40.

853 58 29
                                    

Capítulo 40: Emociones intensas.

JASPER.

En el mundo hay miles de maravillas, objetos o lugares. Incluso hay personas que pueden ser una acepción de esa palabra, aunque nadie es más prodigioso que Skyler; más allá de lo que esperan que sea o lo que está destinada a ser, es mejor. Admiro su capacidad de subsistir a pesar de las perspectivas negativas que la acechan. Ella es una guerrera, nacida para ser una reina, que apenas está descubriendo quién es y quién puede ser con sus propias decisiones.

Dudo mucho encontrar a una persona más resiliente que ella.

Sus hermosos ojos de iris aguamarinas están abstraídos en el camino hacia Forks, puesto que en menos de una hora estaremos cruzando los límites del pueblo y, a partir de entonces, a minutos de enfrentar a todos, en especial, a su familia.

Antes de seguirla hasta Florida, pude ver el incordio que había generado en sus hermanos por marcharse sin avisar. Fueron a mí, creyendo que estaba conmigo, y me interrogaron. Hasta cierto punto, y solo por la actitud del hermano mayor, comprendo lo presionada que se siente. El gemelo menor es menos evidente en cuanto a su posición, mas a mí nadie puede engañarme.

Todos se delatan por cómo se sienten.

Una vez que lleguemos, no me importaría recibir su hostilidad de nuevo, con tal de evitar que la importunen después de lo ocurrido en Miami.

De forma instintiva, enfilo mi mirada en lo que hay en el asiento trasero del auto. Descontando la maleta de mano y la jaula de la cobaya, está la mochila de Skyler. Tuve que trasladar todo su contenido a la maleta para que ella pudiera usarlo como un contenedor.

Domino la furia que sentí al encontrarla en la playa, sentada en la arena con la mirada perdida. Su brazo sangraba, pero se aferraba a algo que había envuelto con una toalla que sacó de algún lado. Me aseguré de cubrir bien su desnudez para regresar al hotel, donde pude contener su sangrado.

Es una fortuna que su sangre no huela a nada más que al mar y el aroma peculiar que posee. No es atrayente como la de un humano para mí. Sin embargo, su sabor es tan extraño, raro al principio, pero te deja con ganas de más; lo supe por accidente, durante nuestro primer beso.

Es como un elixir para cualquiera que lo pruebe. Toda ella es un deleite.

Odio que perturben su tranquilidad y que causen que su piel se torne pálida, como ahora, que parece haber perdido un poco de vida.

Sus labios rosáceos se aprietan cada que sus dedos hacen presión sobre su brazo herido de forma inconsciente. Está inmersa en sus pensamientos; tal parece que se encuentra en medio de una lucha mental consigo misma. Aprieto mis manos alrededor del volante al rememorar la gravedad del desgarre en su antebrazo causado por la misma bestia que la raptó de la habitación de hotel. Quisiera haber sido yo quien le hubiera arrebatado la vida a ese ser; ni siquiera habría sentido lástima.

De soslayo, reparo el movimiento de su mano alejándose del vendaje de su brazo y que cierra sus ojos emitiendo un bajo suspiro.

—¿Qué ocurre, Ann? —inquiero en voz baja.

—Mi periodo está cerca.

Su voz suena forzada al decirme eso y sus ojos recaen sobre mí por unos segundos. La veo morderse el labio inferior y me contagia por escasos segundos su excitación. Se endereza en el asiento volviendo a presionar sus dedos en su brazo. Me doy cuenta de que está centrada en controlar sus emociones para que yo no perciba lo que ella. Aunque quiero preguntar a qué se debe, opto por no indagar por algo que, deduzco, ella no quiere revelarme.

𝗦𝗞𝗬𝗟𝗘𝗥: 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗠𝗮𝗿.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora