Regalos

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El pequeño pelinegro llevaba muy sonriente su mochila, ese día tenía varías bolsitas llenas de dulces de leche, que su querida abuelita había preparado para todos sus amigos, las pequeñas vacaciones se habían terminado y ahora podría volver a jugar con ellos todos los días. Pero lo que hacía todo aún mejor, es que su abuela ahora viviría con ellos, así que igualmente la vería todos los días y podrían ver caricaturas con un bol de cereales a diario.

Nada podría arruinar su buen humor ese día. Quizás en toda la semana.

Después de despedirse en las puertas de su madre, fue dando pequeños saltos hasta el aula, donde, como era habitual era de los primeros en llegar. Se acomodó en la mesa de siempre y bajo su mochila al suelo en lo que esperaba. Poco a poco, el salón se fue llenando, ahora hablaba con más pequeños que antes por lo que recibió saludos, así como él mismo dio otros, aunque las personas a las que más esperaba no estaban llegando y eso le provoco un diminuto puchero en sus labios.

Cuando la clase estaba por comenzar, Seokjin llego algo apresurado al salón. Al menos el pelinegro no estaría solo ese día y podría darle a su mejor amigo su bolsita de dulces. Si, el buen humor de Jungkook se mantendría más tiempo.

Ya no que no hubo tiempo de saludarse, porque la clase empezó tan pronto como el castañito se sentó junto a mi compañero de travesuras, ambos se concentraron en la materia, que era sencillamente hacer unas planas de algunas letras nuevas, Jungkook tuvo bastante cuidado de escribir bien las letras desde un principio, mientras que Seokjin fue un poco más despreocupado con eso, de todos modos, estaría llenando la hoja con lo mismo una y otra vez, finalmente terminaría escribiendo bien esas letras.

La hora del receso llego más pronto de lo que alguno de los dos pudo imaginar, e incluso sin darse mucha cuenta de ello, ya estaban jugando con una pelota cerca de la caja de arena.

—Entonces, pensé que me caería al agua porque el tonto de mi primo Namjoon no estaba teniendo cuidado, ¡pensé que moriría, Kookie! —Jungkook escuchaba los relatos y un poco quejas de su amigo sobre lo que hizo en sus vacaciones, básicamente, habían ido a visitar a unos tíos y acamparon junto a un lago por dos días.

—¿Pero al final te caíste del bote? —La curiosidad del pequeño lo llevo a hacer la pregunta, ignorando lo que su pequeño corazoncito sentía en ese momento, le daba algo de envía las aventuras que tuvo su amigo con su primo, ya que él solo se la paso en casa con su abuela.

—No, se cayó él y luego se enfermó porque el agua estaba muy, pero que muy helada. —El juego de pelota se había detenido un poco durante ese comentario, con Seokjin abrazando la pelota de futbol contra su pecho mientras asentía tontamente.

—¿Y que más hiciste, Jinnie?

—Oh, pues no tanto, porque había muchos bichos feos en ese lago y no me gustan los insectos, pero mi hermana dijo que escalo la montaña, yo no le creo, estaba muy alta y ella es muy floja. —Jungkook se rio un poco con eso, pensando que seguro si Heeyeon le escuchaba decir esas cosas, le regañaría ahí mismo.

—Aun así, seguro que te divertiste mucho con tu primo.

Seokjin lo afirmo, pero hubo algo en la forma en que lo hizo que logro que Jungkook se preguntara si realmente se había divertido mucho, solo que no lo dijo en voz alta, se limitó a ahora contarle que él jugo mucho con su abuela, y que tenía unos dulces para él.

—Eso suena genial, Kookie, seguro que la pasaste igual de bien. —El castañito le dio una sonrisa y continuó el juego de la pelota, ahora sin muchas más cosas que decir, al menos hasta que se acordó de que también le tenía un regalo a Jungkook.

Como ninguno quiso esperar más para el intercambio de regalos, regresaron la pelota a la maestra y fueron al aula para sacar las bolsitas de regalo de sus mochilas.

Jungkook saco la bolsa de caramelos para Seokjin para acomodarla en la mesa, la bolsa de papel la había decorado él con pegatinas de pokemon que le gustaban al mayor, además de pequeños dibujitos de estrellitas y perritos. Por otro lado, Seokjin saco una bolsa de regalo no muy grande, la cual también tenía pegatinas, pero estás eran de iron man y alguno que otro avenger.

Con una sonrisa intercambiaron las bolsas. Seokjin probo con gusto los dulces de la abuelita, sonriendo aún más al notar que estaban deliciosos. Jungkook a su vez, encontró un pequeño muñeco de felpa de un gatito, uno que lucía muy parecido a su gatita Pepper, emocionado le agradeció por el a su amigo.

—Qué bueno que te gusta, Kookie.

—Claro que me gusta, es idéntico a Pepper

—¡Sí!, por eso lo quise para ti, tuve que insistir mucho a mi mami para que me dejará comprártelo.

—¿Tu lo compraste?

—Sipi, mi tía nos dio dinero a mi primo y a mí para comprar dulces o algo en una tienda, pero yo lo guardé para comprarme cartas de pokemon, y entonces encontré este peluche y pensé en ti y la gatita, por eso quise que lo tuvieras.

El pelinegro no desaprovecho la oportunidad para darle un fuerte abrazo al mayor, estaba muy agradecido con ese gesto y ya se encontraba pensando en cómo hacerle sentir de la misma forma en que él lo estaba haciendo en ese momento. No importaba que tanto se tardará, lo haría.

—Te quiero mucho, Jinnie. —Susurro tan pronto como le dio el abrazo, sonriendo más al sentir que el mayor le regresaba el gesto.

—Yo también te quiero mucho, Kookie.

Después de compartir una tierna sonrisa, guardaron sus respectivos regalos con sumo cuidado en sus mochilas, y tuvieron que sentarse para la siguiente clase, pues el receso había llegado a su fin.

Tan solo tenían que colorear unos dibujos de los Looney Tunes, compartiendo colores y risas, terminaron sus dibujos luego de un rato de haber empezado y se los mostraron a la maestra para que los guardará en las carpetas de sus avances, después de eso les dejo jugar un rato en la pequeña zona del aula para dicha acción, donde nuevamente solo se sentaron a ojear un libro de cuentos.

Aun no sabían leer, así que solo estaban mirando los dibujos e imaginando la historia.

—Oye, Kookie, se me olvidaba

El pelinegro dejo de mirar el dibujo del lobo en la ropa de la abuelita para mirar a su amigo.

—Mi hermana me prometió llevarme a Lotte World, pero no quiero ir solo con ella, sería aburrido, ¿quieres venir con nosotros?

—Claro que sí.

—Bien, solo hay que pedir permiso a tu mami. 

Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora