Capitulo 19

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Me sentí egoísta.
Y de manera automática tomé el teléfono y lo llamé a mi padre.
No respondió, pero aun así le envié un mensaje a mamá avisando que iba en camino.
Quizás fueron sus palabras que llegaron a sensibilizarme, o tal vez tenía esta urgente necesidad de quitarme aquel peso sobre mis hombros y poder abrazar a mis padres.
O quizás también muy en lo profundo tenía la esperanza de que el destino coloque a Lucy en mi camino al darse cuenta que de cierta manera ella ha logrado cambiar mi implacable orgullo.
Tomé un sorbo más y al momento de regresar la botella, esta se cayó, derramando así todo el líquido sobre el asiento del auto. No pude evitar reaccionar y traté inmediatamente de limpiarlo.
Y luego todo pasó en cuestión de segundos, pero al mismo tiempo aquellos movimientos bruscos los viví en cámara lenta.

El sonido de las gotas de lluvia cayendo ahora resultaba una melodía tétrica, el viento soplaba fuerte causando que los árboles se muevan y sus hojas se desplacen de un lado a otro, escuchaba con exagerada claridad cada movimiento de la naturaleza, como si de pronto mi sentido de la audición se desarrolló al cien por ciento.
Sentía un leve dolor, y mi pierna estaba totalmente atrapada entre lo que quedaba de la puerta del auto, pude catar con claridad el sabor de mi sangre, la misma que rodó desde mi frente hasta mi boca. Mi cabeza también dolía.
Había un fuerte olor a tierra húmeda, y no me causaba tanta molestia, pero luego de percibir aquel repugnante olor a carne quemada, mi estómago se revolvió y fue imposible ignorar aquella sensación, posiblemente porque ese olor provenía de alguna parte de mi cuerpo.
El cielo estaba totalmente gris, sin brillo alguno, esta noche la luna y las estrellas se escondieron, quizás para evitar ver cómo una vez más toqué fondo, como esta vez todo se me escapó de las manos, y como nuevamente el dolor me llevó a todo esto.

Hice una retrospectiva de mi vida, de la manera en que he vivido, siempre poniendo como prioridad mi orgullo, mi resentimiento, mis prejuicios...
La voz de Kendall retumbaba en mis oídos, y el recuerdo de sus ojos, aquellos ojos azules tan profundos me causaron un dolor profundo a la altura de mi pecho. También recordé a Lucy, y su embaucadora personalidad, y fue en ese momento en que me percaté que ambas tenían algo en común, su empatía, tan innata y espontánea que te hacia cuestionarte a ti mismo si podrías ser capaz de soportar el peso de aquellas virtudes.
Podía escuchar con claridad el sonido de algunos animales y eso daba la sensación de un ambiente aún más solitario, me sentía gélido, y sentí un sueño insoportable, y aunque trataba de abrir los ojos y mantenerme despierto, no podía controlarlo, mis ojos se cerraban de manera involuntaria pero me obligaba a no dormirme, me obligaba a luchar, a luchar por vivir, por mí, por mi familia, y por Lucy, porque esta vez iba a ser las cosas mejor y la iba a encontrar, no me dejaría cegar por el miedo de saber la verdad, porque sea cual sea su estado quería dejarle claro lo mucho que significa para mí.
Esta vez iba a dejar a un lado mi orgullo y me iba a enfrentar ante la persona que menos quería, Yo...
Vivir y no desaprovechar ni un solo momento, pero no pude, traté de aferrarme a la vida y fue imposible, y justamente, un segundo antes de cerrar los ojos, una luz al fondo brilló.

¿Es esta la luz al finaldel túnel?
¿Es lo que todos ven antes de morir?
Pero estaba lejos, muy lejos...


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—Naím. ¿Estás ocupado? — Preguntó Kendall, llevaba un libro en su mano. — Necesito hablar contigo.
—Saldré en cinco minutos. — Respondí, mientras buscaba las llaves del auto. — Iré a buscar a Nate, su auto está en revisión.
—Necesito más de cinco minutos, es algo importante...
—Define "importante". — Respondí desinteresado. «Llaves, billetera. ¿Llevaré un tolete?» Pensé.
—¡Préstame atención! — Exclamó Kendall, su mirada lucía cansada, y tenía unas pronunciadas ojeras por debajo de sus ojos, como si se hubiera quedado toda la noche en vela. — Te digo que es algo importante, con eso debería ser suficiente.
—Define "importante" Kendall, no tengo tiempo para niñadas. — Dije fastidiado.
Ella me miró con paciencia, como si tratara de llenarse de valor para poder responderme.
—Necesito más de cinco minutos. ¿Puedes venir luego? — Preguntó.
—No lo sé, estaré algo ocupado.
—Entonces mañana en la mañana vamos al Parque Robinson, necesito hablar y prefiero que sea lejos de aquí. — Dijo.

Somos  más de lo que el amor podría ser...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora