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— Su polla era de éste tamaño.— Comienza a reírse a carcajadas mientras me mostrababa su meñique indicando el tamaño del susodicho.
A pesar de que éramos mejores amigas, ella era más habladora y mientras yo era más enamorazida ella jugaba con los muchachos sin compromisos.
Le di un sorbo a mi jugo de naranja mientras reía a la par de con ella.
— ¡Siempre me tocan pollas pequeñas! Desearía conseguir una digna para que me parta en dos.— Habla afligida mientras se cruzaba de brazos y hacia una mueca.
Por un instante, recuerdo aquella caja de preservativos en el departamento del señor Fushiguro.
Diablos. Soy una pervertida.
— Uh~. Parece que tú si has tenido una polla digna, ¡Cuenta!.— Me hace una seña con su mano mientras me miraba con su ceja alzada.
— Sólo recordé algo, sabes perfectamente que sólo he tenido sexo con Math.— Le dije con una leve sonrisa mientras recordaba a aquel chico.
Mi corazón se afligio mientras volvía a sentir un nudo en mi garganta al recordarlo. Aún dolía, y quería convencerme de que ya lo había olvidado.
Pero entregue tanto. Más de lo que debí.
— No menciones a ese pito corto.— Murmuró enojada mientras me señalaba con su tenedor.— Te conseguiré un novio que te alabara como la Diosa que eres.
Solamente reí levemente por sus palabras mientras me recargaba en el asiento.
Un muchacho alto se acerca a nuestra mesa, Fuyumi no lo notó ya que estaba de espaldas. Era un muchacho albino de piel pálida y poseía lentes oscuros y una gran sonrisa se posaba en su rostro.
Rápidamente se acercó para envolver sus brazos en el cuerpo de mi amiga, me sorprendí.
— Neh~. Fuyumi, ¿Ya probaste los macarons? ¡Están deliciosos!.— Alardea con una amplia sonrisa mientra mi amiga le miraba.
Yo miraba incomodamente la escena, tal vez era uno de sus típicos chicos de una ocasión. Algunas veces la perseguían.
— Satoru, pierdete de mi vista. Estoy en una cita.— Le regaña mientras tomaba mi mano Fuyumi.
— Oh, a tu amiga no le molestará que me siente con ustedes, ¿Verdad?.— Me mira para luego unirlas palmas de sus manos mientras me hacía un puchero.
— Y.. Yo.
— Hecho. Me sentaré.
Acerca una silla para sentarse a mi lado sin vascilar, aquel muchacho estaba vestido con un uniforme negro que desconocía.
— ¿No me vas a presentar, Fuyumi? Andaaaa, ella se mira muy curiosa.— Dice emocionado.
Fuyumi sólo suelta un bufido para mirarme.
— Jules, te presento a Gojo Satoru; un maldito imbecil mujeriego, inteligente sólo cuando quiere algo y estúpido la mayoría del tiempo.— Habla mientras lo señalaba.— Y estúpido hermano, te presento a mi alma gemela y hermosa Jules.
Solté una leve risa por su manera de presentarnos, extendí mi mano para estrecharla con la de él. Pero él en cambio la tomó para acercarla a sus labios y depositar un beso.
¿Q.. Qué?
— Un gusto hermosa, realmente los dulces no se comparan con tu hermosura. — Me guiña un ojo y yo solamente le sonreí tímidamente.
— Gracias, un gusto también conocerte, Gojo.
Los tres terminamos desayunando juntos mientras platicábamos sobre lo que hacíamos. Descubrí que el hermano de Fuyumi; Gojo Satoru se dedicaba al legado familiar, no quiso mencionar qué, aunque me daba mucha curiosidad.
Terminamos de desayunar y Gojo terminó pagando la cuenta después de que Fuyumi lo obligó. Los tres salimos del restaurante para caminar hasta el auto de Fuyumi.
— Bien, hermosas florecitas. Tengo una misión que atender, fue bueno verlas.
— Si sí, ya a la chingada. Largo.— Le saca la lengua Fuyumi mientras sacaba las llaves de su bolso.
— Fue un placer verte, Gojo.
Él sonríe ampliamente para luego despedirse para irse caminando del restaurante. Me subí al coche con Fuyumi dispuestas a irnos a la universidad.
Mientras ella conducía y cantaba, yo miraba a través de la ventana.
Siempre deseé un hermano o alguien que fuese cálido y con quien pudiese hablar, toda mi infancia la pasé sola encargandome de todo.
— ¿Odias a tu hermano?.— Cuestione.
— Odiarlo no.— Aclaró.— Sólo me preocupa en lo qué está metido. Quiso seguir el legado familiar y pues, me parece muy peligroso, aunque él es un engreído de mierda.
Yo asentí con la cabeza mientras suspiraba.
Llegamos a la facultad para ambas bajarnos del coche y caminar hasta nuestro salón.
Por los pasillos cruce miradas con Math, él caminaba junto con su bolita de amigos que de igual forma me miraron con una sonrisa.
— Oye, Math. ¿Cuál es la mejor perra de la facultad?
— Claramente Jules Pierre.
Baje mi mirada para luego sentir la mano de Fuyumi tocar mi hombro.
— Oh, Jules. ¿Sabes quién es el tipo con pija del tamaño de un ajonjolí?.— Alardea Fuyumi mientras miraba a Math vacilante.— Claramente no Math ya que su pija sólo es vista bajo un microscopio.
— Perras.
Fuyumi y yo seguimos avanzando hasta llegar a nuestro salón para tomar asiento rápidamente.
Ojalá todo fuese diferente.
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Dudita existencial.
¿Les gustaría que la historia abarcará el tema de maldiciones, chamanes y eso? Aún no me decido. ☹️✨
