Lunes

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Lunes. Lunes. Odiaba esa palabra, ese día horrible, era terrible... ¡Era día de escuela!, el pequeño Jeon Jungkook odiaba los lunes tanto como su mamá lo hacía, ¿por qué tenía que ir a la escuela?, no le gustaba ir, los niños de su grupo eran muy molestos, tiraban todo alrededor (Jungkook también lo hacia en casa pero no en la escuela, así que guarden su secreto), y a veces no hacían caso a la maestra. 

La maestra, al pequeño pelinegro tampoco le gustaba mucho la maestra, era una señora grande, y no solo del estomago, también era vieja, o eso pensaba el infante, e incluso si no lo era tanto, Jungkook tenía la impresión de que la señora Choi no quería seguir cuidando de su grupo, había veces que la veía muy cansada y molesta, pero al menos no les gritaba como sabía hacían otros maestros, eso estaba bien, porque a Jungkook le molestaban los sonidos fuertes, en su casa todo era muy tranquilo, así que los lugares ruidosos no eran de su agrado. 

Mientras el pequeño tenía esos pensamientos, estaba disfrutando de un delicioso cereal de galletitas de chocolate, le gustaba mucho ese cereal porque podía comerlo como tradicionalmente lo haría cualquiera, o tomar muchas de las galletitas en un plato y tener un vaso de leche al lado mientras miraba las caricaturas, en realidad, así lo hacían él y su mamá los domingos. 

Si le preguntaran al pequeño, el domingo sería su día favorito de la semana, porque ese día lo pasaba enteramente con su adorada mamá, ese día no se veía cansada ni ponía excusas para no jugar, para nada, los domingos eran los días perfectos para el pequeño, y era una lastima que fueran seguidos por los horribles lunes. 

Luego del desayuno, en el que también comió medio platano, dejo que su mamá lo arreglará con el dulce uniforme del prescolar, consistía en unos shorts de color café claro, y una camisa de un azul desgastado y un sombrerito amarillo, el uniforme de Jungkook era viejo, él no sabía muy bien eso, pero había pertenecido a otro niño del edificio en que vivían, había sido una especie de regalo, a él no le importaba, la verdad era que a diferencia de otros pequeños si le gustaba recibir ropa en su cumpleaños o en el día del niño, así su mami no se preocupaba mucho por ese tema. 

Otra cosa que le parecía muy bien era que el prescolar al que iba estaba a tan solo unas calles de su hogar, bueno a Jungkook le seguía pareciendo un camino muy largo para sus cortas piernitas, pero su mamá siempre le decía que estaba muy cerca de casa, y también había una escuela para niños más grandes a un lado, sabía que cuando creciera iría a esa escuela, esperaba que no fuera tan mala como a la que iba en esos momentos, porque quería tener amigos con quienes jugar. 

Como todos los días, desde hacía tres semanas, Jungkook se aguanto las ganas de llorar cuando su mamá lo dejo con la maestra, él no era un niño malo ni ruidoso, era muy bueno y fuerte, así lo decía su abuela todo el tiempo, por eso no lloraba más como otros niños aun hacían, porque no quería que su mamá se fuera preocupada al trabajo. 

Al igual que los otros días, el pequeño pelinegro se acomodo en la silla que solía usar, y espero a que la maestra les diera dibujos para pintar, ese día tocaba usar pinturas y agua, "acuadelas" canturreo con otros niños cuando se les pregunto sobre ello, ya que no quería ensuciar su uniforme, que era el único que tenía, se dejo poner un pequeño mandil encima y comenzó a pintar el dibujo de Winnie the Pooh que tenía frente a él. Estaba concentrado en ello y silencioso, quería pintar muy bien al osito para enseñarle orgulloso el dibujo a su mamá, así que ignoraba como los otros niños combinaban los colores de las formas más raras posibles, Winnie no era verde ni rosa, ni mucho menos purpura, ¿por qué hacían eso?, bueno no le importaba, ese día no estaba tan mal, aunque había ruido no era tanto, así que podía estar tranquilo. 

Para cuando termino el dibujo, muchos niños ya se habían ido a hacer otras cosas, pero el se quedo sentado porque casi era la hora del almuerzo, aunque algo extraño paso en ese momento, la persona que entró al aula no era la linda chica que siempre les llevaba algo de arroz, o sopa con trocitos de pollo, no, definitivamente no era la chica de la comida. 



Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora