14.

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Capítulo 14: El trato de Haeden.

SKYLER.

Haeden se marcha casi a las diez porque le ordeno que lo haga. Es obvio que no se iría muy lejos si quería mantener mi "seguridad". El no ir a la escuela me hace sentir aburrida y cansada, además la preocupación no se disipa con nada.

Trato de ocupar mi mente viendo los álbumes de fotos que papá tiene en casa. Hay fotos de mamá embarazada y me pregunto como pudimos caber en ella siendo dos bebés.

Hay una foto de mi madre en el hospital mientras carga a alguna de las dos. Rebusco más fotos en busca de algo que borre mis pensamientos causados por la insinuación de Haeden.

Algunas de las fotos que tomó tienen escritos en la parte de atrás. Parecen haber sido puestos solo con la intención de hacer una aclaración.

Entre los meses de septiembre a enero hay fotos con aclaraciones detrás. En algunas papá sale con Bella y en otras yo con mamá, así inversamente. No es hasta febrero que salimos los cuatro juntos en una sola fotografía.

El toque en mi puerta me asusta un poco causando que me sobresalte. Cierro el álbum antes de ir a abrirle a quien sea que esté tocando.

—Buenos días —saluda el tipo frente a mí. Tiene la tez un poco oscura y parece ser un chico de la Reserva—. ¿Skyler Swan?

—Sí, ¿quién eres tú? —inquiero entrecerrando los ojos.

—Yo soy Sam Uley.

Entrecierro los ojos, recelosa; no entiendo qué hace aquí.

—Mi padre no está —informo poniéndome de puntillas para ver detrás de él.

En la camioneta que lo espera hay dos tipos más, del lado de la ventana está el mismo que me dio la carta de Paul y, por deducción, sé que el otro es el recién mencionado.

—No lo busco a él —menciona pausado, su voz suena afable y su posición no muestra peligro—. De hecho nos mandó a buscarte.

Eso me pone en alerta; papá me habría llamado antes para decirme que alguien pasaría por mí.

—¿Ah, sí? ¿Y a dónde me tienen que llevar? —cuestiono retrocediendo lentamente para cerrarle la puerta en la cara.

—A casa de Billy Black.

Chasqueo la lengua asintiendo.

—Voy por mi mochila...

—Dijo que no sería necesario —me interrumpe.

Sonrío fingiendo creerle. —Debo traer mi inhalador, soy asmática y no quiero tener un ataque de nuevo.

No me contradice esta vez así que le cierro la puerta antes de ir a la cocina por un maldito cuchillo. ¿Dónde está Haeden cuando se le necesita?

La secta de Sam Uley está aquí y no sé qué quieren de mí. Maldigo internamente porque no sé qué haré o como huiré de ellos. Por ahora me limito a cerrar todas las entradas y las ventanas sin que lo noten.

Abro la nevera en busca de algún arma que pueda usar para lanzarlo desde la distancia. Encuentro mis adorados vegetales y el pescado de papá.

Bufó. ¡Qué difícil decisión!

El teléfono de la casa suena, suelto un gritito por el susto que me da y luego voy corriendo a tomarlo.

—Residencia Swan, ¿con quién desea hablar?

—Skyler —la voz de mi padre me hace sentir más calmada.

—¡Papá! ¡Gracias al cielo que me llamas, hay...!

𝗦𝗞𝗬𝗟𝗘𝗥: 𝗦𝗲𝗰𝗿𝗲𝘁𝗼𝘀 𝗱𝗲𝗹 𝗠𝗮𝗿.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora