07.

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Capítulo 7: Indecisión.

SKYLER.

—Sky, te traje el desayuno. —Bella se adentra con una bandeja llena de comida—. ¿Segura que no quieres ir?

—No me siento bien —reitero. Asiente, sentándose al borde de la cama.

—Por favor, come, ¿bien?

Le sonrío, aceptando el desayuno.

Me quedo en casa, sin ganas de nada. Es un día lleno de sol y perfecto para la playa. No obstante, no me apetece ir a La Push. Me pregunto si sería probable ver a Paul, pero mi mente me responde que no.

Es mejor dejar las cosas así, ¿no?

Sí, supongo que sí.

Ni siquiera me cambio de ropa al día siguiente. Tampoco voy a la escuela. De seguro papá y Bella creen que me estoy quedando para huir, sin que se den cuenta, a La Push.

No quiero levantarme de la cama para nada que no sea vital, como beber agua o mear.

Bella se va con sus amigas a Port Angeles, así que continúo disfrutando de mi encierro post ruptura de una relación que no duró nada y que terminó... Fue repentino. Todo lo fue.

Necesito un poco de helado de fresa con pastel de chocolate cubierto de fudge de chocolate y crema de café. También quiero que tenga todo tipo de frutos secos a excepción de esas pasas horribles.

Bajo a buscar un poco a la nevera. No tengo suerte. Solo encuentro un poco de yogur de vainilla. Le echo cereales para simular el efecto de los frutos secos.

Pongo un poco de música en la radio para entretenerme.

¿Se nota que estoy aburrida?

Es extraño. Quiero hacer algo, pero no quiero hacer nada porque quiero disfrutar mi ruptura en silencio. No obstante, quiero sentir que sirvo para algo justo ahora.

Odio los pensamientos confusos de mi cabeza.

Me voy a dormir después de un rato de aburrimiento. Papá me levanta para cenar y así lo hago, después me despido de él para regresar a mi encierro.

No quiero ser juzgada, pero justo ahora estoy atravesando una ruptura de mierda. Merezco llorar todo lo que quiera, aunque no llore y solo me encierre.

Al carajo, sí quiero llorar, pero no lo haré.

—¡Suficiente, Sky! —exclama Bella, a la mañana siguiente—. Vamos a la escuela.

Me mira con seriedad. Sus manos están en su cintura y tiene esa mirada de regaño. Suelto una carcajada sin poder evitarlo.

—De acuerdo, me alistaré...

—Rápido. El desayuno te espera.

Le doy una mirada llena de ternura cuando abandona mi habitación. A veces detesto que se preocupe demasiado por mí, pero supongo que es cosa de hermanas mayores.

Me alisto con rapidez y luego bajo a desayunar. Ella me ha hecho panqueques de avena junto con un batido de frutas.

—Ayer sucedió algo —me dice, afligida.

Frunzo el ceño. —¿Qué ocurrió? —inquiero con preocupación.

—Fui a comprar unos libros y cuando iba a buscar a las chicas..., unos tipos trataron de...

Aparto mi plato. —¿Te hicieron algo? ¿Por qué no nos dijiste ayer?

—No quería preocuparlos —expresa—. Además, no pasó nada más grave. Edward Cullen me salvó.

𝗦𝗞𝗬𝗟𝗘𝗥: 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗠𝗮𝗿.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora