Antes creía que algo propio de una persona que te ama es que te busque aun cuando la situación no lo amerita, antes tenía una idea erróneamente romántica de la insistencia, pensaba que insistir aun cuando lastima era una proclamación sincera de cariño; pero ahora, sé que el amor también es alejarse, aunque mortifique, que el amor es soltar cuando te estás aferrando con tanta fuerza al punto de arañar su muñeca.
Y a pesar que estoy consciente de aquello, ahora mismo contradigo mis propias creencias y trato de entender este complejo camino.
Fallé, lo sé.
Fallé al dudar su presencia, fallé al pensar que era una simple alucinación.
Y no fue porque no la quería, en realidad fue por todo lo contrario.
Porque a veces hay personas tan buenas que se te hace difícil creer que son reales. Las decepciones nos convierten en seres temerosos y cobardes.
Soltar era algo que con Lucy me resultaba difícil, porque, aunque le hice daño con mis palabras, aquella promesa que no he podido cumplir se mantiene latente en mis pensamientos.Los días de recuperación han sido difíciles, porque, aunque en mi familia no ha faltado apoyo, ha habido una parte de mí que no se encuentra llena.
Y para variar, luego de una entrevista muy detallada y sensacionalista de Yana Molson, sobre mi vida, la noticia sobre mi accidente y en general todo de mí, ha sido el tema de esta semana.
«—Es una lástima, las drogas lo controlan y generan su mala actitud, aunque su promiscuidad probablemente se deba a alguna inseguridad...
—¿Me estás diciendo que dudas de su sexualidad? —Preguntó asombrado. —Aunque para serte sincero no es algo nuevo, ya ha habido muchos comentarios parecidos.
—No lo sé Wilson, pero no soy nadie para juzgar. — Respondió Yana y esbozó una risa traviesa.
—Todos los Lerman transmite una figura impecable que te hace dar la idea que su vida es una maravilla, pero realmente esa familia está tan malograda que se puede notar en las acciones de Naím, esperemos que se mejore, y que no tenga miedo de salir del closet. — Comentó, y ambos rieron.»La entrevista en sí, fue una sátira de mí y mi familia, y aunque con Yana las cosas no iban bien, me sentí defraudado.
Era frustrante, quizás si hubiera hablado solo sobre mí no hubiera sentido un sabor tan amargo, pero en la entrevista contó hasta el extracto más mínimo de lo que ella sabía sobre mi familia.
Ver a mis padres, a Tayna y a Alicia en las portadas de algunas revistas amarillistas por culpa de Yana, era estresante, y aunque ellos ignoraban aquellos chismes y no les daban importancia no podía dejar de pensar que esto también era por mi culpa.—¿Verdad Naím? —Preguntó Michael.
—¿Ah? — Volví en sí. — Lo siento, me distraje...
—No quiero sonar mal, ni tampoco insensible. — Dijo, tenía un vaso de licor en su mano. — Sé que tuviste un accidente, que apenas tienes tres días de haberte dado el alta y es normal que aún haya momentos difíciles. Pero si no me equivoco has estado así desde antes.
—Claro que no... — Interrumpí.
—Claro que sí—Dijo de inmediato. —Bueno, deja de estar en aquel trance, ya mismo la fiesta se pone más interesante, y aunque aún no puedes beber, por lo menos disfruta de la vista. — Comentó Michael teniendo su mirada fija en una esbelta mujer de vestido rojo.
—Ahora no estoy de ánimos.
—¿Te recomendaron abstinencia? Porque conociéndote, no dudaría en que te hayas acostado con alguna enfermera. — Dijo soltando una risa. — Te dije que era mejor que te quedes en casa, no me hubiera molestado, es totalmente comprensible que dado a toda la situación hubieses faltado. Por cierto. ¿Dónde carajos están Nate y Susy? Detesto la impuntualidad. — Agregó.—Naím, Michael. — Saludó Carlos.
La verdad no lo había visto hace algún tiempo y aparentemente los años no han pasado en vano. Su barba ahora es grisácea y aunque aún su altura y contextura siguen similar a la de un joven (quizás por su buena alimentación y varias rutinas de ejercicios) ya tiene unas visibles arrugas enmarcando sus ojos. Su sonrisa amplia era contagiosa, y su cabello ya tenía el reflejo de algunas canas a pesar que hace algún tiempo era negro azabache. Carlos y el padre de Michael con facilidad podían haber pasado como gemelos, y podía jurar que Michael se vería exactamente así cuando tenga alrededor de cincuenta o sesenta años.
—Tío, ya te agradecí públicamente pero realmente no puedo dejar de repetirlo, gracias por esta ceremonia en honor a la Beneficencia, es un detalle conmovedor.
—Carlos, todo está realmente impresionante. — Respondí extendiéndole la mano.
—Ha sido un placer. Sé que tus padres estarían muy orgullosos. —Comentó.
—También pienso lo mismo. Mis padres han tenido un viaje a Inglaterra estaban apenados por no poder venir. —Dije.
—Por Favor exprésales mis saludos a tus padres, y no hay problema sé lo ocupados que son, lo entiendo perfectamente más aún cuando todo esto fue de manera repentina. —Respondió Carlos. —¿Tu pierna aún no sana?
—No totalmente, siento un poco de dolor al dar un paso, me recomendaron tener reposo absoluto, pero no podía faltar, y también sabes que el sedentarismo no es lo mío.
—Entiendo, pero aun así deberías seguir cuidándote. — Dijo. — La verdad no quería interrumpirlos, pero, Michael quería comentarte que va a venir Jerry Campbell. Decidí anticiparlo porque no quería que te tome con tanta sorpresa cuando lo veas. — Dijo.
—¿Campbell? Suena familiar. —Comenté.
— Es el creador de BLACKOL, unos de los principales socios en Wall&key, y el dueño de la cadena de Supermercados MASTERSHOP, y lo más importante, fue uno de los mejores amigos de mi hermano.
—Vaya, Blackol es por mucho el mejor Ron del mundo. — Respondí.
—¿Jerry? ¿Jerry Campbel? ¿El tío Jerry? — Preguntó Michael.
—Si, ha pasado ya mucho tiempo.
—Sí, y es curioso porque siento como si me hubieran desbloqueado un recuerdo de mi mente solo con escuchar su nombre. La última vez que lo vi fue incluso antes de la muerte de mi padre. —Dijo.
—Lo sé; aun así, él apreció mucho a tu padre, y viceversa.
—Sé que papá cometió muchos errores, pero aun así, cuando me reencuentro con alguien que realmente lo consideró y no se dejó llevar por la injusticia que vivió mi padre, me alegro profundamente. Gracias tío, lo tendré pendiente.
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Somos más de lo que el amor podría ser...
RomansaNaím Lerman un empresario arrogante y descarriado que con apenas veintiocho años tenía su vida asegurada, luego de tanto tiempo viviendo en un profundo rechazo de sí mismo y resistiéndose a sentirse completamente feliz, la terrible noche que vivió...