros, seguidos de las risas infantiles que brotan de esas pequeñas criaturas.
—No está mal rendirse, mi hermosa niña, pero te pido que no juzgues a mis niños por no querer continuar de ese modo —susurra, dejando un beso sobre mi frente—. Pelea por ti, cielo mío. Pelea por proteger a los tuyos, como yo alguna vez hice, como tu padre hizo.
El hombre se voltea a verme con esos impactantes ojos verdes, sonriéndome con mucho cariño. Los bebés mueven sus bracitos, inquietos y felices.
—Adiós, mi dulce niña —susurra el hombre.
No me muevo, veo como caminan hacia el mar. Con tristeza, puedo asegurar que se sonríen hasta el final. Es evidente que son dos almas que se encuentran en paz. Pero me hace sentir triste verlos partir; quiero ir tras ellos, pedirles que me lleven y que me protejan.
Voltean una vez más hacia mí, sacuden sus manos como despedida y se hunden con las olas del mar. Esa familia compuesta de una pareja y dos bebés, desaparece ante mi atenta mirada. Cierro los ojos, sintiéndome en calma.
Escucho un eco a lo lejos, voces tratando de llegar a través de una corriente húmeda. Sintiendo que hay cierta suavidad a mi alrededor, decido salir del sueño y abro los ojos. Todo está oscuro, pero hay una luz arriba, que va difuminándose.
Estoy bajo el agua. Mi mente va olvidándose de lo que soñé y...
Oh... ¡¿qué?!
Me remuevo, soltando un grito, pero nada más que una burbuja de aire sale de mi boca junto a un ligero eco que parece acústica subacuática. Aquello solo consigue que me sobresalte, llevándome las manos al cuello.
Gimo ante lo sensible que se siente esa zona, es como un dolor que está sanando despacio, pero cualquier rastro de preocupación se va de mi cuerpo cuando percibo tres cortadas a cada lado de mi cuello. Alejo mi tacto de esa zona sensitiva y, con horror, puedo apreciar mis manos, lo que me hace sacar otra burbuja de aire.
Mis dedos tienen algo adicional. Están unidos por una membrana interdigital, como las que tienen las ranas que estudiamos en Biología. Mis uñas están más grandes y se asemejan a las garras afiladas de algún animal. Tienen un feo color verde limón que rápidamente cambia a un tono morado.
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𝗦𝗞𝗬𝗟𝗘𝗥: 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗠𝗮𝗿.
Fanfiction𝗦𝗞𝗬𝗟𝗘𝗥 | ¿Puedo sentarme? Jasper Hale fanfic. Cada día, cuando sale el sol, ella se sumerge. Cada noche, cuando sale la luna, ella desea estar bajo el agua. Skyler ama el mar y quiere descubrir los misterios que habitan en él, sin saber, que...