Los días lo pasan entretenidos, Severus ayuda a Harry con las cosas de la casa, le toca barrer, trapear y lavar los trastos, mientras que Harry cocina, lava y plancha, cuando terminan de hacer sus deberes, pasan el tiempo leyendo libros, arreglando el jardín, cuidando del pequeño huerto, explorando los alrededores, haciendo tardes de picnic o bañándose en el pequeño río. Algo que Harry ya sabe por su experiencia con el Severus mayor, pero que también pudo notar desde el primer año del niño en Hogwarts es, su amor por las pociones, por lo que un día le dio la idea de convertir el sótano en un laboratorio y crear otro huerto solo para ingredientes de pociones, Severus estaba que no cabía de la alegría, así que, desde ese día se pusieron manos a la obra.
- Listo Harry - dice alegremente- el lugar quedó libre y limpio.
- ahora, debemos conseguir lo necesario para el laboratorio - sonríe - Iremos al callejón Diagon, ve a cambiarte.
Severus sale emocionado del sótano, cuando ambos se encuentran limpios y listos se marchan por la red flu, cuando llegan al callejón primero hacen una parada en Gringotts, saca una bolsa de dinero y se dirigen a la tienda donde pueden encontrar todo lo necesario para la elaboración de pociones.
- Bienvenidos - dice una vendedora - ¿En qué puedo ayudarle?
- Necesitamos muebles, viales, calderos, ingredientes y todo lo necesario para un buen laboratorio de pociones. - siente como lo tiran del brazo.
- Harry - susurra- saldrá demasiado, podemos empezar con cosas básicas y no demasiado costosas.
- No te preocupes Sev - digo en el mismo tono para que no escuche la vendedora- No es ningún problema.
Y hablaba enserio, ser profesor le dejaba un buen dinero y lo mejor es que durante todo el año escolar que recibía el sueldo no tocaba ni un poco, y es que todos los gastos estaban cubiertos mientras habita en el castillo.
Pasan la tarde comprando lo necesario, Harry encoge las cosas y las guarda con cuidado en una bolsa, excepto los ingredientes para las pociones ya que no es correcto que la magia interfiera en ellos. Cuando llegan a casa ya es hora de la cena y ambos están agotados.
- Ve a darte una ducha Sev, cenaremos y luego a la cama.
- Pero, quiero ordenar todo ya.
- Lo haremos mañana, lo prometo.
- De acuerdo.
Dicho y hecho al día siguiente desayunan temprano y se ponen manos a la obra, durante esa semana, colocan los muebles, ponen viñetas, clasifican y ordenan los ingredientes en los estantes, también comienzan con el huerto con unos paquetes de semillas que compraron en la tienda, cuando terminan con el laboratorio ambos están orgullosos.
- Lo hicimos muy bien - dice Harry y Severus asiente-.
- Gracias por todo esto Harry - lo abraza fuerte- prometo ser el mejor en pociones.
- Sé que lo serás - dice mientras acaricia la cabeza que descansa en su pecho- ahora se ve un poco vacío pero con el tiempo lo iremos llenando.
- Tendremos muchos ingredientes y pociones embotelladas, muero por empezar.
- Hazlo prepararé el almuerzo en lo que experimentas un poco, trae tus libros y los colocas en el estante.
- Si señor - dice mientras hace el saludo de un militar.
Y como si nada las vacaciones terminan y empieza el año escolar, todo transcurre con normalidad, no pasa ningún accidente, Severus se encuentra sano, lleva excelentes notas en todas las materias y los maestros están orgullosos de él, los incidentes con los merodeadores han sido escasos. Es un día de noviembre cuando Harry puede notar cambios más notorios en Severus, está un poco más alto ahora le llega al mentón, la grasa de bebé está dejando su cuerpo, dejando solo un poco que de seguro se irá con el paso del tiempo, se mira tan hermoso.