La relación de Harry y Severus avanzaba perfectamente, ambos hombres se encontraban felices, aún no hacían pública su relación sobre todo porque Severus temía la reacción que está noticia pudiera generar en el mundo mágico, sabe que Harry es amado por todos no solo por derrotar al señor tenebroso, sino por ser un excelente auror, una persona caritativa, humilde y carismática. Todo el mundo esperaba que encontrará una pareja adecuada con las mismas cualidades y Severus sabe que él es todo lo contrario, es amargado, orgulloso y rencoroso con todo el mundo.
Harry estaba ansioso por gritar a los cuatro vientos que estaba saliendo con el maestro de pociones, así todos dejarían de buscarle pareja o presentarle personas a los eventos que asistía, se siente orgulloso de salir con el mayor pues es un hombre muy inteligente, bondadoso y valiente, sabe que Severus nunca podrá ver eso en sí mismo, pero a Harry le bastaba con verlo el. Las únicas personas que sabían de la relación eran Hermione, Ron, Remus y los Malfoy, todos reaccionaron positivamente, felices de que se resolvieran los problemas e intentarán tener una relación de nuevo.
Era finales de julio, tres meses habían pasado desde que formalizaron su relación, muchas cosas han pasado, sus encuentros ahora estaban llenos de besos y caricias sutiles, seguían viéndose ya sea en Hogwarts o teniendo citas fuera de este. Las cosas aún no pasaban al siguiente nivel y ambos se encontraban bien con eso, el momento adecuado llegaría y aún no había prisa para eso.
Severus estaba ansioso, el cumpleaños de Harry está hoy y había decidido prepararle una pequeña sorpresa en la cabaña que una vez compartieron. Empezó a preparar la mesa, tendría que ser almuerzo pues los Weasley habían organizado una cena en la madriguera para Harry quien insistió en que Severus lo acompañará, pero no podía solo presentarse él no fue invitado y lo entiende, durante los años posteriores a la guerra no había formado párate de la vida de Potter.
Cuando el lugar está listo, toma una merecida ducha y se arregla para la ocasión, cuando está vestido y peinado revisa su reloj y es hora que vaya en busca de Harry, se aparece en la sala del número 12, esto gracias a qué el ojiverde lo incluyo en las protecciones. Escucha ruido arriba y con su voz un poco alta le avisa que ya llegó, obtenido un grito en respuesta. Exactamente luego de 8 minutos Harry baja corriendo las escalares.
- Lamento haberte hecho esperar - dice agitado tratando de respirar.
- No es problema, listo - Severus extiende su brazo. Harry asiente y se acerca para tomar el brazo- Pero antes
Severus murmura un hechizo, los lentes de Harry desaparecen y en su lugar parece una venda para cubrir sus ojos.
- ¿Dónde me llevas? - Hace un puchero.
- Ya lo verás, te encantará.
Luego de eso Harry siente el tirón de la aparición, cuando aterrizan la cabeza le da un poco de vueltas pero decide ignorarlo, agudiza su oído y puede escuchar la calma del lugar, el sonido del viento soplando, pájaros cantando y el ruido de agua correr, el aire huele vegetación y el clima es perfecto.
- Bien, ahora puedes quitarte la venda.
Mira como Potter lleva sus manos hasta la venda y la retira, sus ojos parpadean intentando acostumbrarse de nuevo a la luz, Severus se acerca y le coloca los lentes, cuando parece que la todo se aclara los ojos de Harry se abren en sorpresa.
- Sev... Es nuestra... Pensé que la habías vendido o algo. - termina por decir
- Nunca podría... Hay demasiados recuerdos.
- Me alegra ver qué la conservaste.
- Ven, entremos
Se dirigen hasta la casa, cuando entra Harry parece complacido.