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Viviendo en tonos tristes. Aferrándose a aquel tacto. Sin poder entender que hizo mal.
Encerrada en un cubículo de uno de los sanitarios que estaban en la universidad. Respiraba agitadamente mientras lloraba.
Volvía a sacar aquel post it rosado mientras miraba la pantalla de su celular. Aquella nota que ya tenía manchas oscuras por un par de lágrimas que habían caído allí.
Quería aferrarse a él. A que quizá en un día o dos volvería a verlo.
A veces estaba en medio de las clases y de repente lo recordaba, como un relámpago que dañaba su estabilidad en segundos.
Recordando la sensación de despertar sola. Después de que le había dicho que sus cicatrices eran hermosas. ¿Qué había hecho mal?
Abrazó aquel post it que siempre llevaba a todos lados en su sudadera; olía a él, era su letra, sus palabras, era de él.
Miró la pantalla de su celular para ver todos los mensajes que había enviado pero no habían respuestas.
"Jules. Señor Fushiguro. Por favor vuelva. Seré una buena chica. ¡Quiero saber si está bien! Por favor, no haré nada malo. No diré ya nada estúpido. Toqueme. ¡Le invitaré una, dos o tres cervezas! Podríamos ir a un motel si quiere, yo puedo pagarlo. Lo obedecere, useme. Quiero verlo. Por favor, regresé. Lleveme con usted. Plis, daddy. Lo extraño. Lo necesito. Te quiero. +64 mensajes. Mensajes no vistos. "
Lloré con más fuerza al notar como aún seguía sin mirar mis mensajes, sólo tenía aquella nota, una vil nota que pegó en la palma de mi mano y que fue lo primero que mire al despertar.
" Me iré a Kyoto. Cuidate."
¿Kyoto? Porque no me lo dijo en persona, porque se fue sin despedirse, porque fui tan tonta al quedarme dormida.
¿Volverás? Quiero creer que lo harás. Vuelve, vuelve Toji.
— Jules.— Tocó la puerta del baño Fuyumi.
Seque mis lágrimas con mi sudadera mientras tomaba una bocanada de aire. No tienes porque cargar con mis líos, Fuyumi. No quiero preocuparte.
