El cumpleaños de la abuela. Pt. 2

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Seokjin se quedó jugando con Pepper en una esquina del jardín, no estaba de humor para soportar a ese tal Jimin, "kookie mira esto", "hey kookie", "kookiee", ¡ese tonto Jimin!, Jungkook era su mejor amigo, no de Jimin.

—¡Verdad, Pepper! —La gatita, que estaba acostada sobre su lomo mientras jugaba con un ratoncito de felpa, dirigió sus ojitos a Seokjin, el cual lo tomo como una afirmación, la gatita estaba de su lado—. Ese Jimin es un tonto, me está quitando a mi Kookie. —Como la gatita maulló una vez que termino sus palabras, Seokjin se encontró con consuelo, pensando que la minina pensaba igual que él, aunque en realidad solo estaba jugando con el ratoncito.

La gatita no tardó mucho en aburrirse del ratoncito y correr dentro de la casa, seguida de Seokjin que no soportaba más ver a su mejor amigo jugar con otro pequeño, claro que no, era molesto con m mayúscula. Su huida del jardín no pasó desapercibida para su hermana mayor, que se encargaba de jugar a los nenes mientras jugaban fuera, pero ella solo pudo reírse un poco de él, y quedarse ahí, vigilando que Jungkook y Jimin no se fueran a otro lado.

Una vez dentro, Seokjin escucho una conversación de la mamá y la abuela de Jungkook, aunque no entendió nada, por lo que se fue a ver televisión y terminarse sus dulces, los cuales había escondido de Jungkook cuando este lo dejo abandonado por Jimin. Se encendió el solito el viejo televisor y busco una caricatura para ver, encontrándose a los looney tunes.

—Jinnie, cariño, ¿no quieres comer pastel? —La mamá de Jungkook se le acerco con una rebanada de pastel de zanahoria, el favorito de la abuela, así que para Seokjin fue imposible negarse, además, tenía bastante hambre—. ¿Podrías ir por Kookie y Jiminnie?

A pesar de que quería decir que no, que Jimin podía entrar solito, solo atino a asentir un poco, bajarse del sillón e ir al jardín por el otro par de pequeños, bueno ya estaba un poco más tranquilo con todo, aunque seguía sin gustarle mucho ese Jimin, pensó que podría considerarlo como a Taehyung, solo otro niño con el que hablar y pasar el rato, aunque había una clara diferencia... Jimin no vivía no en la misma ciudad que ellos, así que no lo seguirían viendo.

Aunque el sentimiento inmediato que tuvo el pequeño Seokjin con esa idea en la cabeza, fue un tremendo alivio, porque nadie podría interponerse entre él y su mejor amigo, casi de inmediato lo ataco una pequeña tristeza, porque si bien quería tener a Jungkook completamente para él, para el contrario, Jimin era un amigo también, y no verlo seguro que le pondría triste. Eso era lo que menos quería en el mundo, ver o saber que el pelinegro estaba triste. Todo eso lo pensó en tan solo unos segundos, los mismos que le tomo ir hasta la puerta para avisarle a los otros pequeños sobre el pastel, solo que, al llegar a la misma, escucho una pequeña conversación.

—¿Qué pasa, Jungkookie? —La voz de su hermana mayor era inconfundible, mucho más el tono compasivo que estaba usando, que era el mismo con el que le hablaba a él cuando estaba enfermito de su pancita.

—Jinnie no ha jugado con nosotros... ¿ya no me quiere? —La vocecita del pelinegro fue como recibir un golpe en su corazoncito, había hecho sentir mal a Kookie, él mismo lo estaba poniendo triste, no, no, no, Seokjin no podía hacer eso.

—Tal vez esta enfermito, ¿verdad, noona?, cuando estoy enfermito no quiero jugar. —Jimin sonaba convencido de eso, Seokjin además, podía decir con seguridad que estaba tratando de consolar a Jungkook, y lo agradeció.

—Bueno, si, Jinnie se sentía algo mal durante la mañana que veníamos, puede que este mareado otra vez, y por eso se haya ido a dentro, para descansar. —Era cierto que, durante el trayecto hasta la casa de la abuela, Seokjin estuvo muy mareado, su hermana lo sabía muy bien, pues casi le vomita encima a la pobre, pero lo demás era mera suposición, y un pequeño desvió de la realidad, pues Heeyeon sabía que su pequeño hermano se sentía algo celoso.

—¿En serio?, ¿Entonces, Jinnie aún me quiere? —Seokjin no escucho una respuesta de su hermana, y tampoco quería estar espiando lo que hablaban los otros, así que regreso un poco en sus pasos, sin hacer ruido, para volver caminar a la puerta, esta vez, sonando tanto como podía para que los otros niños supieran que alguien venía, entonces se asomó por la puerta.

—Kookie, Jiminnie, mamá Jeon dice que vengan a probar el pastel. —Le sonrió al otro par de pequeños, por lo que había oído antes, él era el mayor de los tres, así que, desde ya, iba a comportarse bien, ¡Era un hyung después de todo!

Los dos más pequeños sonrieron y asintieron un par de veces, entrando tan pronto como Seokjin se movió un poco de la puerta para que ellos entraran, y aunque Kookie casi que corrió a la cocina para probar el pastel, Jimin se quedó a un lado de Seokjin, mirándole fijamente.

—¿Si, Jiminnie? —Bien, a Seokjin todavía no le gustaba mucho el otro niño, pero haría todo lo posible por ser su amigo, porque era amigo de Jungkook.

—Eres muy bonito, Jinnie-hyung, me gustas mucho también. —La sonrisa tan bonita y amable de Jimin fue contagiosa, además de provocar un pequeño sonrojo en el mayor, quien no pudo regresar las palabras porque el menor igual corrió a probar el pastel.

Bueno, realmente Seokjin fue el único que se portó mal ese día, eso no le gusto ni un poco, así que, como ya no podía disculparse, se decidió a jugar el resto de la tarde con los otros dos pequeños, además de compartirles sus juguetes y cartas de pokemon.

Después de probar el pastel, y cantarle canciones de cumpleaños a la abuela, los niños se quedaron jugando en el salón, con Heeyeon cuidándoles de cerca, la abuela iría a casa de unas amigas a pasar el resto de la tarde, y claro, la señora Jeon iba a dejarla para asegurarse que no le pasará nada de camino.

Los pequeños jugaron con las cartas de Seokjin durante un largo rato, la verdad es que los niños no tenían la menor idea de cómo jugar con las cartas, simplemente las miraban, leían y aparentaban que los pokemones hacían las cosas que hacían en la caricatura.

Cuando se aburrieron de eso, le pidieron a la mayor unas pocas botanas que quedaban del pequeño festejo de la abuela, y las comieron mientras veían una película en la vieja televisión. No mucho después de eso tuvieron que despedirse de Jimin, pues su papá llego por él, aunque prometieron jugar mucho después. 

Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora