Revolución

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La caja era caprichosa en muchos sentidos, el pelirrojo tuvo que repetir la caja anterior con el mismo método, solo para poder analizar lo que no pudo la primera vez y saber lo que estaba mal. El joven genio aún necesitaba ver los objetos de aquel tiempo y poder comprender la mente de aquellos inventores. Tenía la posibilidad de ir, de poder analizar cómo era debido, el moreno le había mandado un mensaje con los objetos que había encontrado y el archivo de cada uno, era información muy buena, incluso lo que logró recolectar de los procedimientos de cada uno. El peli plateado hizo un esfuerzo para poder ayudarlo y vaya que lo había logrado, esos datos eran casi suficientes para que no tuviera que ir a ver los objetos, pero eso no era posible y de cierta forma el albino estaba agradecido con tener que ir.

Jack se encontraba en un gran problema o no, uno de los guerreros lo había atacado, la forma bestial del inmortal lo lastimó y tenía que reunir la información de los objetos que no estaban en su poder y que en realidad los objetos fueron conseguidos con la excusa de una exposición en un museo. Pasaron unos días, dejó que pasaran sólo para que el dragón olivo no enloqueciera o lo persiguiera con todas sus fuerzas y furia. Sin duda era una oportunidad de oro la que había pasado, el inmortal estaba muy débil, pero eso provocó que el felino negro lo siguiera a todos lados, en especial después de aquel encuentro tan áspero.

El joven genio puso en marcha su oportunidad apenas vio al emperador malvado de pie y caminando como siempre lo hacía. Esta vez no esperaría a que lo llamara a su presencia, Jack Spicer planeaba enfrentar a la bestia con todas sus fuerzas y argumentos disponibles.

-Young, tenemos que hablar- dijo serio el menor mientras miraba los ojos dorados del dragón olivo.

El emperador malvado lo miró fijamente, había un avance notable en su trabajo, no sólo cuando la maldición había tomado el control, también cuando lo dejo debilitado, de cierta forma parecía que le mostraba que no lo traicionaría, se mantuvo ahí a pesar de tener las oportunidades de salir y dejar el trabajo ahí, pero contrario a lo que quería pensar de tener de nuevo el respeto del joven genio el eco de las palabras del pelirrojo regresó como un golpe.

-los felinos- susurró con cierto pesar mientras miraba como se acercaba con una hoja de papel y su libreta.

-se claro Spicer y no desperdicies mi tiempo- habló serio y con cansancio mientras notaba que sus guerreros les daban espacio.

-lo seré, mientras menos hable contigo mejor- respondió de manera fría el menor mientras abría su libreta para poder explicar.

El inmortal sin duda se había enojado con aquel comentario, pero al mismo tiempo algo le causo cierto sentimiento incomodo en cuanto a la brutal sinceridad a la que se enfrentaba. La sensación de no tener el derecho a un reclamo era abrumadora.

-iré a ver unos inventos de tu era, me tomará al menos dos días poder revisarlos bien y ver la mecánica de cada uno- dijo con seriedad mientras le entregaba la lista de los artículos al mayor.

Aquello tomó por sorpresa al emperador del mal, sin duda el pelirrojo estaba haciendo su esfuerzo para poder hacer aquel trabajo. Sus guerreros le hablaron sobre el estado del laboratorio, las noches de vela cuando trabajaba, incluso las piezas que se dedicó a armar para la caja. Sin duda el dragón olivo estaba mirando un lado diferente o después de su momento de reflexión notaba ciertos detalles que antes pasaba por alto.

Algo estaba molestando al inmortal con aquella solicitud, el pelirrojo se alejaría lo suficiente para poder confabular o encontrar mejores opciones. Si dejaba al menor sin ninguna atadura o un vigilante, esa situación era como una tortura mientras había opciones donde no estaba bajo su poder.

Unidos por un wuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora