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Había pasado una semana desde que Tanjiro y Giyu habían comenzado a vivir juntos, para esa primer semana Giyu disfrutaba llegar a su hogar y ser recibido por una bella y calida sonrisa por parte del omega.
Tanjiro por su parte disfrutaba su tiempo junto al alfa, en cuanto Giyu llegaba de la oficina el procuraba recibirlo con alegría, sabía que el alfa llegaba cansado y fastidiado de la oficina, por eso se había propuesto recibirlo de buen humor y con una sonrisa.
Para cuando la hora de la cena llegaba los dos cocinaban juntos con alguna melodía de fondo, inocentemente los dos se sumian en un coqueteo que terminaba con Tanjiro sonrojado y Giyu feliz de provocar eso en el omega, pero esa nohe todo fue diferente, en cierto punto de su rutina de coqueteos Giyu decidió avanzar un poco, tomando la mano del omega y acercandolo a el decidió darle un par de besos que fueron correspondidos al instante.
A partir de esa noche Tanjiro recibía al alfa no sólo con una sonrisa deslumbrante, también a suaves besos que hacían al azabache suspirar.