Capítulo 22

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–¿No habías sacado los libros de aquí?–Le pregunté a Eric.

Él niega con la cabeza y abre la puerta, recuerdo perfectamente este lugar. Su apartamento seguía intacto.

Entramos y se va a su habitación, le sigo el paso y veo cómo se arrodilla en frente de la caja fuerte, que ya no estaba llena de armas, ahora guardaba sus dibujos allí.

–¿Y las armas?

Recuerdo cuándo robé algunas.

–Todas mis cosas siguen en el apartamento viejo de Max. Nadie entra ahí y es seguro.

Saca más de diez cuadernos, todos tienen hojas salidas y en una pequeña caja guarda sus lápices, son muchos. Cada uno para un distinto traso, distinto acabado.

Los deja esparcidos por el suelo y nos sentamos con las rodillas dobladas. Abro un cuaderno de los grandes, lo primero que veo que está dibujado a lápiz era mi cuerpo, está muy bien dibujado.

–Wow–Digo, Eric me a observado demasiado bien.

–¿Te gusta?

–Me pones mucha atención–Contesto y miro la fecha en que se hizo el dibujo.–¿Dibujaste esto el día que nos conocimos?

–No es el único que hice ese día.

Esto es una obsesión.

Paso las hojas admirando los demás, algunos están coloreados con acuarelas y crayones. Y a todos les ponía la fecha en que se hizo; lo escribía en el borde de abajo.

Veo a Eric tomar un poco de pintura y colorear, está dándole color a un dibujo de una rosa azul.

–¿Mi flor favorita?

Asiente con la cabeza y sonríe, es cómo un niño pequeño apasionado. ¿Esto era parte del Eric real?

–¿Esto es tu tranquilidad?

–¿A que te refieres?–Responde.

–Cuándo te estresas o pasaste un mal día y sólo quieres olvidarlo todo, ¿haces esto?

–Sí, es mi escapatoria de la realidad–Responde.

Sigo pasando las páginas, no hay ni un sólo dibujo que sea de otra persona o de él mismo. Al día dibujaba y pintaba varios retratos de mi rostro, desde cada perspectiva y ángulo.

–¿Cuándo fue esto?–Le pregunto cuando saco una hoja del cuaderno.

Era yo, con los ojos cerrados, cómo sí me hubiera pasado algo terrible en ese momento.

–Fue el día en que empezó la relación–Responde.–Bueno, cuándo te dije sí querías. Fue antes de la prueba final de tu iniciación.

–¡¿Hice esa cara?!

–La haces cuándo estás bajo presión. Así te veo yo.

–Me veo perfecta–Me reí.

–Lo eres Alex, no hay ni un solo día en que dejes de serlo–Dice, mirándome con un brillo en los ojos.

Lo miré con ternura, mi corazón estalla de alegría.

–¿Tienes algo reciente?, de estos días ¿o no haz hecho ninguno?

–Sí tengo, pero no creo que quieras saber la historia que tienen detrás.

–Por favor–Le lancé una mirada retadora.

Rueda los ojos y me extiende un cuaderno de color negro, éste no tiene hojas salidas y podría decirse que no se a usado del todo lo abro y hojeo las primeras hojas.

Hogar [Libro #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora