Capitulo 12

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—Hijo. ¡Hijo! —Gritó mamá, subí rápidamente las escaleras para evitar que viera mi rostro. Ella me siguió, era imposible no sentir sus pasos apresurados detrás de mí, y cuando estuve a punto de cerrar con fuerza la puerta de mi habitación, Amelia, mi madre interrumpió, a pesar que me sentía camuflado con la capucha negra que llevaba, eso no impedía que mis moretones sean visibles. —Hijo. No huyas de mí, por favor. — Dijo, al ver mi rostro se llevó su mano a su boca como resultado de su asombro. —¿Que? ¿Qué te hicieron? ¿Naím qué te han hecho?
—Déjame solo. — Dije entre dientes.
—Naím, ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué has venido golpeado toda esta semana? ¡Tu ropa ha tenido manchas de sangre todos estos días!
—Déjame solo. —Repetí.
—Lo podemos resolver hijo, si deseas podemos ponerte guardaespaldas, solo tienes que decirnos qué ha pasado. Sé que todo el tema de la muerte de Carlos ha sido exhausto, lo sé hijo, pero debes hablar. ¿Qué está pasando en tu vida Naím? — Pude escuchar unos pasos fuertes que se acercaban, estaba seguro que eran de mi padre.
— Déjame so...
—No te quedes callado Naím...— Interrumpió.
—¡DÉJAME SOLO! —Grité con fuerza, ya estaba perdiendo la paciencia.
Mi padre estaba al fondo del pasillo, y se acercaba furioso.
—¡No le grites a tu madre! — Vociferó, sus ojos eran de furia.
—¡Dejen de tener esa puta mirada! ¡Esa mirada de lástima! ¡YO NO HICE NADA! ¡Yo no lo maté! — Grité. Mi padre me tomó de los hombres con fuerza y me tumbó hasta la pared. Traté de soltarme, pero obviamente no pude. — ¡Sé que en el fondo dudas de mí! ¡Pero yo no lo hice! ¡Yo no lo hice! —Grité mirándolo directamente a sus ojos, mientras él me miraba con consternación. — Eran catorce personas, fue imposible defenderme, estaba completamente solo... — Exhalé, mamá derramó algunas lágrimas y se acercó hasta donde estaba con mi padre.
—Ya todo acabó hijo, se confirmó que tú no eres el del video. — Comentó mi padre.
—Ante la ley, pero ante ellos, no. Ellos aseguran que fui yo el que lo mató. Ellos piensan que como siempre, utilicé dinero para librarme de esto. — Sentía punzadas en todo mi cuerpo a causa de los varios golpes que recibí.

Carlos murió hace tres semanas, y aunque no era una persona allegada a mí, como Nate o Michael, su muerte me asombró por completo.
Antes de aquello me era insignificante, y nunca me interesó entablar amistad con él.
Era parte de mi clase, así que las pocas veces que coincidimos en alguna reunión social, era por esa razón. Pero aquella noche asesinaron a Carlos, y como evidencia solo tenía un video de una cámara de vigilancia, en donde de manera incierta se refleja a alguien, con una chaqueta similar a la que llevaba.
Era demasiada casualidad para muchos, pero para mí, lo que me causaba más intriga, es que todo haya pasado justamente frente a la única cámara de todo ese vecindario.
Estaba consciente de la cantidad de enemigos que tenía, enemigos por problemas inmaduros propios de la edad. Pero me era imposible creer que alguno de las muchas personas a la que les desagrada sean capaces de inculparme en algo tan grave.
A medida que los días pasaron y cerraron la investigación de Carlos, era imposible negar la tensión que sentía cada noche. Luego de cuatro días de haber regresado a casa con un ojo morado o una ceja rota, mis padres decidieron ponerme guardaespaldas cada que salía, pero mi paciencia y tolerancia estaba al borde, así que cada que alguien me miraba con cierto recelo, o comentaban a mis espaldas algo referente a Carlos, me enredaba nuevamente en otra disputa.

—Naím. ¿Estás ahí? — Preguntó Kendall impaciente dando unos leves golpes en la puerta. — Voy a entrar. — Avisó.
—¿Cuántas veces tengo que decir que quiero estar solo? — Pregunté molesto, volteé a verla y llevaba un pastel en sus manos.
—Feliz día del hermano mayor. — Dijo levemente entusiasmada.
—Gracias. — Respondí.
—Mamá está preocupada, el director ha llamado y le ha dicho que nuevamente te metiste en una pelea hoy. — Dijo.
—Bien.
—Sé que eres la persona más leal y solidaria que he conocido. —Dijo. — Todos confiamos en ti Naím.
—Mi padre tiene sus dudas...
—El solo ha tratado de protegerte, ha estado muy nervioso estos días, pero es un ser humano y comete errores igual que nosotros... Sé que es normal que te metas en problemas, pero también sé que no serías capaz de quitarle la vida a alguien, estoy segura.
— Todos lo comentan, todos susurran a mis espaldas que soy un asesino, todos dicen que mi padre es un tramposo y que ha utilizado su apellido para sacarme de esto, no puedo tolerarlo Kendall...
— Pero es aún peor combatir eso con violencia...¿No lo crees?
— Lo sé...
—¿Qué te parece si vemos una película con Tayna? Ella es solo una niña, y no entiende muy bien la situación, pero aun así me comentó que estaba triste por ti. — Propuso. — Le puedes decir que tu ojo morado es porque te estrellaste en la pared de vidrio del jardín, sé que quizás le pueda parecer gracioso. — Sonrió.
—De acuerdo. Pero este pastel, es solo mío, no lo compartiré. — Bromee.
—Hecho.


Somos  más de lo que el amor podría ser...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora