↪Daddy Issues↩| Toji Fushiguro |

↪085↩

Pido una disculpa con antelación por los guiones cortos, sé que se miran horribles. ):

Wattpad me los cambio al publicar el cap.

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Repito constantes maldiciones.

Porque no logro entender; a veces me trata como si me odiara y otras veces como si aún me amará.

Y a pesar de ambas, seguía poniendo mis ojos sobre ella.

Hay tanto alboroto en casa; todo es respecto a Camila. Lo asombroso que era que yo desposara a la hija de uno de los mejores amigos de mi padre, ante los ojos perceptivos del clan ella lo tenía todo.

Una buena familia.

Tenía mucho dinero.

Conocía de pies a cabeza el clan.

Era agradable y obediente.

Sólo una marioneta.

Maldita sea, lo detesto, detesto esto.

Después de darme una ducha rápida y colocarme un traje tradicional japonés me dirigí hasta el comedor; ignoro a mis empleados que se atraviesan en mi camino, ignoro a todos en realidad; no hay nadie aquí que me interese. Al llegar a ese lugar visualizó a mi madre, Jinichi, la esposa e hijos de Jinichi y a Camila esperando que yo llegará para comenzar a comer.

Tomé asiento en silencio. El sonido de los cubiertos es lo único que percibo una vez que sirven los platillos en la mesa.

- Señora Zen'in, espero que no le resulté un problema ayudarme a elegir el pastel para mi boda.- Camila le sonríe a mi madre.

- No hay problema, parece que "ese" te está dejando todos los preparativos a ti sola.- Contesta mi madre seria.

- "ese" tiene nombre y a parte es él que te está dando de comer justo ahora.- Hablé molesto.

Mi madre refuña molesta. Escuchó una risa por parte de Jinichi que me hace verlo de reojo irritado, veo como se calla al instante.

- Descuide, señora Zen'in. Entiendo que Toji trabaja demasiado.- Pronuncia Camila mientras le daba un trago a su copa de vino.- Parte de mi deber como su prometida es ser comprensiva con esa clase de cosas, ¿No es así, cariño?

- Pero que encantadora, ¿No crees, hermano?.- Suelta una risa Jinichi.

- Ay, Jinichi. ¡Harás que me sonroje!.- Exclama entre risas Camila.

Ignoro todas esas voces, lo único que importa es que esa mujer se casará conmigo y será todo; todo lo que imagine 2 años atrás quedará totalmente fuera, esto es lo que debo aceptar.

Cuando oscurece y antes de dormir me mantengo en el balcón de mi habitación, hay un cigarrillo sobre la comisura de mis labios, una sonrisa se escapa de mis labios cuando recuerdo como Jules aún recordaba éste molesto hábito. Al instante en que pienso en ella maldigo en susurro, déjala, sólo dejala.

Jamás había sido completamente sincero con alguien.

Mostrando la parte más cruda, mi parte más frágil, mis debilidades y miedos.

Jules los sabía.

Yo también sé los suyos.

- Por Dios, ¿No es muy tarde como para que fumes?