El engaño perfecto

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Los movimientos de los monjes se aceleraron, en menos de un minuto todos estaban vestidos de su forma característica; Omi llevaba puesto su uniforme Xiaolin, Clay su camisa azul cielo, sus jeans azules, sus pesadas botas y su característico sombrero, Raymundo estaba en un cómodo pantalón verde y una sudadera azul marino, Kimiko no iría de manera extravagante como otras veces, pero sin duda iría mejor que sus compañeros monjes, unos shorts de mezclilla ,  un top largó de colores neón con detalles en negro y su cabello negro recogido en varias coletas.

El dragón aumento su tamaño de manera impresionante, como siempre hacia en cada misión que  involucrada en viajar. Los cuatro monjes se montaron de inmediato en Dojo y partieron hacia el Wu.

El viento golpeaba los rostros preocupados de  los monjes y la altura aumentaba cada vez más. El asenso era lo mas pesado siempre, pero al conseguir algo de estabilidad comenzó la plática.

-Omi, por favor enseña como debe funcionar el Wu y su nombre- hablo el verdoso  con más calma y sin querer alterar a sus pasajeros.

El pequeño amarillo sólo abrió el pergamino y todos lo miraron con atención, Omi comenzó a leer aquel antiguo y mágico pergamino, el cual describe los Wu y su función.

-bien mis estimados amigos, según el antiguo pergamino este Wu se llama caja musical de Sheng dice que para copiar un Wu tienes que pensar el nombre y la forma del Wu, abrir la caja de música… La voz de Omi se había detenido de repente y trataba de leer aquellas palabras que no eran legibles en el pergamino.

-¿Qué pasa Omi?- pregunto la japonesa con curiosidad.

-hay una parte que no puedo leer, pero lo demás… ,la melodía sonará,  haciendo la copia del Wu. Al paso de un día desaparecerá, con el susurro de la música que lo creo. Si se desea crear un Wu, se debe decir en un susurro el nombre sobre la tapa, pensar la forma y la acción para lo cual será hecho, … de nuevo hay partes borradas, pero dice que escuchara la nueva a melodía de la caja de Sheng, el Wu nuevo durara el tiempo que dese el creador.

Todo lo que había leído el monje menor, era de vital importancia, un Wu de ese poder no debía terminar en manos del mal y menos en ciertas manos de un ex dragón Xiaolin.

-Chicos...me temo que esto es muy grande- la voz del ojiazul  sonaba algo insegura y por las caras de los monjes estaba claro que tenía razón el vaquero.

-no tenemos otra opción- contesto el brasileño ante las miradas de sus amigos.

-esto es ganar o perder, y no podemos darnos el lujo de perder- la voz del moreno, sonaba sería y tensa ante sus propias palabras. Los rostros se ensombrecieron, estaban asustados de quien pelearía el Wu y más aún, quien lo ganaría.

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El día era soleado y con un clima placentero en la ciudadela de Chase, era de mañana, el dragón malvado se encontraba meditando en su jardín privado, el único en el cual sus fieles y salvajes felinos tenían prohibido entrar.

Un suelo cubierto por una corta capa de césped, una roca en el centro del jardín, lugar donde se dedicaba a meditar, este no era muy espacioso a comparación de los otros, ya que este estaba colocado en un risco, con vista a un cielo azul y recibiendo el aire más puro.

El malvado dragón portaba unas ropas ligeras al estilo oriental, el color era negro y las costuras blancas.

El viento tocaba una suave melodía para el señor dragón, haciendo danzar de manera sutil su largo y oscuro cabello, la energía en su cuerpo permanecía en su debido equilibrio y su postura  permanecía perfecta después de 3 días de meditación sin descanso.

Unidos por un wuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora