¿Qué define a un hombre cómo hombre?
Tenía diez años cuando salía a jugar con mi hermano, Anthony y otro niño, Oliver. Había algo extraño en este tal Oliver, como curiosidad, típica de un niño en esa edad. Nos causaba curiosidad aquella cosa que suele pender de nuestra entrepierna y que extrañamente al tocarse se ponía dura. Dormía pensando en él, tal vez en nuestro ultimo partido juntos, pero cuando despertaba, aquella cosa se sentía dura, con un asqueroso líquido viscoso y blanquecino. Un día mi hermano James, nos descubrió juntos intentando conocer más sobre eso, solo recuerdo que, en su momento, su reacción me pareció exagerada, no hacíamos nada malo, pero el estaba asustado y terriblemente sorprendido. Me hizo jurar que nunca le diría a papá ni a nadie, no me dijo el porqué. A la semana la familia de Oliver había mudado. Nunca le hable a nadie de ello.
Mi padre había querido mandar a James al colegio militar. Yo le había rogado que no se fuera, no toleraba la idea de quedarme solo con mi padre, me aterraba. Mi madre nunca hacía nada, papá a menudo le daba sedandes que la mantenían pasiva todo el tiempo.
— Drew... tengo que hacerlo, papá quiere que vaya, sabes que no puedo contradecirlo.
— Pero me da miedo quedarme con él... — estaba intentando contener las lagrimas.
— Shhh, lo sé. — me toma de los hombros. — Ya sabes que hacer, solo escondete en el armario, si no te encuentra no te pasará nada. ¿Vale?
Decir que mi padre era un hombre duro y estricto es poco. Él solía golpearnos cuando mostrábamos algún signo de debilidad, y si llorábamos era mucho peor, porque entonces no dejaba de hacerlo hasta que paráramos de llorar. Llorar era para el una terrible muestra de cobardía y debilidad, solo las mujeres lloraban, mi madre solía hacerlo arrinconada en silencio.
Mi padre usualmente organizaba reuniones secretas; veía siempre a hombres de traje llegar a la casa, entre ellos el padre de Tony, seguidos de muchas mujeres bellas, esbeltas y jóvenes, algunas demasiado jóvenes. El nos mandaba a dormir cuando estas empezaban, pero cuando James cumplió 15, de pronto resulto invitado y como de un día a otro todo empezó a cambiar, parecía, o me daba la impresión de que esas reuniones empezaban a trastocarlo.
La última noche que lo vi, estaba haciendo una maleta, pero no tenía sentido porque el ya había hecho las maletas para el colegio militar.
— Camilla. — solo me dio esa razón, un nombre. Una prostituta, básicamente. La había conocido en una de las reuniones de papá, tenía solo dieciséis años.
— ¿Estas huyendo por ella? — le pregunte incredulo, no entendía nada.
— Drew espero lo entiendas algún día, cuando el amor y devoción te encuentre, lo harás.
— Prometiste que no me dejarías — solloce debilmente, no lo reconocía. Mi hermano nunca me habría abandonado por elección propia.
— No lo haré, volvere por ti, lo prometo.
Ese dia marco la sentencia del rumbo de mi vida para siempre.
Mi padre enloqueció de ira, a veces tengo el presentimiento que cada acción suya estaba cargada de la frustración que evocaba el recuerdo de mi hermano, y lo peor de aquello es que yo pague todo con mi piel, cada centavo de aquellas acciones. Pues ahora yo me había vuelto el predilecto, el primogénito.
Tenía solo 13 años cuando perdí mi virginidad con una de las mujeres de mi padre, no les importaba si yo era mayor o menor, a ellas solo les importaba las propinas que recibían después de cada polvo. No tenían ninguna importancia, cada quien cumplía con su rol.
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Inocencia perdida (+18)
Novela JuvenilNora es una joven adolescente proveniente de una familia adinerada y privilegiada, no conoce nada de la vida, ni siquiera de si misma, aún así es llevada a un internado católico conservador con el único objetivo de conseguir esposo y casarse al fina...