Despedida

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Jungkook se limpió la nariz con la manga del uniforme, e ignoro el hecho de que debía seguir algo enrojecida debido a haber estado llorando hasta hace un par de minutos, a su lado, Seokjin le sujetaba su mano libre, e igual estaba controlando sus lágrimas. El par de pequeños se había apartado de sus otros dos amigos, tanto para calmarse un poco, como para darles un pequeño espacio entre ellos. No estaban tan lejos de ellos de todos modos, y aun podían escuchar a Taehyung llorar.

La razón del llanto de los cuatro niños, era que la familia de Wheein debía mudarse lejos por el trabajo de su padre.

Ninguno de los tres niños pudo hacer nada para consolar a su amiga, pues ellos mismos estaban que no contenían sus lágrimas, siendo el más afectado Taehyung. Wheein también estaba llorando, pero era más silenciosa al respecto, además de que hacía lo posible por conseguir que el contrario pudiera dejar de llorar, aunque consolarlo estaba siendo complicado.

—No quiero que wheeinie se vaya. —El castañito susurro aquello como si se lo estuviera desenado al viento que hacía ese día. El pelinegro escucho sus moquitos al respirar algo fuerte, él tampoco quería ver a su amiga irse.

—No quiero que wheeinie se vaya triste. —Replico Jungkook, muy consciente de que ellos no podían hacer nada para evitarlo. Según lo que la propia pequeña les había contado, la decisión estaba tomada y se irán en unos cuantos días, poco antes de las vacaciones largas.

—Pero no ha dejado de llorar, ni Tae... ¿cómo hacemos para que no este triste? —Jungkook le volteo a ver con duda en los ojos, no tenía la menor idea de que hacer para ello.

—No lo sé, Jinnie... pero tenemos que hacer algo, wheeinie es nuestra amiga.

El par de niños compartió un asentimiento, así comenzaron a pensar en las cosas que le gustaban a la pequeña, el primer pensamiento de ambos fue inclinado a comprarle pinturas para sus dibujos, después de todo, solían jugar a eso cuando iban a casa de ella, pero Wheein tenía tantas pinturas que unas cuentas más no se sentirían especiales.

—A Wheein le gustan los gatitos. —Susurro Jungkook al recordar que ella siempre jugaba con Pepper cuando iban a casa de él—. ¿Un gatito estaría bien?

—No lo sé, Kookie, ¿regalar un gatito es buena idea?, ¿y donde conseguimos uno? —Por supuesto que Seokjin consideraría mejor las cosas pensó el pelinegro, aun así, se ofendió un poco ello.

—Tenemos unos días para eso... —Replico con un puchero en sus labios, lo cual solo le consiguió un enorme sonrojo en las mejillas, porque al ver ese puchero, Seokjin le dejo un besito en su naricita.

—No te enojes conmigo, Kookie, es que mi mami siempre dice que no está bien regalar animalitos, casi regaña al novio de mi hermana cuando este sugirió que nos daría un conejo.

—Está bien...

El receso termino junto con esa pequeña conversación, y regresaron a su aula para continuar haciendo esas odiosas planas. Poco detrás de Jungkook y Seokjin, Wheein llevaba de la mano a Taehyung, porque estaba segura que, si no sujetaba su mano, el castaño seguiría llorando en la caja de arena sin moverse ni un poco. Los cuatro se limpiaron bien sus ojitos luego se acomodarse en su mesa de trabajo, y silenciosos empezaron a hacer las planas con las palabras del día.

Durante la hora y media que tuvieron de clase, Taehyung permaneció con sus ojos ocultos bajo sus cabellos ya algo largos, Wheein evito mirar a sus amigos porque sabía que volvería llorar por imaginar ya no verlos nunca, y bueno, casi que era el caso, ¿no?, solo Seokjin parecía estar algo tranquilo con respecto a todo, aunque fuera solo en apariencia.

Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora