Caminamos por los senderos que nos llevaban al establo y ya podía oir a los caballos. Las flores que se estaban comenzando a abrir, eran hermosas, y no pude dejar de observar las rosas azules.
Amaba esas flores.
–¿Puedo preguntarte algo?
–Claro–Le respondí a Shauna.
–Noté que no te llevas bien con Marcus, ¿por qué él habla muy bien de ti?
Volteé a verla y alcé los hombros.
–No lo sé, lo que él me hizo no tiene perdón–Contesté.–Hace unos casi cuatro años preferí alejarme de él. De todos modos siempre lo volví a ver.
–Él hablaba sólo de ti cuándo llegó a Cordialidad, ya que al ser despedido de su puesto cómo líder tenía miedo de no tener un poder en la facción abnegada y vino por refugio.
–Marcus siempre busca ayuda ya que no se soporta ni él mismo.–Respondo.–Sus dos hijos no lo quieren y su matrimonio fue un asco.
–Entiendo, debe de haber sido muy duro.
Llegamos a la entrada del establo y veo una figura masculina recostado contra la puerta, está cruzado de brazos y con una mueca.
–Hola–Dice cuando me ve y se acerca con asombro.–¿Cómo es que estás aquí?
–Hola Peter, estoy bien–Respondí.
–Veo que ya conoces a Shauna–Le echa una mirada y ella rueda los ojos.
–Idiota cómo siempre, ¿eh?, ¿qué haces tú aquí?
–Ayudando en alimentar a los caballos, acaban de venir los ayudantes de Erudición a dejarlos–Responde Peter.
–¿Tú?, nunca conocí al Peter que ayudaba, siempre fue un tipo egocéntrico.
–Él ha cambiado–Dice Shauna.
–Sé que fui un idiota en todo, Alex–Responde Peter.–Estando aquí en Cordialidad he aprendido muchas cosas, siempre fui el niño caprichoso de papis pero aquí soy más feliz.
Wow, hasta su voz suena más normal. Menos irritante y más real...
–Me parece bien que seas feliz aquí.
Peter mira hacía atrás y de nuevo voltea a mirarnos.
–¿Quieren ver los caballos?–Pregunta y camina hacía dentro.
Shauna y yo le seguimos el paso. Habían caballos de distintos tono de piel comiendo en los establos; tenían su pequeña habitación cada uno, olía raro.
Nos adentramos más y subimos unas escaleras de caracol. Desde arriba podíamos ver a todos los caballos y las personas que estaban acariciándolos. Además, el olor raro ya se había disminuido.
Mi mirada se detuvo en la parte esquinera de dónde sobresalía la cabeza de un caballo blanco, estaba solitario.
Me identificaba con ese caballo.
–El caballo blanco de la esquina está solo–Digo y volteo a ver a Shauna.
–Yo creo que no, mira–Murmura Shauna y apunta con el mentón.
Una rubia se le acercó al caballo y lo mira con asco. Su rostro se me hacía familiar... BINGO, perra.
El caballo hizo un gesto y dio dos pasos para atrás para que ella no pudiese acariciarle.
–¡PETER!–Grita la rubia.
–¿QUÉ?–Responde Peter.
Me hice hacía atrás para que la chica no logre verme de manera rápida. ¿Qué hace ella aquí?, ¡mierda!
–¿DÓNDE ESTÁ ERIC?–Pregunta la rubia gritando.
Shauna rueda los ojos y Peter me echa una mirada apenada, no sabe que decir. Quiero arrancarme los ojos y los oídos o simplemente estar de nuevo en el bosque.
–¡PETER!–Volvió a gritar.
Una figura alta, musculosa y vestida con ropa de color negra apareció detrás de ella enseguida. Cabellera recién cortada y luminosa, actitud arisca y puños cerrados.
Es él.
Claro que era él, conocía ese físico perfectamente.
–Deja de gritar, estoy aquí–Le dice Eric con voz gutural.
Él esta aquí, yo estoy aquí, un discurso motivacional de Alec me serviría mucho ahora mismo.
–¡CIELO!–La rubia se lanza a brazos de Eric y él pone sus manos en la cintura de ella.
–No seas insoportable–Dice Peter y baja las escaleras corriendo.
Shauna se acerca a mí y me mira con el ceño fruncido. ¿Será que Lynn le contó de nuestra historia?
–Eric, vámonos porfis, te necesito, necesito que estés... encima de mí–Dice la rubia.
"Debiste dispararle en el ataque, ahora aguántate"–Pensé.
–Tengo que trabajar, vete a Osadía y te prometo que estaré ahí más tarde–Le responde Eric.
Quiero vomitar.
–Si quieres nos vamos–Me susurra Shauna.
Siento que mi corazón va a explotar de tan veloz que va. Me hace falta el aire.
–¿Alex?
Me arden los ojos.
–¿Alex?–Repite Shauna
–Quiero hablar con él–Le respondo susurrado y ella sonríe no tan convencida.
Peter se acerca a Eric, Shauna también baja rápidamente las escaleras y se acerca a ellos. Yo los observo desde arriba. Me tiemblan las manos.
–Hola Eric, ¿cómo estás?–Saluda Peter.
–¿Qué quieres?–Eric frunce el ceño.
–Hola rubia, ¿quieres café?–Shauna le habla a la perra.
Ella parece de las rubias caprichosas de películas, ¿las rubias siempre son así?
Excepto Marlene, claro, y Tris, o ¿Tris es castaña?, ¿por qué pienso en Tris?, maldita sea.
–Eric no quiere ir conmigo.. lo necesito–La rubia hace un puchero.
–Déjalo.. trabajar–Tartamudea Peter.
–¡BIEN!, pero nuestro encuentro en Osadía va ser.. salvaje–La rubia guiña un ojo, Shauna cruza los dedos en su espalda para que sólo yo vea el gesto.
Llevatela lejos.
Eric le da una nalgada a la rubia cuando pasa a su lado. Peter alza las cejas y Shauna le pega en el hombro, menudo idiota. Los tres salen del establo.
Eric hace una mueca, se voltea, relaja el rostro y se acerca al caballo para acariciar su pelaje blanco, lo toca suavemente para no hacerle daño.
Quién diría que no ha matado personas.
Ese era el Eric sin máscara de frialdad que yo conocía.
Lo mira cómo si le encantarán, parece un niño de cinco años con un juguete nuevo. No por cualquier cosa pasa un gran tiempo con los caballos, es parte de su trabajo ahora, si no le gustaran jamás estaría cerca de ellos.
Era mi momento de hablar con él, mi momento de disculparme y de arreglar las cosas. Supongo, intentó olvidarse de mí y comenzó algo con esa rubia.
"¿Será que aún tengo una oportunidad?"–Pensé.
Solté un pequeño suspiro. Quería tirarme al suelo, envolver mis piernas con mis brazos y llorar; lo que hice un par de veces cuándo Amar salía de la casa y me dejaba sola.
La pregunta real es, ¿amo a Eric lo suficiente para lograr el estar juntos?
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Hogar [Libro #2]
Science FictionDúo: Ojos Azules y Hoyuelos. Basado en: Divergente Hice mi elección. La vida continua sin debilidad. La confusión predomina y la rapidez de las cosas hace que las personas cometan errores. Errores que no todos perdonan, errores que no se suelen olvi...