Tonto

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Jungkook no había hablado en toda la mañana, casi, y en ese momento su carita estaba torcida en un puchero, así como sus brazos estaban cruzados sobre su pecho. Estaba muy enojado en ese momento, de ahí que no soltará ni una sola palabra, a pesar de que Seokjin estaba a su lado soltando tantas cosas que había dejado de seguirle el ritmo a su conversación.

No, Jungkook no quería hablar con nadie en ese momento, no era nada justo que no lo dejaran ir a la excursión porque su mamá no pudo firmar un papel en tiempo, eso no era culpa de Jungkook, ni de su mami que siempre, siempre estaba ocupada con su trabajo, pero aun así las maestras le dijeron que no podría ir, todo por una tonta firma.

Todos los demás irían, e incluso se perdería las ricas galletas que Wheein llevaría, eso era lo más injusto de todo, ¡él también quería galletas de chispas!

—¡yah, Kookie!, tengo hablando un buen rato y no dices nada. —Se quejó el castaño, al fin volteando a ver a su enfurruñado amigo, no obstante, el pelinegro no dijo nada sobre ello—. ¿Vas a estar así todo el rato?, eres tan tonto.

—Tú eres tonto, muy tonto.

Ahora fue el turno de Seokjin de hacer una mueca de enfado, él no era un tonto, ni mucho menos muy tonto como estaba aclamando el pelinegro. El infantil estaba siendo Jungkook, no él, como si ir a una fábrica de pan fuera tan genial. Pero no sería Seokjin quien le dijera eso, no quería hablar más con Jungkook, él si era un tonto y no estaba de humor para hablar con uno, por eso es que tomo sus dibujos y se fue a otra mesa sin decirle más.

Jungkook lo miro marcharse sin objetar, pero su enojo se hizo más grande, ¿A dónde iba Seokjin?, ¿por qué pensó que podría irse, así como así?, el ceño fruncido del pelinegro se hizo más pronunciado, y definitivamente no hablo el resto de la clase.

Tampoco se despidió de Seokjin, ni de Taehyung, ni de Wheein, solo se fue a la puerta con su mochila entre sus brazos a esperar a su mamá. Ella lo entendería perfectamente, y seguro concordaría en que Seokjin era un tonto, un gran tonto por dejarlo solo así.

Porque ellos siempre estaban juntos, sin importar que cosa, permanecían uno al lado del otro, por eso Seokjin era el tonto, porque lo dejo solo cuando más quería estar con él. Si, Seokjin tenía la culpa, era su culpa que estuviera llorando para cuando su mami llego por él.

Era culpa del tonto de Seokjin que no pudiera dejar de llorar ni siquiera estando ya en su casa. Aunque Jiyeon le preparo su comida favorita, e incluso le dio uno de esos chocolates que guardaban para los domingos, Jungkook no se sintió contento, algo en su pecho le dolía mucho como para sentirse feliz.

Por eso es que solo hizo su tarea, no jugo esa tarde, ni disfruto de ver películas en el Disney Chanel. Esa noche se durmió muy temprano.


~°~°~°~°~°~


Cuando llego a la escuela, fue a su salón con su mochila entre los brazos, se quedaría solo con la directora del jardín de niños, eso porque las maestras estarían cuidando a los pequeños que si irían a la excursión. El solo pensar en eso lo hizo sentirse triste de nuevo, aunque para ser honestos, nunca dejo de sentirse así, la cosa estaba en que su tristeza había cambiado de motivo.

Como un buen niño, se sentó en su lugar de siempre y saco el cuaderno de dibujos que su mami le compro, así como una cajita de colores y se puso a pintar para pasar el rato, sería una mañana muy, muy solitaria, pero Jungkook siempre se la había pasado así, al menos hasta que Seokjin había llegado a la escuela.

Tonto Seokjin, seguro estaba en el autobús comiendo galletas con Wheein y Taehyung.

—¡Juuuuungkooookie! —El pelinegro se sorprendió bastante al oírle, ¿qué estaba haciendo ahí?, ¡Debería estar en el autobús!

Encontró los vivaces ojos de Taehyung al levantar la vista, y ni alcanzo a saludarlo, o hacerle una pregunta para cuando el más alto ya estaba acomodado junto a él.

—Mira, mira, mamá me compro estas galletas para que las comparta contigo, sé que no son las galletas de la mamá de Wheeinie pero podemos comerlas juntos.

A pesar de la impresión, el pelinegro pudo hacerle la pregunta

—¿Por qué no estas con los demás, Taehyung? —El castaño le miro como si fuera lo más obvio.

—Ayer estabas triste porque no comerías galletas, ¿verdad?, así que le dije a la maestra que no quería ir, así podría compartir mis galletas contigo

Aunque el pequeñito de Jungkook seguía triste, el que Taehyung le dijera eso, el que hubiera pensado en él lo hizo muy feliz, calentó su corazoncito un poco también. Jungkook acepto una de las galletas y empezó a comerla al mismo tiempo que Taehyung, pero entonces otra vez escucho la puerta abrirse.

—¿Por qué están aquí?, la señora Ahn dijo que podíamos jugar a fuera y los estaba esperando.

No podía ser cierto, Wheein también estaba ahí, ¿también había decidido no ir por Jungkook?, no lo pudo preguntar porque Taehyung lo obligo a levantarse para salir e ir a jugar con ella, pero ni bien salieron del aula, los ojitos negros de Jungkook encontraron a los de su mejor amigo, ese mejor amigo algo tonto.

—Seokjinnie...

—Yah, Kookie, deja de estar triste, serás un tonto, pero no quiero verte así. —Las mejillas de Seokjin estaban algo rosadas, y se pusieron aún más rosas cuando el pequeño le abrazo con mucha fuerza, incluso le pareció escucharlo llorar—. Oye, no es para que llores... Pensamos que sería muy aburrido ir sin ti, así que nos quedamos a jugar juntos

El otro par de niños asintió estando de acuerdo, eso lo habían decidido el día anterior, pero Jungkook no tenía por qué saberlo. El pelinegro asintió un poquito lloroso, lo cual no le gusto para nada a Seokjin, por ello recurrió a su plan b.

—Oye, Kookie, te traje un regalo. —De su pequeña mochila, saco un par de cartas, esas que le habían gustado a Jungkook el otro día—. Te regalo mis cartas de Dragonite, sé que te gusto muchooo

Jungkook siguió llorando un rato, pero no estaba nada triste, todo lo contrario. Estaba demasiado contento. 

Sonrisas y Caramelos {Jinkook-Kookjin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora