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Mi mujer vive en tonos grises.
Ella vive buscando el amor.
No pude arreglarla.
No pude hacer que mejore.
Pero tú, Jules, eres irreparable y creo que yo no puedo atravesar tus caóticas mareas.

Las caóticas mareas que yo ocasione.

Megumi vomitaba en un pequeño bote mientras yo acariciaba su cabeza, pequeños mechones de su cabello se caían y quedaban enredados entre mis dedos.

— Está bien, estoy aquí.— Susurre.

Di pequeñas palmadas en su espalda después de que él terminará de vomitar. Mi pequeño hijo se acomodó en la camilla del hospital y trató de secar las lágrimas que habían sobre sus ojos, adolorido y cansado, habían ojeras debajo de sus ojos. Me senté en la orilla de la cama y dejé el bote en el suelo.

— Oye, eres muy valiente, ¿Lo sabes, mocoso?.— Le sonreí levemente.

Extendí mis brazos en su dirección y él sin rechistar simplemente se hundió en mi pecho, lo abracé con la suficiente fuerza para que se sintiera amado, ojalá hubiese hecho lo mismo con Jules. Acaricié sus mejillas rojizas y húmedas.

— Parece que.. tú también estás cansado, papá.— Lleva su pequeña mano a mi rostro y toca mi mejilla para luego señalar mis ojos. — Pareces enfermo, no te mueras.

Solté una risa seca y lo abracé.

— ¿Tan mal me veo?.— Bromeó y él simplemente asiente con la cabeza rotundamente. — ¿Quieres que salgamos a darte un paseo? Puedo pedirle a la enfermera que me preste una silla de ruedas.

— Quiero dormir, papá.— Susurra contra mi pecho.— ¿Y.. Ya le diste el anillo a la señorita Jules?

Un nudo se forma en mi garganta y la presión en mi pecho regresa.

— No. Ella está... está también enferma y.. creo que ahora debe detestarme.

Siento como golpea mi pecho con su puño, no tiene mucha fuerza pero me toma por sorpresa. Sus pestañas revolotean cuando alza la vista para verme.

— Tienes que cuidarla, quiero tener una mami.

Sonreí débilmente. Lo tomé en brazos y me recosté con él en la camilla del hospital para luego acercar uno de los tantos cuentos que solía leerle después de la quimioterapia, ya no jugaba demasiado, todo el día se la pasaba durmiendo o llorando del dolor, desgarra mi alma

— No la cuidé lo suficiente, no hice lo suficiente para ayudarla.— Murmuré sintiendo ese molesto nudo en mi garganta.— Supongo que.. no fui el mejor novio que ella pudo tener, joder, ¿Cómo iba a serlo? Cuando ella apenas estaba viviendo yo ya.. ya incluso estaba casado.

↪Daddy Issues↩| Toji Fushiguro |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora