El viernes Harry lleva a Severus al mejor restaurante que conoce de comida italiana, ya que es la favorita del mayor, el lugar es espléndido, el ambiente es agradable, los reciben en la entrada, Harry da su nombre y un empleado los guía hasta una hermosa terraza donde hay más mesas ocupadas por parejas, familias o amigos, todos parecen disfrutar de la suave música que se extiende por todo el espacio, llegan hasta la mesa, toman asiento y deciden ver qué ordenará para cenar, una vez dan la orden al mesero, se sumergen en una agradable charla.
Severus solo puede agradecer que Harry lo trajera a un restaurante Muggle, aquí nadie los conoce y no hay miradas indiscretas dirigidas a ellos. Antes de que Harry llegara a buscarlo estaba nervioso, desde su juventud que no iba a una cita, después de la partida de "Harrison" no tuvo otra relación, nunca se sintió listo para abrir su corazón de nuevo e intentar conocer a alguien, por supuesto que Lucius y Narcissa trataban de presentarles posibles compañeros, incluso Draco empezó a querer conseguirle pareja cuando tuvo la edad suficiente para entender el concepto. Y ahora aquí está intentando abrir su corazón al mismo hombre que lo rompió, por supuesto que ahora entiende las razones, pero de igual forma duele recordarlo.
Harry pasa nervioso durante toda la cena, aunque es todo un experto en ocultarlo, pero quiere que todo salga a la perfección, si todo sale bien será la puerta para más citas, se esmeró en escoger el lugar, reviso la lista que le hizo Hermione, ha decidido llevarlo solo a restaurantes muggles no necesita aparecer el día siguiente a su cita en primera plana en el profeta o corazón de bruja. Harry siempre ha apreciado su privacidad al igual que el hombre que está frente a él, se pierde en el movimiento de los labios y la melodiosa voz que acaricia sus oídos, algo que ama es escuchar a Severus hablar de las cosas que lo apasionan y ver como sus ojos brillan.
La noche parece corta para ambos, están de regreso en las afueras de Hogwarts, se despiden y Harry se arma de valor, se acerca y toma en sus brazos a Severus, el mayor se tensa un poco pero se relaja y devuelve el abrazo, se separan y ambos se desean un feliz descanso. Esa noche es difícil que concilien el sueño, sus acelerados corazones lo impiden, fue una perfecta primera cita.
- ¿Cómo va todo con Potty? - Draco pregunta mientras se tira en el sillón frente a Severus.
- Bien - contesta secamente.
- Vamos, tienes que contarme detalles - hace un puchero.
- No debes meter la nariz en los asuntos de los demás, Dragón - dice mientras come una galleta.
- Sabes que no puedo con la curiosidad.
- No sé qué quieres que te diga, todo va bien.
- Podrías contarme sobre las citas que has tenido... Ya llevan - Draco piensa por unos segundos- ¿Tres citas?
- Cuatro en realidad.
- Woow vamos avanzando.
- Eso parece... Es aterrador dar estos paso, a mis 17 años decidí cerrar mi corazón para que nadie pudiera lastimarme de nuevo y es aterrador volver a abrir las puertas, me he reconciliado con el hecho de que Harry nunca quiso causarme ningún daño y que sus sentimientos fueron sinceros, pero pienso que esto es un sueño y que en algún momento voy a despertar y será doloroso ver qué de nuevo se ha ido.
- Quisiera decirte que todo irá bien y no abra más dolor, pero sería engañarte, en cualquier relación por más estable que parezca siempre abran problemas y dificultades que se presentarán, lo importante es que juntos afronten todo... Y por supuesto que es aterrador abrir nuestro corazón a otra persona, el mostrarnos sin ninguna máscara, tal y como somos, dejar que nos vea en nuestros mejores y peores momentos, pero compartir nuestro ser auténtico con alguien más es de las mejores cosas.