—Hay demasiadas cosas en mí que tengo que cambiar... — Dije rompiendo mi silencio. nuevamente este sentimiento de arrepentimiento era algo que no me gustaba sentir.
—Naím nadie es perfecto, si todos lo fueran el mun...
—Sí, pero estoy consciente de eso. Siempre supe que tengo cosas por corregir. Soy inestable, arrogante, perfeccionista, manipulador, y mil cosas negativas más. No me importa dañar los sentimientos de las personas, sea hombre, mujer, o incluso si un niño me saca de quicio no dudaría en lastimarlo, realmente no me importan. Soy una persona sin filtro, sí lo soy, siempre me ufano de eso, pero ahora me siento avergonzado de serlo. Me encanta sentirme superior a todos, y me encanta saber que hay otros que carecen de capacidad o recursos. — Concluí. Sin darme cuenta había dicho todo lo que sentía, y Lucy me miraba atónita ante mi capacidad de haberlo dicho de manera ininterrumpida y acelerada. Le di otro sorbo al vino y le pasé la botella. La aceptó y de inmediato bebió una bocanada igual que yo.
—Lo aceptaste aún más rápido de lo que pensé. — Dijo. Seguía con su mano en mi antebrazo, y a este punto sé que lo hizo sin ninguna intención, tan solo de manera involuntaria. —¿Sabes cuál es el primer y más importante paso para mejorar? Aceptar que has errado. Quizás antes lo sabías, pero ahora lo estás aceptando. Estás aceptando que estabas actuando mal. — Contestó. — ¿Te molesta? — Susurró, sentándose a lado mío. Asentí con la cabeza y me moví para que ella pueda acomodarse.
—Yana es insoportable, pero no se merecía todo lo que le hice. He lastimado a tantas personas Lucy, muchas de ellas no se lo merecían. — Comenté.
—Lo sé. Pero estoy segura que cambiarás. — Exclamó.
—¿Por qué lo estás? Apenas me conoces...
—Ya te lo dije. Confío en ti. — Recalcó tan segura de lo que dijo que ni siquiera parpadeó al decirlo. Un silencio nos invadió. Yo no supe qué decir ante sus palabras y ella supongo esperaba una respuesta mía. Seguía oliendo a vino, y a decir verdad era un olor adictivo.
Nuestra conversación de reflexión le quitó por completo aquellos efectos secundarios que le ocasionó el alcohol. Y de repente cuando la regresé a ver, estaba arrimada a la pared con sus ojos cerrados, plenamente dormida.
Cabe recalcar que al igual que ella se impresionó con mi habilidad para expresarme de manera tan apresurada, a mí también me impresionó el hecho de que se haya dormido de repente.
La recosté sobre la cama y le puse una manta encima, a pesar que hubo buen clima en la tarde, ahora en la madrugada la brisa era helada y en este hotel obviamente no había calefacción.
Me recosté en el sofá y pensé en muchas cosas. En lo mucho que he preocupado a mi familia a lo largo de mi vida. Pensé en aquellas veces en que me aprovechaba de mujeres que estaban totalmente borrachas, o cuando sacaba provecho de mi apellido.
Reflexioné sobre la poca paciencia que tengo con los empleados, y la actitud arrogante que tenía para directamente asegurarles a todos que yo era superior.
Pensé en Kendall, en Tayna, en lo poco que las merezco, o merecía.
Y a pesar que eso me martirizaba, ahora lo más importante era el hecho de que hoy tan solo fue un intento fallido.
«¿Dónde puede estar? ¿Un pueblo con una estatua de pez espada? Claro que su recuerdo es de aproximadamente dieciocho años, así que a estas alturas no sé si aquella estatua seguirá. »
Saqué la laptop de mi mochila e investigué. Busqué todos los pueblos pesqueros que hayan tenido o que tenga una estatua de pez espada. Busqué en internet todas las familias Loid que pueda haber en Thosán, fallé. Ninguna de esas búsquedas me dio una pequeña pista. Y esto es lo más difícil. Buscar algo sin saber en donde, no tener un punto de partida. Así que una vez más me sentía perdido, como si todo esto es arena y que a pesar que apretaba con fuerza se me está escapando de mis manos.
Busqué algo de lo que tenía miedo buscar, no por Lucy, si no por mí.«Desdoblamiento Espiritual»
«Cuerpo carnal y cuerpo espiritual»
«¿El alma puede estar separada del cuerpo? »
«Vida después de la muerte.»Nunca me había sentido interesado en estos temas, o nunca antes había sentido la necesidad de saberlo. Y a pesar que casi me dieron las cuatro de la mañana leyendo todo acerca de espíritus, alma, fe, Dios, y las mil cosas que supuestamente abarca esto, decidí dormir.
Tal vez haber leído tanto me confundió aún más, o quizás ahora mismo tengo tantas ideas mezcladas que no puedo esclarecerlas.
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Somos más de lo que el amor podría ser...
RomansNaím Lerman un empresario arrogante y descarriado que con apenas veintiocho años tenía su vida asegurada, luego de tanto tiempo viviendo en un profundo rechazo de sí mismo y resistiéndose a sentirse completamente feliz, la terrible noche que vivió...