2. Sábanas Rojas

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Después del desayuno, llego a la primera clase, en un salón lúgubre, igual que todo el recinto, en el solo había unos pupitres de madera y ya. Unos segundos después llega la hermana Marie, una mujer muy joven, con las mejillas rosadas y regordetas, parece más tranquila que la hermana Judy.

– Señoritas, hay cinco cosas que deben saber si queréis salir desposadas, si al final del curso cumplen con todas ellas, créanme que no tendrán ningún problema, para conseguir marido en el primer baile. – Empieza a hablar.

– ¿Primer baile? – le susurro en el oído a Olivia.

– Es el baile en el que las familias de los hombres seleccionan a la esposa, y si han llegado a un acuerdo ambas familias, bailan juntos el primer baile, se supone que es el evento mas importante para todas las chicas aquí. Como si fuéramos una maldita mercancía.

Hago un gesto para pedirle que baje la voz, pero ella se encoje de hombros restándole importancia.

Por otro lado recuerdo haber escuchado alguna vez que fue en ese baile donde contrajeron compromiso mis padres, sin embargo no tengo idea de nada mas, nunca entraron en demasiados detalles; acaso la familia de mi padre había escogido a mi madre ¿así sin mas?

Si lo pienso bien, probablemente era la candidata perfecta, mi madre es una mujer pulcra, recatada y elegante, siempre se mantiene en silencio, abstraída en si misma, se limita a mantener el orden en la casa y a dirigir a la servidumbre, el resto de su tiempo lo dedicó en criarme. Tuvo muchas complicaciones para quedar embarazada, por lo que tengo entendido eso provoco problemas entre mis abuelos paternos y ella, pues evidentemente querían nietos, y ella se sentía muy presionada por ellos, al final nací yo, ellos buscaban un primogénito pero todos los intentos más fracasaron; recuerdo esa época en la que mi madre entro en una profunda depresión a causa de ello. A veces siento que la mitad de ella se quedo ahí, y externo sus problemas en mi, siempre he sentido la necesidad de llenar expectativas muy altas, expectativas que no se llenaron desde que nací mujer, probablemente fue por eso que mi madre fue tan insistente conmigo cuando me mando aquí, soy su única hija, necesitan que me despose un buen hombre y tal vez así darles el varón que siempre desearon, tal vez así, recupere ese lado de mi madre que quedo hundido.

– Entonces, señoritas – continua la monja –Lo que necesitan saber de datos académicos es muy poco, las matemáticas y la historia no les enseñara como atender las necesidades de la casa, de su esposo y la familia ¿verdad? Pero habrá otras que si, como lenguas y modales.

– Agh ¿como puede decir tantas barbaries con una sonrisa en la boca? – otra vez Olivia.

– ¿Por qué lo dices?

– No creerás en serio lo que dicen ¿Verdad? – me pregunta. Me quedo en silencio.

– ¿Qué se supone que debería creer?

Que otra cosa debería pensar, ella de dónde sacara otras ideas cuando estamos tan aislados de la realidad aquí, y si no esta de acuerdo qué hace en un lugar como este, ¿a que aspira realmente?

–Modales sí deberán ser recatadas, calladas, no hablaran a menos que su esposo os pida que lo hagan, su labor esta en engendrar y criar a los niños, y... por supuesto el requisito mas importante para que una familia respetable las seleccione sera que se mantengan en el mayor estado de pureza. Pues después de la noche de bodas, la familia tomará las sabanas rojas, si no estuviera la marca de su castidad, pueden despojarlas de la familia.

¿Pueden realmente echarme si no...? Entonces qué seria de una chica, después de eso, de seguro nada bueno. Finalmente acaba y nos reparte horarios específicos a todas y salimos.


Inocencia perdida (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora