La abuela

172 27 4
                                    


Ese par de semanas de vacaciones era un dulce respiro para Jungkook, no tenía que ir al jardín de niños durante ese descanso, así que siempre recibía las vacaciones con una sonrisa, al menos hasta que pensó que en esa ocasión si extrañaría algo por esas dos semanas, y se trataba de sus amigos. Seokjin, Wheein y Taehyung eran lo mejor de ir a la escuela y por vacaciones no los vería todos los días, eso fue lo único que logro disgustarlo al dejar la escuela ese viernes, luego despedirse de sus amigos.

Mientras iba de la mano de su madre, pensaba en otra cosa que le gustaban mucho de las vacaciones, y eso era que su abuela pasaría esos días en su casa para poder cuidarlo en lo que su mamá estaba en el trabajo. Jungkook adoraba a su abuela tanto como a su mamá, así que el pensamiento de tenerla en casa tantos días volvió a animarlo rápidamente.

Lo que el pequeño no sabía era que día llegaría su abuela, la vez pasada en las vacaciones de invierno tardo en llegar cuatro días, eso fue demasiado, perdieron mucho tiempo para jugar, esperaba que esta vez no tardará tanto para poder jugar mucho con ella.

Al llegar al departamento en que vivían, se sorprendió al escuchar ruidos al entrar, por ello fue que corrió a la cocina aun sin dejar su mochila en la entrada como era lo normal, gritando alegre al reconocer el dulce aroma de los dulces de leche de su abuela.

—¡Abuelita, ya estás aquí! —Jungkook se movió casi tan rápido como un rayo para poder darle un fuerte abrazo a la mujer mayor, quien sonriendo le regreso el apretón junto a un beso en su cabecita.

—Vine antes para poder jugar más días, ¿no era eso lo que me pediste en diciembre, calabacita? —El pequeño le sonreía a su abuela, estaba contento de que recordará aquello, además, le gustaba que su abuela también le dijera de esa forma cariñosa.

—Abuelita, tengo muchas, muchas cosas que contarte. —Aunque no quería, el pequeño se salió del abrazo para poder sacar unas cosas de su mochila.

—Seguro que sí, mi niño, ¿por qué no me cuentas mientras termino los dulces?

El pequeño acomodo las cosas que quería en la mesa, y saludo la gatita Pepper, la cual andaba revoloteando entre las piernas de la abuela y las de Jungkook, buscando cariños.

—Mira abuelita, estas cartas me las regalo Seokjinnie —El nene levantaba las cartas para que su abuela pudiera darles un vistazo sin detenerse mucho de lo que hacía—. Seokjinnie es mi mejor amigo, abuelita, es muy muy bueno.

El pequeño le contó a la abuela sobre las cartas de los distintos pokemon que había recibido de Seokjin, en total ya tenia cinco cartas de parte del mayor, y otro paquetito que su madre le compro para que pudiera jugar con el otro niño. Pero claro, las cartas que Seokjin le regalo eran muy especiales. También le contó sobre la obra en la que participo con sus amigos.

—Fue muy divertido, abuelita, aunque no dije ninguna palabra —Jungkook había interpretado al menor de los enanitos, quien en la película animada no tenía ni un solo dialogo de verdad, y como la obra se basó en la película, estuvo contento de no tener que decir nada porque seguro se le olvidaba.

—¿En serio?, ¿era una obra muda acaso? —Bromeo la abuela, haciendo reír al nene, quien, a pesar de no conocer las películas mudas de antaño, entendió el tono juguetón en que hablo la mayor.

—Noooo —se quejó el pequeño aun riendo un poco—. Ojalá hubieras estado aquí, abuelita, fue super genial, Wheeinie y Seokjinie hablaron un montón, no sé cómo se acordaban de todo.

—Seguro que fue una obra muy buena, calabacita, si me hubieras avisado habría intentado venir.

El pequeño solo asintió un poco y guardo sus cosas cuando su mamá se lo indico, pues era hora de comer y no quería que sus cartas de pokemon se ensuciaran con comida o que se mojaran si derramaba el agua —cosa que una vez casi pasaba.

Sin olvidarse de dejarle un plato de alimento a la gatita, la pequeña familia se acomodó en la mesa a compartir los alimentos, Jungkook escucho a su madre hablar con su abuela sin interrumpirlas, por lo general era muy callado durante la comida así que se sintió alegre de escuchar algo más que los cubiertos contra los platos.

Como era lo esperado, y prometido, luego de la comida el pequeño fue a jugar con la abuela a la sala, ella sabía un montón de juegos que no necesitaban de juguetes ni cartas, y a Jungkook le fascinaba aprenderlos todos.

Cuando fue hora de irse a la cama, el pequeño se llevó a la gatita consigo a su habitación, y la arropo en su camita para que durmiera. Esa pequeña costumbre le nació luego de ver un video en casa de Wheein, en que una niña arropaba a su perrito para que durmiera, por eso el pelinegro se empeñó en conseguirle una pequeña manta a Pepper para arroparla igual. Cuando la gatita se quedó acostada, el nene le sonrió a su madre que iba entrando para cambiarle la ropa por el pijama.

Mientras se dejaba cambiar de ropa, le expreso a su mamá lo contento que estaba de tener a la abuela con ellos, él no lo decía, pero en realidad quería tener a la abuela cerca siempre, porque cuando ella estaba, su mamá descansaba más y se le veía más contenta también.

Dejando al nene dormido con una pequeña sonrisa en el rostro, y en sus brazos su peluche favorito de un conejito, Jiyeon salió de la habitación del menor para dirigirse a la sala, donde su madre, Hyomin, estaba sentada tomando un té de menta.

—¿Cómo has estado entonces, madre? —Cuestiono al tomar un lugar a su lado, bajando el volumen de la tv un poco más, para poder tener una conversación de verdad con su madre.

—He tenido días mejores, cariño, pero me adapto, sabes que lo hago. —Como siempre, su madre estaba manteniendo para ella sus problemas, era algo que hacía desde que tenía memoria, y ahora que en verdad podía hacer algo por ella, le molestaba que lo hiciera.

—Madre, se honesta por favor, si te hace falta algo o lo que sea, tienes que decirme porque no puedo adivinarlo.

La mujer mayor miro un momento en silencio a su hija, ciertamente era tiempo de dejarse cuidar por ella, aun si no lo sentía del todo necesario. Exhalando con pesadez, decidió contarle los problemas que estaba teniendo en casa.

La conversación se prolongó más de lo que esperaba, con ideas de como continuar de por medio y los problemas que se podrían acarear, aun así, sin poder llegar a una conclusión que satisficiera a todos, se fueron a dormir. 

Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora