hazme compañía

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Al leer el último mensaje me emociono pero trato de tranquilizarme.

Que emoción nuestro bombón está aquí.

Yo.
Es tarde.

Trato de hacerme del rogar.

Enric.
No me importa quiero que salgas.

Y como niña obediente que soy, salgo con cuidado que no escuchen mis padres.

Ni si quiera me acordaba que tengo la pijama puesta y mis pantuflas, por un momento me arrepiento por salir así pero es muy tarde Enric ya me vio.

Sonríe recorriéndome con sus ojos cafés llenos de pasión pero con ojeras, se ve cansado y tiene la mirada triste a pesar de que sonríe.

—Wow hasta en pijama te vez sexi.

Sonrió y niego.

—¿Qué pasa porque vienes a esta hora?

—Por que necesito hacerte mía —dice tomándome de la cintura y pegándome a él.

—Enric no, en cualquier momento pueden salir mis padres y no les agradará vernos así.—pongo mis manos en su pecho duro.

—Vámonos al departamento.

—No puedo ya es tarde y regresaría en la madrugada.

—No necesitas regresar, te puedes quedar conmigo haciéndome compañía.

Dice mirándome con ojos de niño bueno.

Si por favor.

—Esta bien solo deja les aviso que voy a ir a la casa de Scarlett y me cambio de ropa.

—No, vamos ya, no necesitó que te cambies de ropa.

—Eres muy insistente ¿sabes?

—No me doy por vencido tan fácilmente.

—Bien solo deja cierro la puerta.—me regresos cerrar la puerta y después subo al coche.

Enric comienza a manejar en dirección al departamento, no se ni que les voy a decir a mis padres si se dan cuenta de que no estoy.

Estoy algo sorprendida que haya venido por mi a estas horas son la 1:30 a.m. Me siento mal, porque siento como si lo único que quisiera es quitarse las ganas conmigo y se que el me ah dejado claro que es solo sexo pero igual no puedo evitar sentirme mal.

—¿Era necesario pasar por mi a esta hora?

—si, mucho—dice serio.

—Ok..

Ninguno dice nada en todo el transcurso del camino.

Llegamos al departamento y me siento en la sala un momento en lo que Enric saca dos copas y las llena de vino.

Me da una a mi y la otra la toma el como si fuera agua.

—¿Enric estas…—soy interrumpida por su teléfono que comienza a sonar.

Contesta la llama y se va al baño.

—¿Y que te han dicho de ella? —escucho que habla fuerte.

>>No sé que hacer, estoy preocupado por ella, temo que le pase algo.

Su tono de voz es triste.

>>Por favor cualquier cosa avísame.

Sale del baño y se recarga en la puerta echando la cabeza hacia atrás soltando un suspiro.

Sin compromiso (Libro I) TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora