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Tanjiro miraba al azabache junto a el y a Sabito frente a ellos, los ojos de Sabito analizaban la reacción de el pelirrojo al ver las invitaciones que el personalmente había diseñado para la boda del amargado de su hermano y su bello y adorable cuñado.
—¿Y bien?, si quieres cambiar algo solamente dilo, si es una basura sólo endulza el comentario—, Tanjiro negó, miró a su alfa quien se mantenía en silencio analizando la caligrafía de aquel papel.
— Son perfectas, gracias Sabito— el ojilila sonrió, abrazo al pelirrojo que correspondió de inmediato, desde hacía tres meses Sabito se desvivia por el y complacer hasta el más mínimo gusto que tuviera, y es que era imposible negarle algo a su alegre cuñado, desde que Sabito se había enterado que Giyuu planeaba pedirle matrimonio a Tanjiro no dudo en organizar una pequeña pero elegante reunión con toda la familia del omega, sus amigos más cercanos así cono sus hermanas y abuelo.
El pelirrojo agradecía la ayuda del mayor, apesar de que habían pasado tres meses y que poco a poco intentaba superar lo que había pasado le era difícil, por suerte no estaba solo en esto, todos las personas importantes para el le ayudaban y el no hacía otra cosa más que agradecer con pequeñas sonrisas que alegraba el día de los demás.
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Mantenían sus manos unidas, todos los observaban con cariño, en la mano del pelirrojo se podía ver un pequeño anillo con un rubí en el centro, Sumiyoshi no contuvo las lágrimas al recordar cuando el se vio dando el si a un insistente Yoriichi que hizo todo lo posible para estar junto a el, Zenitsu por su parte lloraba a mares, las hormonas le habían jugado mal, Uzui a su lado se encontraba igual, y es que recordaba como el rubio le había negado el si más de trescientas veces después de conocerse incluso a días de su boda su pequeño rayo de luz se había negado de nuevo la nostalgia lo invadió provocando el llanto disfrazado de una sonrisa que daba miedo.
Por esa noche todos celebraron junto a la pareja, cuando el amanecer llegó solamente Tomioka y Tanjiro se encontraban despiertos y mirando como el sol hacia acto de presencia en aquel bello amanecer.