Tu y yo

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No podía dejar de verse en el espejo, Sabito, Makomo y Nezuko esperaban la aprobación del pelirrojo sobre el traje que utilizaría esa noche, asintió apenado viendo por el espejo como sus cuñados y hermana festejaban su logro

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No podía dejar de verse en el espejo, Sabito, Makomo y Nezuko esperaban la aprobación del pelirrojo sobre el traje que utilizaría esa noche, asintió apenado viendo por el espejo como sus cuñados y hermana festejaban su logro.

 —Te ves perfecto, dejarás a todos en esa fiesta de prepotentes ricachones sorprendidos— Tanjiro negó causando una risita catarina por parte de Makomo, la miro aún más sonrojado haciendo que la chica tomara su mano.

 — Olvida que vas a una cena de caridad y que esos viejos buitres estarán ahí, esta noche son solamente tú y Giyu, mi hermanito quiere que esas pasas arrugadas te conozcan y sepan que pueden dejar de mandar a sus hijas a rogar por algo que solo tú tienes y tendrás— Tanjiro asintió, les sonrió con confianza y listo para bajar.

Giyu esperaba por Tanjiro, había sido hechado de su habitación por Makomo bajo la amenaza de dejar que su pequeña pomerania lo mordiera si veía el traje que ella, Nezuko y Sabito habían escogido para su omega, resignado bajo para esperarlos, cuando estaba por preguntar si estaban listos Tanjiro bajo solo dejando al azabache sorprendido.

 —¿M-me veo bien?— Tomioka asintió, analizó al omega, sus mejillas estaban temidas de un fuerte tono carmín, sin pensarlo acortó la distancia tomando su mano dejando un pequeño beso en su nariz.

 —Te ves hermoso— Tanjiro sonrió al escuchar al alfa, se sorprendió cuando el azabache lo beso, atontado bajo las escaleras sin soltar la mano del alfa hasta que ambos entraron al auto y la suave música del estéreo llegó a sus oídos.

Veía su mano siendo sostenida por la del alfa, ambos caminaban despacio hasta la entrada de aquel enorme lugar, Giyu le sonrió al ver que miraba atentamente todo con curiosidad, el pelirrojo se sonrojó apegándose más a él, inmediatamente varios pa...

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Veía su mano siendo sostenida por la del alfa, ambos caminaban despacio hasta la entrada de aquel enorme lugar, Giyu le sonrió al ver que miraba atentamente todo con curiosidad, el pelirrojo se sonrojó apegándose más a él, inmediatamente varios pares de ojos los miraron, Tanjiro no hizo más que aferrarse a la mano del alfa mientras entraban al lugar.

Veía a lo lejos al azabache, Giyu sin duda era demasiado codiciado por chicas y chicos que no dejaban de revolotear a su alrededor, suspiro al verse rodeado de personas que cuchicheaban entre sí sin dejar de mirarle, completamente aburrido se sumió en el cosquilleo que las burbujas del champán hacían al bajar por su garganta.

Giyu se disculpó con los empresarios con los que hablaba, buscó a Tanjiro viéndolo con los ojos cerrados y sonrojado, al acercarse pudo ver que el omega estaba algo pasado de copas.

 —Creo que morí, veo un ángel, o eres dios?— el azabache nego, la risita traviesa de tanjiro llamo su atención cuando el omega lo abrazó abultando  los labios en espera de un beso, sin hacerlo esperar el alfa lo beso, Tanjiro siguió el beso aferrándose al alfa, cuando se separaron Giyu lo tomo en brazos para irse del lugar bajo la mirada atenta de los curiosos.

 — giyuuu eres tann hermoso ty lindo, sabes muero por ftener bebés, lindos begébs pareucidos aa ti... f¿tú quieres beblés? — el azabache miro al omega quien esperaba una respuesta, lo beso de nuevo mientras asentía despacio, con cuidado dejo al omega en el asiento del copiloto, al subir Tanjiro se sentó a horcajadas sobre el desatando torpemente su corbata y camisa.

 —Hagamos dun pbebé ahora,justo aquí— el alfa miro sorprendido al pelirrojo, Tanjiro lo veía de una manera tan provocativa que sin dudarlo dejo al omega en el asiento de nuevo para conducir hasta su hogar, al entrar Tanjiro lo llevo hasta el sillón para continuar con lo que en el auto no había podido hacer.

 —Sólo somos tú y yo mi querido  A-l-f-a~ — esas palabras bastaron para que Giyu lo besara quitando una a una las prendas de su cuerpo tocando con delicadeza la suave piel del omega que solo se deshacía en gemidos suaves.

ℰ𝓁 𝒶𝓁𝒻𝒶 𝒾𝒹ℯ𝒶𝓁.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora