Hogar [Libro #2]

Capítulo 13

Alec se disculpó conmigo apenas volvió a Osadía, lo perdoné y me dio un gran abrazo. Él nunca saldrá de mi vida, Alec vale mucho.

Hoy era un nuevo día, habían pasado cinco días volando y estuve ocupada con mi trabajo. Recibí muchas disculpas y decidí aceptarlas luego de pensar a profundidad, ya no quería tener un ambiente amargo con mis compañeros de trabajo.

El especial era Eric, no habíamos vuelto a hablar ni visto desde hace cinco días, supongo que estaba en Cordialidad trabajando, lejos de mí.

Decidí almorzar en el comedor con mis amigos, en lugar de estar sola en el apartamento de Alec. Él iba para Cordialidad a vigilar y me dijo que fuera con él, pero decidí que no quería acompañarlo.

Mis amigos y yo estábamos riendo de los chistes que decía Uriah, Marlene le sacaba la lengua y Lynn lo insultaba, Tris casi se ahogaba con su bebida y Will decía cosas sin sentido que daban demasiada risa.

Christina pues... no estaba en condiciones de vivir la vida loca ya que su embarazo repentino la hacia vomitar lo que comiera en cualquier momento.

–¿Tienes en mente nombres para tu primogénito?–Le pregunta Uriah a Will.

–Al menos sabes decir palabras específicas, Urano–Se burla Marlene.

–Me gusta ese apodo–Se ríe Lynn.

–Apenas está empezando su embarazo, ni sabe sí será niña o niño–Digo.

–Supongo que las chicas que desean ser madres, alguna vez llegaron a pensar nombres–Dice Uriah y levanta los hombros.

–Will a pensado en muchos, tiene hasta un cuaderno lleno–Contesta Christina.

Soltamos carcajadas que chocaban contra las paredes y Will hace una mueca.

–¿Cuáles te gustan más?–Le pregunté a Christina.

–Kayla o Lizzie, son mis primeras opciones para niña–Responde.–Para niño pensé en Christian.

–Yo pensé en Melissa y Crisstal para niña, para niño es una lista larga–Dice Will y se ríe.

–¡Son lindos nombres!–Dice Marlene.

–Estamos muy felices por ustedes, desde un principio sabía que eran el uno para el otro.

–¡Mi sueño siempre fue formar una familia!–Responde Will y pasa su brazo por encima de los hombros de Christina.

–El mío también–Contesta ella.

Son felices.

–Espero algún día formar mi familia también–Dice Tris de manera tímida.

"Al menos perdió el miedo de tener relaciones con mi hermano"–Pensé.

–Tal vez Cuatro sí quiera, ustedes son inseparables–Habla Lynn.

–¿Nunca lo han hablado?–Uriah le pregunta a Tris y ella niega con la cabeza.–Amiga, deberías dar el primer paso en eso.

–Aún no, tonto–Contesta Tris.

Sé que son jóvenes pero Cuatro querrá tener hijos con ella tarde o temprano. Se nota el deseo que tiene, ¿un pequeño Tobías?, que bonito e irritante sería.

–¡Uriah sería un buen tío!

–¡Le compraría juguetes y le compraría todo el helado posible!–Responde Uriah y se lleva una mano al pecho para ponerla contra su corazón.

–Imagínate de papá–Le dice Marlene.

Uriah apoya el codo sobre la mesa y pone su cabeza sobre la mano, mira hacía el techo y suelta un suspiro. Pareciera que sí lo está soñando.

–Dije imagina, ya que no lo serás–Marlene se ríe y Uriah le hace una mueca.

–Estoy soltero y soy joven, tengo mucho tiempo libre y ninguna chica se me acerca–Uriah rueda los ojos, se levanta de la mesa y comienza a alejarse.

–¡VE A CAZAR CHICAS!–Le grita Marlene y éste le saca el dedo del medio.

Nos reímos del gesto.

–No sé porqué me da gracia su vida cuándo la mía está igual, o peor–Carraspea Marlene.

–Me uno al club, ser una nacida hace que los trasladados se alejen–Dice Lynn.

No digo nada pero Will me mira serio, este tema es delicado. Y no es de mi gusto.

–Alex, no has dicho nada, ¿tienes algún hijo abandonado acaso?

–¡Claro que no, Will!–Respondí y entre cierro los ojos.

–¿Entonces?–Alza una ceja Christina.

Las manos me sudan, miro mi plato de comida y cierro los ojos, suelto un suspiro y me incorporo en mi asiento. No es la respuesta que esperan pero es la real.

–No puedo tener hijos.

Los chicos me miran confundidos, cómo sí fuera algo anormal.

–¿Cómo sabes eso?–Me pregunta Tris.

–Siempre lo he sabido–Contesté.–No puedo quedar embarazada y no tengo con quién, ¿sí me entiendes?

Ella asiente.

–Me molesta cómo es Eric contigo–Comenta Marlene.

–Él nunca va cambiar, ha sido el mismo monstruo desde su iniciación.

Monstruo del que me enamoré.

Ellos no conocían al Eric detrás de la máscara de frialdad. Él nunca iba a dejar que alguien lo viera de manera frágil o débil.

–¿Ya no queda nada entre ustedes?–Me pregunta Will.

–Él y yo no somos nada.

–¡Deja de mentir!

Una voz fastidiosa habla a mis espaldas, Will mira a la persona con el ceño fruncido y sé quién es. ¿Por qué aparece esta irritante en medio de la conversación?

–¿Qué quieres Megan?–Me volteo a ella.

–¡Nunca llegaste al ring!–Dice.

Maldita sea, ¿con eso de nuevo?, que inevitable es ignorarla.

–¿Recuerdas lo que te dije?

–Le diré a Eric que hablas de él, ¡que sólo dices mentiras!, lo niegas cuando te acuestas con él pero yo soy su favorita, ¿lo sabes?, ¿no? Pues te lo estoy diciendo, Alex Eaton.

Qué dolor de cabeza es esta chica, joder.

Me levanto de mi asiento y la encaro, soy más alta que ella y debo bajar mi mirada para verla a los ojos.

–Ve y dile, pero recuerda quién soy.

Megan se pasa los dedos por el rostro y le echa una mirada a mis amigos.

–No das miedo. ¡Deja de odiarme por ser más linda que tú!–Responde irritada.

–El odio es un sentimiento y yo no tengo sentimientos por ti.

–Pues.. pues.. eres débil ya que no peleas conmigo, puedo ganarte–Tartamudea.

–La debilidad no abunda en mí–Le respondo y pongo mi puño cerca de su rostro.–Mi puño contra tu cara no me trae problemas, pero el tuyo en la mía te hará ser una abandonada olorosa.

Sé que unos de sus miedos es convertirse en una abandonada, en poco tiempo lo será por perra. Megan saca un papel de su bolsillo y me lo planta en la cara; es el dibujo de mi cara sin terminar que hizo Eric hace tiempo, ¿cómo lo tiene?

–Eric te dibuja muy bonito, ¿por qué no está acabado?

Él había prometido acabarlo luego y no lo hizo. No me sorprende que me haya mentido.