Estoy aquí. Pt. 2

160 27 11
                                    


Mientras Seokjin seguía durmiendo, el pequeño Jungkook era entretenido por Heeyeon, que estaba contándole sobre unos libros que había leído tiempo atrás, la historia no era exactamente sencilla como para que un pequeño como él la entendiera por completo, pero era lo suficientemente llamativa para mantenerlo atento a lo que la mayor le contaba.

—¿Y que hizo Annabeth eh?, ¿se enfrentó a la araña mala?

—Así es, Jungkook, Annabeth fue más lista que la araña mala, y consiguió engañarla con adulaciones vacías, así gano tiempo para que sus amigos pudieran encontrarla.

—¿Qué es adulaciones?

La mayor le explico al pequeño lo que significaba la palabra, y justo para cuando termino con ello, escucho la puerta de la casa abrirse. Al dar una mirada rápida al recibidor, pudo ver a su madre junto a la señora Jeon, que seguramente había pasado para llevarse al pelinegro a casa, aunque dudo seriamente que el pequeñito quisiera irse todavía, pues Seokjin aún no había despertado, por tanto, no habían podido jugar todo lo que habían prometido.

Jungkook no tardo nada en correr hasta su querida mamá, tanto para saludarla con una enorme sonrisa, como para contarle la historia con la que Heeyeon lo mantuvo entretenido un largo rato. La señora Jeon escucho a su hijo con una sonrisa y bastante atención, hasta que su relato termino, entonces lo dejo regresar al sillón de la sala para que viera unos capítulos de pokemon, ya que ella había prometido ayudar a la sra. Kim con la comida, además de que tenían una conversación sin acabar.

Jungkook se había sentado a mirar la caricatura, abrazando un muñeco que tomo prestado de la habitación de su amigo, lo suficientemente concentrado en la serie, muy apenas logro escuchar algunas cosas de las que las mujeres mayores platicaban, aunque él no logro entender mucho de lo escuchaba de repente. Cosas como "... promesa con mi hermano menor", "debe ser difícil tenerlo en secreto", "tal vez no lo sea, pero lo quiero como un hijo".

Ninguna de esas cosas tuvo sentido para él, además, aprovecho el momento en que nadie le prestaba atención para volver a la habitación con Seokjin, a quien vio despertar un poco desorientado. Sonriendo el más pequeño se apresuró a la cama para saludar a su amigo, pensando que ya estaba mucho mejor y podrían jugar.

—Jinnie, ¿ya estas mejor?, ¿ya no te duele nada? —Lo primero que escucho el castaño al estar bien despierto, y aunque sonrió un poco, le dio una negativa a su mejor amigo.

—Me duele aquí. —Susurro llevando una de sus manitas a su cuello, para luego explicar que sentía un picor raro.

—Oh, le diré a tu mami para que te de más medicina, no me tardo.

Jungkook se sintió algo decepcionado de que su amigo aún no estaba bien para jugar, aunque lo dejo notar sin poder si quiera saber que lo hizo, hizo su camino rápido hasta la cocina, interrumpiendo la conversación de sus madres.

—Señora Kim, Jinnie dice que le duele aquí. —El pelinegro, con toda la atención de las mayores luego de llegar corriendo, le mostro exactamente el gesto que hizo el castañito a las mayores.

Jiyeon tomo a su hijo en los brazos, mientras que Heesun fue a llevarle algo de medicina al suyo.

—Calabacita, vamos a comer y luego de eso nos iremos a casa, ¿de acuerdo? —Le informo con una diminuta sonrisa, usando un tono suave de voz.

—Pero, mami, no he jugado con Jinnie. —Se quejó el pequeñito al aferrarse a ella en un abrazo. Se quejaba de ello, pero no se iba a oponer a las palabras de su mamá.

—Lo siento por eso, calabacita, pero Jinnie está enfermo y tiene que descansar mucho para reponerse, ¿no crees? —El pelinegro solo asintió un poco, recordando la vez que él durmió casi el día entero por un resfriado—. Luego invitaremos a Seokjinnie a casa para que jueguen mucho, ¿está bien eso?

—Está bien, mami.

El pequeño recibió un beso en la frente sin quejarse.

—¿Jinnie se pondrá bien pronto, mami?

—Claro que sí, amor, seguro solo tiene que descansar un poco más.

El almuerzo paso silencioso, al menos para el pequeño que no tenía con quien hablar de los capítulos de pokemon que vio, sí que escucho algunas cosas que su mamá converso con Heesun, solo que, igual que antes no puso mucha atención en eso. Una vez que terminaron de comer, mientras ambas madres limpiaban los platos y la cocina, Heeyeon ayudo al pequeño Jungkook a juntar sus cosas para regresar a casa, tras la despedida, el castaño sostuvo con fuerza la mano de su madre al hacer el camino hasta la parada de autobús.

—Mami.

—Dime, calabacita.

—¿Qué quiso decir la señora Kim con "lo quiero como un hijo" eh? —El pequeño se atrevió a preguntar por lo que había oído al recordarlo, aunque su pregunta hizo que su mamá detuviera el paso por un par de segundos.

—Bueno... significa precisamente eso, calabacita preciosa. Así como yo te quiero con todito mi corazón, la sra. Kim quiere así a Seokjinnie.

El pequeño lo pensó y asintió un poco, eso tenía mucho, mucho sentido para él. Aunque algo seguía molestándole un poco al respecto. De todos modos, no hablo más de eso porque para su buena suerte, nada más llegar a la parada de autobús, pudieron abordar a uno, donde se quedó dormido tan pronto como esté empezó a moverse. Su mamá, por otro lado, estuvo pensando al respecto durante el trayecto.

~°~°~°~°~°~

Heesun se sentó en la orilla de la cama de su hijo, cuidadosamente le acarició la frente, a la par le saco el cabello de la misma para tomar su temperatura, aunque sería meramente una estimación, pudo notar que estaba más baja que antes lo que era un alivio.

El pequeño termino abriendo sus ojos poco después, compartiendo una sonrisa pequeña con su madre al verla bien, como un bebe, estiro sus brazos hacía ella, aferrándose a la mayor una vez que está lo sujeto entre sus brazos.

—¿Puedo dormir contigo hoy, mami? —La voz del castañito sonó tan pequeña que no pudo negarse a la petición, cabe agregar que no iba a hacerlo de todos modos.

—Tu hermana te preparo unas galletas de chocolate, cariño, ¿Qué tal si las comemos con un vaso de leche?

—Está bien.

Ella lo llevo en brazos hasta la cocina. Una vez ahí, le dejo sentado en lo que servía un par de vasos, así como el plato de galletas.

—Mami... ¿Podemos invitar a Kookie otra vez?, no pudimos jugar...

—Claro que sí, cariño, lo invitaremos a venir el siguiente fin de semana, ¿te parece?, podemos invitar a tus otros amiguitos también.

—Hmm, no, solo a Kookie por favor.

Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora