Desde hace siglos, en todo el mundo los humanos le han puesto nombre. Un fenómeno que de manera inconsciente todos deseamos con gran anhelo. Amor verdadero, alma gemela, hilo del destino, destinado, nuestra otra mitad, mate o media naranja. Cada generación y cultura le ha puesto tantos nombres que es imposible olvidarlo. Desde pequeña miraba a mis padres con admiración, el gran amor que se tenían era sin duda algo hermoso que admirar, el tiempo que compartieron y el cariño con el cual me criaron fue sin duda único que me marcó con gran fuerza.
Gracias a aquel ejemplo de pareja crecí con la ferviente idea que en el mundo debía haber alguien que me amará con todo su corazón y yo le entregaría el mío sin duda alguna. La vida quería que desafiara mis tiempos, al ser una inventora y médica. Una advertencia para aquellos necios que pensaban que ser mujer ya era símbolo de fracaso, el golpe fue directo al buscar el bien para el mundo que me subestimaba a cada paso. Los deseos de crecer aumentaban en mí, explorar, conocer, aprender y probar. Mis padres fomentaron aquellos deseos siempre, en especial cuando me permitieron viajar desde mis 15 años. El amor de mis padres estaba en cada paso, pero aquello no podía durar siempre, mis amorosos padres dejaron esta vida cuando yo tenía 23 años.
Al explorar el mundo, puedes conocer muchas cosas, costumbres, leyendas y sus puntos de vista. Aquello que creía que era amor comenzó a tomar otros nombres, cientos de leyendas sobre almas gemelas, cada una de ellas diciendo que cada uno de los humanos que hay en la tierra tiene la suya esperando a ser encontrada. Otras hablan de la separación de un cuerpo perfecto, separados por la envidia de un dios y que debemos buscar a la persona que nos ayude a sacar nuestro mejor lado, completarnos y superando siempre el peor.
Las historias me recordaban a mis padres, su lazo pasaría a su siguiente vida, después de todo, cuando mi padre murió, mi madre lo siguió por la tristeza al ya no tenerlo a su lado. Parte de mí buscaba un sentido a eso, egoísmo, depresión, amor o lo que fuera que sucedió. Me había quedado sola, sin mis padres con apenas la edad para enfrentar al mundo. Agradecía sin duda el dinero que me dejaron, también la educación que me brindaron, gracias a eso podía enfrentar el mundo sin tanto miedo y continuar con mi sueño. Mis viajes continuaron sin que mirara atrás, pero un nuevo pensamiento crecía en mi mente, parecía que el amor podía ser tan bello como destructivo.
Los recuerdos de mi madre eran constantes, ver como se quebraba poco a poco sin querer mejorar. Muchas veces pensé que si hubiera sido una niña ella hubiera peleado un poco más, tal vez si hubiera dependido más de ella la hubiera motivado a continuar, pero de nada servía pensar de esa forma. Aferrarme al enojo de no haber sido un motivo para mi propia madre a seguir no era una opción, sabía que ambos me habían amado, yo aún los amaba y después de años escuchando sobre el amor, aprendí a escuchar sin juzgar las historias.
En Japón hablan sobre el hilo rojo del destino, un hilo tan largo como el mundo, resistente como ningún material, puede enredarse, contraerse y gastarse, sin embargo, nunca se podrá romper. Ese hilo nos presenta a las personas, aquellas que debíamos conocer y las que se quedarán en nuestras vidas, mientras que del otro lado de aquel hilo se encuentra nuestra persona destinada.
La idea de que personas se enredan en los hilos de los otros era sin duda romántica. Cada persona con la cual cruzamos palabra o la vista fue porque rozó nuestro hilo y se convirtió en parte de las personas a las que debíamos conocer. Algunos dicen que nuestro hilo puede quedar enredado e incluso atado a otro sin darnos cuenta y confundir aquel nudo con el final de nuestro hilo. Una amiga en Japón me entregó un anillo de color rojo y lo colocó en mi meñique, como símbolo de un encuentro predestinado entre ambas, como hermanas que fueron separadas en su nueva vida, también para recordar que podía encontrar el final de mi hilo.
-dicen que cuando te encuentras con la persona del otro lado del hilo, tu meñique se moverá solo, recuerda siempre prestar atención mi querida Sara- dijo con una sonrisa Amane al despedirse de mí.
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Unidos por un wu
Fanfiction¿Qué pasa cuando decides renunciar? Jack Spice genio del mal...ex genio del mal, decide liberarse de aquel ciclo sin fin de humillaciones, dolor, desdén y gran depresión. una nueva vida, un Wu misterioso y por completo desconocido, un emperador del...