Las cosas durante estos meses han estado tranquilos para la pareja, por la cabeza de Harry pasaba una idea pero no sabía si era oportuno hacerla realidad. Ha estado pensando en proponerle matrimonio a Severus, para la gente puede ser algo muy rápido, pues a penas en abril cumplieron el año de noviazgo, pero solo ellos necesitan saber cuánto tienen de conocerse, aunque está aterrorizado por si Severus reacciona de forma negativa.
- No sé qué hacer - lloriquea.
Hermione lo mira con ternura, mientras arrulla suavemente a su pequeña hija de solo dos meses. Ron y Hermione por fin decidieron tener hijos, aunque la decisión dependía más de la morena, fue en febrero cuando tenía tres meses que anunciaron el embarazo en una cena con toda la familia reunida, incluso Draco estaba junto a Remus, la pequeña Paulette nació en agosto era idéntica a su padre.
- Harry, Severus te ama, todo el mundo puede verlo en sus ojos.
- Si, pero ¿y si es muy pronto para él?
- Creo que ya ha esperado suficiente.
- Solo no quiero que se sienta presionado.
- Vamos, si él quisiera esperar para casarse te lo dirá.
- Además con todo esto también viene el tema de los hijos.
- ¿Que hay con eso?
- sabes que perdió a nuestro hijo... Y no sé si el querrá tener más.
- Creo que es algo que tienes que hablar con el, yo no puedo darte esa respuesta, solo puedo imaginar el dolor que sintió al perderlo.
- Tienes razón, te contaré que decido.
- Sabes que tienes por completo nuestro apoyo.
- Y lo agradezco.
Harry vuelve a su casa con muchos pensamientos en su mente, sabe que sin importar si Severus quiera o no tener hijos, el quiere casarse con el y envejecer juntos, porque lo ama y aunque el quisiera formar una familia con otro integrante más, estaría feliz con solo tener al maestro.
Halloween llega rápido, a Severus siempre le ha encantado está época del año, el otoño con el aire fresco y el olor a hojas secas, se está preparando para ir a la fiesta en la casa Black, agradece que este año no le tocará vigilar a los mocosos en la fiesta que realiza Hogwarts. Mira la hora y decide partir, toma la res flu y se encuentra en la sala, escucha un alboroto de ollas caer en la cocina, así que ya encontró a su pareja.
- Eres un desastre - dice cuando ve a Potter y el desorden en la cocina.
Harry se sobresalta y voltea hasta la voz.
- Seeev - dice alegre y se acerca dejar un pico en los labios del mayor.
- ¿Por qué este desorden?
- No encontraba mis moldes para brownies - Hace un puchero.
- Enserio que eres un chiquillo - se ríe.
- aún faltan unas horas para la fiesta Sev.
- Lo sé, vine a ayudarte.
- Enserio - dice con sus ojos brillosos.
- Por supuesto.
Pasan hasta las seis de la tarde preparando todo, Severus ayuda a preparar los alimentos y luego a terminar de decorar, es agradable cuando pasan estos momentos, se siente tan hogareño.
- Listo, iré a tomar una ducha rápida.
- Está bien, terminaré de ver los brownies. - Severus contesta.
