El cumpleaños de la abuela. Pt.1

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Jungkook no podía dormir esa noche, aunque tenía a Pepper durmiendo a su lado, y sabía que su querida abuela estaba en la habitación de al lado, aun sabiendo ambas cosas, no era capaz de conciliar el sueño, estaba emocionado y algo ansioso, su mamá llegaba al siguiente día y seguro traía una tarta para celebrar el cumpleaños de la abuela, para el cual el pequeño niño se había preparado muy bien, "secretamente" de su abuela, le hizo unos dibujos que seguro la iban a maravillar, poco sabía el pelinegro, que su abuela podía imaginarse la sorpresa luego de comprarle hojas de papel y una caja de colores, de todos modos, para no romper su ilusión iba a emocionarse por los dibujos de Jungkook.

Los varios dibujos que había hecho esa tarde, estaban bien resguardados en una caja hermética debajo de su cama, junto a su mochila de viaje y el arnés para perro de la gatita, seguro que su abuela no lo encontraría nunca en ese lugar, a pensar que ella guardo la mochila de Jungkook después de ayudarlo a ponerse el pijama.

El pequeño no se dio cuenta cuando se quedó dormido, algo bastante más tarde de su hora habitual de sueño, por ello en la mañana no era capaz de ponerse de pie, ni siquiera con la pequeña gatita exigiéndole su alimento gatuno, aun con las pequeñas lamidas y casi mordidas en su cachete, Jungkook seguía durmiendo.

La abuela, por otro lado, estaba limpiando la entrada de la casa para recibir a las visitas, la noche anterior se había encargado de la casa entera, no era muy grande después de todo, y aprovechando la luz matinal tan bella de la zona, se dedicó a limpiar bien las rocas y tablas que componían el pequeño camino desde la calle a la puerta de la casa, así como a quitar los hierbajos de las plantas, estos se habían acumulado de mala manera desde que se mudó a la capital junto con su hija.

—Madre, te hemos dicho que no te esfuerces en esas cosas. —Un saludo habría sido mejor, pero Jiyeon seguía preocupada por el bien estar de su madre, razón por la cual pidió sus vacaciones, para poder vigilarla de no hacer sobre esfuerzo esos días en Busan.

—Niña, he pasado la vida entere haciendo algo, no puedes pedirme que me quede sentada escuchando la radio. —Jiyeon contuvo un suspiro, conocía bien a su madre y discutir por ello no haría nada bien, en vez de eso ayudo a bajar las cosas de sus pequeños invitados, los cuales ya estaban saludando a la abuela con una sonrisa.

Seokjin iba abrazando el pequeño muñeco que su mamá acababa de regalarle, su hermana Heeyeon, en cambio, tenía su bolso a la mano y estaba ignorando los timbres de su celular. Los hermanos Kim entraron a la casa con el permiso de las mayores, e instalaron sus cosas en la que solía ser la habitación de Jiyeon, Seokjin estaba muy emocionado de estar ahí, podría jugar mucho con su mejor amigo además de conocer el mar de verdad por fin, lo único aburrido era que su hermana estaría sobre ellos todo el tiempo.

—Quiero ir a jugar con Kookie ya. —Se quejó el pequeño con su muñeco bien apretado entre sus brazos.

—La señora Kim dijo que sigue durmiendo, tendrás que esperar. —Le replico la mayor sin mirarle, pues estaba acomodando las cosas de su hermano en un rincón del cuarto, cuidando de no mover nada de lo que ya estaba antes en la habitación.

—Pero ya esperé mucho, quiero ir a jugar con él.

—Seokjinie, tienes que ser paciente.

—Pero Heeyeon. —Se quejó el pequeño alargando la "o" en el nombre de la mayor.

—Sin quejas, no vas a despertarlo porque estas aburrido, te trajiste tus cartas de pokemon así que puedes jugar solo con eso un rato.

El pequeño inflo sus mejillas en molestia, claramente su hermana no le prestaba atención cuando le explicaba el juego, ¡no podías jugar solo!, los combates pokemon son de dos personas o más, no se puede tener uno solo. Con todo y queja en los labios, el pequeño solo apretó su muñeco un poco más y fue a pedirle unos dulces a la madre de Jungkook, eso lo pondría de buen humor y no pensaba darle ninguno a su hermana, serían todos para él solito. Bueno, dejaría unos para Jungkook.

Seokjin se quedó en la sala comiendo sus dulces, mirando como la señora Kim y la abuela Kim preparaban unas cosas en la cocina, había escuchado a su madre decir algo sobre un cumpleaños la noche anterior, pero, como tenía mucho sueño en el momento no recordaba exactamente que habían dicho, tampoco se presionó a recordarlo porque justo vio a su amiguito salir de un cuarto, vistiendo un bonito pijama de perritos y con la gatita a su lado mordiendo la tela del pantalón. Jungkook se veía adorable con su cabello revuelto y su manita tallando su ojito demasiado dormido todavía.

Seokjin ni siquiera intento contener sus ansias, y en menos de un de segundos, ya estaba sobre Jungkook, rodeándolo con sus brazos en un abrazo, como si fuera el muñeco que no soltaba desde que lo recibió, bueno, hasta ese momento porque el sr. Osito quedo olvidado en el sofá en que estaba sentado el niño antes. Jungkook, aun bien adormilado, necesito algo más de tiempo para entender que pasaba, pero al darse cuenta de quien lo tenía entre los brazos, soltó un pequeño grito de emoción y se aferró a su mejor amigo.

Aun estando en ropa de cama, invito a su mejor amigo a jugar desde ese mismo instante. Seokjin no tardo nada en ir por sus cartas de pokemon para empezar a jugar.


Heeyeon ayudo en lo que pudo a las mayores, mantener vigilados a los pequeños, ayudarlos si necesitaban algo, ir por unas cuentas cosas al pequeño mercado de unas calles abajo. Hacer recados no le importaba, toda su vida se trataba de eso, después de todo su madre siempre estaba ocupada y le tocaba a ella encargarse de su pequeño hermano y de la casa. Al volver del pequeño mercado, se encontró al par de pequeños jugando en el jardín con una pelita pequeña y la gatita, Seokjin sobre todo estaba muy atento al minino, él había querido llevar a Jjangu con ellos, pero su mamá no lo dejo, quizás era para mejor que estuviera con Changbin que podía cuidarlo bien, además de entrenarlo un poco, después de todo necesitaban que aprendiera a hacer sus necesidades fuera de la casa, aun con eso, sabía que su pequeño hermano estaba extrañando a su mascota.

La muchacha le paso la bolsa con el recado a la madre de Jungkook y se quedó a fuera en el jardín con el par de pequeños, debía asegurarse que no se les ocurría irse lejos.

Jungkook le lanzaba una pequeña pelota a la gatita, la cual a veces la regresaba al niño, a veces se quedaba jugando con la pelota y evitaba que se la quitaran los niños, por suerte no los estaba arañando cuando intentaban tomar la pelota. Jungkook se reía cuando la gatita hacía eso, así que no debía dolerle, aunque Seokjin no entendía porque no quería devolver la pelota, su Jjangu siempre le regresaba el juguete para poder volverlo a perseguir.

Mientras pensaba en eso, escucho una voz que no conocía para nada llamar a su amigo.

—¡Hola, Kookie! —Cuando ambos pequeños voltearon a ver al dueño de esa voz, Seokjin frunció un poquito sus cejas, ¿Quién era ese niño de mejillas regordetas y sonrisa inmensamente adorable?, ¡¿Y porque llamaba Kookie a su Kookie?! 

Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora