¿Alguna vez te conocí?

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El inmortal estaba como loco, no paraba de regañar y soltar maldiciones a sus guerreros. Hacía ya 8 horas que el menor había salido enfurecido del comedor. Que Jack no mostraba rastro alguno y que el malvado emperador no paraba de intentar rastrear lo.

"Maldito gusano" pensó cuando la misma imagen de su ciudadela aparecía en el espejo; no había parado de buscar en los pasillos y cuartos, pero el joven genio no estaba en ninguna. Por un momento pensó en buscar afuera, pero sabía lo inútil que era el pelirrojo y no hubiera salido de su ciudadela, además de que sus chatarras estaban trabajando en poner un lugar para trabajar.

"Cuando te encuentre Spicer no podrás librar te de tu castigo" pensó con enojo mientras recorría sus pasillos.

-Young

El inmortal reconocía esa voz, ya que el portador de esta le había causado muchos disgustos en solo unas horas. Sin mencionar el poco respeto en el que fue dicho su apellido.

Una extraña sensación recorrió su cuerpo, sólo en estas horas el menor sólo le decía Young, ya no le decía Chase, ni siquiera lo idolatraba como antes. Aquel albino que lo seguía, lo admiraba, respetaba o de una forma infantil lo amaba, parecía haber desaparecido. El simple hecho de escuchar como lo llamo el pelirrojo le había provocado algo; enojo en gran parte, pero no sólo enojo, un sentimiento que hacia tanto que no lo sentía que su nombre se le olvido.

Jack no se tentó el corazón, la admiración o los recuerdos se quedaron en el pasado, se había determinado a que Chase Young sería un cliente y como tal lo trataría. No más halagos a él, no más pedimentos de ser un aprendiz y no más admiración con respeto.

"No caeré de nuevo en el error del Jack anterior" se repitió con seguridad.

El silencio se impuso en el pasillo, los felinos se alejaron de inmediato dejando a su amo con el albino. Lo que fuera a pasar, no sería algo agradable o seguro para cualquiera que se interpusiera ante la furia del emperador malvado.

-Spicer- gruño con fuerza el emperador malvado. El gruñido era digno de temer, fuerte, grave y lleno de enojo.

El joven genio sabía a lo que se enfrentaría, la furia de un inmortal malvado parecía ser mucho, pero de una manera extraña Jack estaba acostumbrado a esta o le resultaba distinta en un punto. La sensación de adrenalina empezaba a invadir el cuerpo del menor. La mirada del dragón olivo era muy diferente a lo que se había enfrentado antes.

-te atreviste a desobedecer me, te ocultaste de mi vista, te negaste a seguir ordenes - con cada palabra parecía que perdía un poco más el control, sus ojos tomaban la apariencia de la bestia que tenía dentro de él.

La cordura se estaba perdiendo, el emperador malvado estaba a punto de saltar y asustar aún más al menor. Su cuerpo se estaba transformando, el tamaño de su espalda se comenzaba a ensanchar más y más, su armadura estaba llenándose de grietas.

"Un pequeño adelanto de lo que te espera" pensó sin control el pelinegro mientras sus colmillos empezaban a crecer.

-ten- la mano de Jack se había extendido mientras entregaba su libreta de notas, y sobre estos materiales específicos. Si debía ser sincero, el miedo parecía estar en cada fibra de su ser, pero una parte de él se negaba a permitir que el miedo fuera el ganador en esta batalla. Después de ver la pérdida casi completa de control en el mayor, el pelirrojo dejo a un lado su temor y uso su única carta. Todos sus trabajos del día estaban en esas notas al igual de todo lo que necesitaría.

"Carajo, si esto no lo convence soy Spicer muerto" pensó con nervios y rogando a una fuerza sobre natural a que esa pequeña libreta y lista calmaran a la bestia que estaba a punto de explotar.

Unidos por un wuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora