Al día siguiente del nacimiento de Kai, todos estaban ansioso por conocerlo, pero Severus no quería a nadie cerca, más que a Harry por el momento, todos lo entendieron y por más emocionados que estuvieran esperarían hasta que se les permitiera conocerlo.
Los primeros días fueron de completo aprendizaje para ambos padres, la verdad que su pequeño hijo era muy tranquilo, dormía la mayoría del tiempo y solo lloraba cuando tenía hambre o el pañal sucio. Severus por el momento solo se encargaba de alimentarlo, Harry no lo dejaba moverse mucho para que sus puntos no se abrieran.
Luego de diez largos días el medimago vino a retirar los puntos, siempre debía evitar hacer fuerza para prevenir cualquier accidente, pero ya puede cargar con más libertad a su bebé. Es cuando tiene tres semanas que por fin Severus permite que sus familiares se acerquen a conocer a su adorable Kai, todos traen globos, flores y más obsequios, admiran lo hermoso que es el pequeño.
Harry había pedido permiso en su trabajo para tres meses, no quiere dejar solo a Severus en esta nueva etapa que comienza, pero, los problemas surgieron en el trabajo por lo que tuvo que ir a atender un caso urgente, que le tomaría un par de días en el extranjero.
Severus se sentía ansioso, en circunstancias normales hubiera ido hasta su laboratorio a preparar unas cuantas pociones para mantenerse distraído, pero ahora encontró otra solución para sobrellevar su ansiedad y eso es abrazar a su bebé. Se quita la camiseta que lleva puesta y toma al bebé que lo mira desde la cuna, va hasta la mecedora que esta en el cuarto y disfruta de la sensación de tener a su niño contra su pecho desnudo.
Se siente más tranquilo y es como si pudiera respirar de nuevo con normalidad. No le había dado un ataque desde hace mucho tiempo, pero el no tener a Harry a su lado por cuatro días seguidos no ayuda. Mira al bebé que descansa tranquilamente en sus brazos, es tan hermoso, sin duda es una copia de Harry, algo que no le parece muy justo, el fue quien hizo la mayor parte del trabajo y sale idéntico al padre, aunque en el fondo está encantado con el parecido.
Algunos días siente que está soñando, que despertara con 17 años sin Harry y sin su bebé, es algo que le aterra, pero al tocar a Kai sabe que nada de esto es un sueño y que por fin tiene lo que tanto anhelo desde que era joven.
Nunca imagino que a sus casi cincuenta años se convertiría en madre, por supuesto que las brujas y magos son más fértiles por más tiempo que los muggles y esto es debido a que viven más tiempo, es solo que ni siquiera pensó que viviría luego de la guerra, creyó que era su fin el recibir la mordida de la serpiente, no contaba con que Dumbledore lo salvará.El bebé empieza a quejarse, Severus ve como hace pucheros señal que empezará a llorar, toca el pañal y todo está en orden, así que debe tener hambre, lo acomoda para darle el pecho y rápido comienza a succionar, mira con atención como los ojitos empiezan a cerrarse, lleva sus dedos hasta el rostro de Kai y acaricia lentamente.
Su mente piensa en Harry, no espera que regrese pronto, lo necesitaban en Egipto con relación a unos objetos malditos que estaban dando problemas y tal parece que nadie más podía resolverlo. Lo extraña mucho, siente un vacío en su alma al no tenerlo cerca, puede que esté exagerando, pero desde que quedó embarazado se volvió más apegado a Harry y no podía pasar tanto tiempo alejado de él, lo más que podía soportar era un día, por lo que el ojiverde dejo de aceptar misiones largas.
En estos momentos no se suponía que Harry estuviera a kilómetros y kilómetros de distancia, había pedido permiso en su trabajo para quedarse con su familia, pero al parecer esto no podía esperar.
Las succiones se volvían lentas, Severus empezó a cantar, algo sobre un barco ballenero llamado la tetera del mar, amaba esa canción, le parecía mágica. No sabe cuánto tiempo ha pasado acunando a su bebé y tarareando canciones de cuna, pero el cielo a empezado a oscurecer, se escuchan los búhos, los grillos y las luciérnagas flotan en el aire. Kai está en un sueño profundo, saca el pezón de los labios y vuelve acomodar a su bebé cerca de su piel, es cálido el contacto.
El sueño empezaba a nublar su vista, suelta un bostezo y aferra más a Kai en sus brazos, no ha dormido bien los últimos días y todo es culpa de Harry, no es lo mismo dormir sin su cuerpo tibio presionado junto al suyo, estaba por quedarse dormido cuando pasos afuera de la puerta lo alertan, su vista se posa en la entrada.
- Hey - dice suave, es lo único que se le ocurre con su cabeza llena de bruma por el sueño.
Sabe que no es el mejor saludo pero está cansado y aún piensa que puede ser simplemente su imaginación proyectando una imagen de Harry quien lo mira con tanto amor y una gran sonrisa en su rostro, a pesar de lo agotado que luce.
Harry se acerca hasta la mesedora en la cual descansan su esposo y su hijo, Severus puede sentir su corazón latir frenéticamente, se pone de pie lento de forma de no ser muy brusco para despertar a Kai. El ojiverde lo rodea con sus brazos, el bebé queda en medio de los dos, tienen cuidado de no presionarlo, Severus esconde su rostro en el cuello de Harry e inhala su aroma, lo extraño tanto, que las lágrimas salen de sus ojos.
- Hola amor - besa la frente de Severus, su mano izquierda acaricia la espalda del mayor mientras su mano derecha viaja hasta el rostro de su hijo dormido- los extrañe.
Severus solo logra presionar más su nariz contra el cuello, no dicen nada durante un tiempo, disfrutando solo de la presencia del otro, dándose algunos besos fugaces y otros que duran más, Harry se sentía estupendo de estar de vuelta junto a su familia, fue duro estar lejos de ellos por estos días pero al fin está en casa. Severus necesita asegurarse de esto no es producto de su imaginación, deja un rastro de besos que van del cuello a la mejilla del mayor y terminar en la boca, se siente ver tener a las dos personas que más ama junto a el.
- Ven amor, vamos al cuarto - Harry lo conduce hasta su dormitorio- deja que Kai descanse.
Severus deja a Kai en el moisés, durante este tiempo su hijo duerme con ellos y esto es porque Severus no quiere separarse de el, Harry intento que durmiera un día en su cuarto pero el mayor paso llorando hasta que el ojiverde le trajo a su bebé de nuevo, Kai solo pasa en su cuarto durante el día, para tomar sus siestas o que mamá o papá lo tengan en la mesedora. Cuando se asegura de que su hijo este bien abrigado, va hasta la cama donde Harry lo espera, se sienta en su regazo, sus piernas cada lado de la cadera del menor, los brazos fuertemente y llora.
- amor, estoy acá... Prometo no dejarte de nuevo.
Severus odia mostrarse débil, sabe que puede confiar en Harry, el problema es que el nunca ha sido de esta forma, aprendió a ser duro, no mostrar sus sentimientos, lo que es más importante aprendió a no mostrar su debilidad, pero con Harry sus defensas bajan y sus emociones no se controlan.
- Pensé que regresaras en unos días más - dice con la voz temblorosa.
- Logré resolver todo de forma rápida, no quería hacerte esperar, enserio lo siento.
- No te disculpes, yo entiendo, es tu trabajo... Es solo que te extrañe.
- Pero hablé con mi jefe y le dije que no aceptaría más trabajos hasta que se me acabe el permiso.
- Gracias Harry.
- Bebé, lamento haberte dejado solo con nuestro hijo, haces un buen trabajo cuidando de el, eres la mejor mamá de este mundo.
- calla - ríe tímido- harás que me sonroje.
- Te vez precioso sonrojado... Ahora que te parece si nos damos un baño y luego a la cama.
- Suena estupendo - besa los labios del menor- Te amo.
- te amo más.