Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}

Estoy aquí

PARTE 2.

Jungkook se había quedado dormido con una pequeña sonrisa en los labios, estaba acostado junto a su mejor amigo y al día siguiente podrían jugar desde que despertaran hasta que volvieran a dormir. Estaba predicho que sería un buen día, incluso en su sueño jugo bastante. Sin embargo, cuando despertó nada fue lo que espero la noche anterior.

Tan pronto como empezó a escuchar en la mañana, noto unas pequeñas quejas en forma de tosidos, al momento de abrir los ojos vio que su amigo tenia las mejillas rojas y tenía una de sus manos cubriendo su boca. El pelinegro reconoció con facilidad eso, su Seokjinie tenía un resfriado. ¡Un tonto resfriado le arruinaba el día de nuevo!

Pero, aun con ese pensamiento no tardo en salir de la cama para ir en busca de la madre del castaño. Jungkook no recordaba muy bien como paso el día en que él estuvo enfermo de resfriado, pero sí que recordaba que su mami lo cuido todo el día, así que quiso avisar a Heesun rápidamente, para que cuidara de Seokjin, aun si eso significaba que no podrían jugar.

Después de avisar a la mayor sobre el estado del castaño, la siguió de regreso al cuarto del mencionado, donde escucho de la puerta la conversación madre-hijo.

—¿Recuerdas la otra vez que te enfermaste, Seokjin? —Jungkook pensó que la forma en que la señora Kim le hablaba a su hijo era extraña, no parecía llena de cariño como su mami con él mismo, aunque sí reconoció el tono suave en su voz.

—Sí, mami. —Replico el castaño, seguido de un poco de tos que oculto con su manita.

—Te dejaré tu medicina en la mesita, ¿de acuerdo?, recuerda, cada que te duela mucho, un pequeño trago del jarabe y a dormir.

—Está bien.

Con un dulce beso en su frente, Seokjin cerró los ojos para no ver como su mamá salía del cuarto para ir por la medicina, y seguramente una bolsita con hielo. Jungkook por otro lado, se quedó junto a la puerta sin saber muy bien que hacer, el recordaba que su mamá estuvo con él todo el rato, aunque parecía que la mamá de Seokjin se iría. El pelinegro observo a la mujer regresar y cumplir las cosas que dijo, para luego recordarle al pequeño que tenía que irse a trabajar, pero que estaría de regreso antes de que él lo notará.

Entonces, tanto ella como Jungkook salieron de la habitación para dejar que Seokjin se durmiera.

—Lo siento, Jungkook, Seokjin no podría jugar contigo hoy, te llevaré a tu casa, ¿de acuerdo? —El pequeño aguanto el hacer un pequeño puchero por ello, no quería irse a casa todavía, quería quedarse con Seokjin más tiempo.

—Pero no quiero irme, Seokjinnie se quedaría solito y no quiero eso. —El pequeñito casi se cruzaba de brazos en un berrinche, no quería irse y no podían obligarlo. Bueno eso lo pensaba él.

—Cariño, te vas a aburrir si te quedas aquí.

—No, no, yo cuidaré de Seokjinnie, así estará bien pronto y usted no tendrá de que preocuparse, ¿verdad?

Heesun se quedó algo impresionada con eso, de hacía un tiempo para acá, ya había notado lo buenas personas que eran Jiyeon y su hijo, pero no esperaba ese arrebato del pequeño, con un ligero suspiro se rindió con eso.

—Está bien, entonces te encargo que cuides de mi pequeño, mientras duerme puedes ver caricaturas, Heeyeon no tarda en llegar así que solo tienes que esperarla un poco.

Heesun llevo al pequeño a la estancia mientras le decía aquello, y lo dejo sentado junto a le mesita en lo que fue por el desayuno que había preparado para ellos, claro que solo le llevo su porción a Jungkook y se la dejo junto a un vaso de plástico con jugo de naranja. Le indico que revisará al castaño cuando se acabaron dos capítulos de pokemon, que era más o menos cuando Heeyeon llegaría. La madre de los Kim no quería y sabía que dejar a un pequeño sin supervisión era una de las peores ideas que alguien podía tener, pero sabía lo tranquilo que era Jungkook, además de que realmente tenía que irse ya a su trabajo, razón por la cual confió en él.

Jungkook comió su desayuno silencioso mientras miraba atentamente la pantalla, en ese capítulo el pikachu del protagonista se enfermaba, parecía que también tenía un resfriado, lo que le molesto porque ni siquiera en las caricaturas los niños podían divertirse, aunque esa decepción lo llevo a terminar su panque con jarabe de chocolate rápidamente para ir con Seokjin, estaba desobedeciendo un poco porque ni siquiera había terminado el primer capítulo.

Al estar a pocos pasos de la puerta, escucho unos cuantos sollozos, cosa que lo alerto e hizo que se apresurará en entrar al cuarto, después se acercó deprisa a su amigo.

—Seokjinnie, ¿por qué lloras?

Seokjin, aun con sus ojitos cerrados, lloriqueo un poco más.

—¿Mami?, ¿Dónde estás? —Jungkook ladeo un poquito el rostro sin entender, Seokjin había estado despierto cuando su mamá se despidió de él, ¿por qué preguntaba por ella ahora?

—Seokjinnie, tu mamá se fue a trabajar, ¿no te acuerdas?

El pelinegro se acercó al contario y le sujeto una de sus manos, no sabía porque lloraba ahora, porque según su lógica, si hubiera querido que su mamá se quedará, le habría dicho que lo hiciera, ¿no?, sin embargo, aun con eso Seokjin volvió a preguntar por su mamá y entonces Jungkook noto que estaba durmiendo, lloraba en su sueño por su mamá, y eso hizo el pelinegro entristecerse.

—Seokjinnie, yo estoy aquí, ¿sí?, me quedaré aquí hasta que tu mami vuelva.

Jungkook no tenía experiencia cuidado a nadie más, ni siquiera sí mismo si somos sinceros, pero aun así busco que hacer a su alrededor, no podía darle algo de medicina porque Seokjin seguía durmiendo, entonces recordó que su mamá le había puesto una toalla húmeda en la cabeza aquella vez, ¿Dónde estaban las toallas en la casa de Seokjin?, no las había visto en el baño la última vez, pensando en eso, noto la bolsita con hielo en la mesa y con cuidado la tomo, como estaba helada pensó que sería bueno para el contario, así que lentamente se la coloco en la frente y espero.

Poco después noto que la expresión del mayor se suavizo un poco, lo que alivió en menor medida al pelinegro, quien luego de ponerle la bolsa de hielo volvió a sujetar su mano.

—Te pondrás bien, Jinnie, ya verás y jugaremos como prometimos.