Capítulo 4

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Me levanté a las 10 a.m. Alec y yo debíamos ir a Cordialidad a las 11, luego de tener una larga charla en el desayuno, nos preparamos.

Me bañé y puse un atuendo cómodo, una camiseta negra y un pantalón corto con unos botines. Encima me puse una camisa de botones holgada que preferí llevar abierta.

Cepillé mi cabello y lo dejé suelto, cepillé mis dientes y salí del apartamento con Alec, bajamos las escaleras y fuimos al pozo para encontrarnos con los otros que irían al mismo rumbo que nosotros

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Cepillé mi cabello y lo dejé suelto, cepillé mis dientes y salí del apartamento con Alec, bajamos las escaleras y fuimos al pozo para encontrarnos con los otros que irían al mismo rumbo que nosotros.

Al llegar, ahí estaba Lauren con un grupo de chicos osados que iban a ir a Cordialidad.

–¡Hola!–Dije cuando me acerqué.

–¡Buenos días!–Responde Lauren.

–¿Nos vamos ya?–Dice Alec.

Ella asiente, le hace una señal a los chicos osados y salimos de Osadía juntos. Las camionetas grises estaban estacionadas en la salida y sólo tuvimos que subir en ellas.

Iba sentada atrás con Lauren mientras Alec iba adelante, manejando, y al lado de él iba un guardia de seguridad.

–Johanna estará feliz de verte–Comenta Alec.

–¡Los Cordiales siempre están felices!–Dice Lauren.

–No sé cómo hacen para sonreír siempre–Se burló el guardia.

Las camionetas eran rápidas, ya entiendo porqué antes las usaban para perseguir Divergentes.

Cordialidad no estaba tan lejos, aunque en realidad el viaje se me hizo corto por el hecho de ir conversando con los chicos.

Entramos a la Sede Cordial y veía cómo nos acercábamos a los invernaderos.

Gracias a Cordialidad tenía mis deliciosas ensaladas.

Alec se estacionó en frente de la zona de comida de Cordialidad, que parecía una carpa de circo pero de madera. Nos bajamos y vi en la entrada a Johanna. Ella traía un atuendo con tonos cafés.

Se veía tan cordial.

–¡Bienvenidos muchachos!, espero que el viaje haya sido muy alegre.

Tuve que tragarme la carcajada que quería soltar en esos instantes.

–Hola Johanna–Dice Alec.

–¡Estamos alegres de verte!–Contesta Lauren.

–Un gusto verte–Le dije.

–Vengan, pasen y disfruten de la comida–Dice con una sonrisa y se voltea.

–Espero haya hamburguesas–Me murmura Lauren.

–Deliciosas ensaladas–Le respondí.

Nos reímos bajo y entramos al comedor, hacemos la pequeña fila detrás de unos cordiales. Todos estaban vestidos con tonalidades cafés, amarillas y rojas. Habían niños saltando y jugando con tierra, mientras que los adultos estaban comiendo tranquilamente.

Hogar [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora