Las horas no son suficientes.

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El alfa observaba a su adorado omega, Tanjiro jadeaba y mordía su labio inferior mientras el quitaba prenda por prenda de su cuerpo, el pelirrojo lo miró con  súplica, lo que causó cierto placer para el.

— A-alfa, q-quiero~— el azabache sonrio al escuchar al omega, con delicadeza separo las finas piernas del pelirrojo acariciando su caliente piel, siguió su camino de caricias hasta llegar a su entrada, Tanjiro se estremeció al sentir los dedos del alfa pasarlos un par de veces por su entrada y muslos, pequeños jadeos y suplicas a medio hacer era lo único que el pelirrojo podía pronunciar en ese instante, el azabache encantado siguió haciendo lo mismo viendo como de a poco el lubricante natural de omega comenzaba a salir mojando sus dedos los cuales no dudo en llevar a su boca para probar tan exquisito elixir, el omega al verlo no pudo hacer otra cosa más que jadear en excitación total.

—Bien cariño, continuemos, relájate, yo me haré cargo de todo— el omega asintió, suspiro entrecortadamente al sentir varios besos y la lengua del alfa en su piel, un pequeño gemido salió de sus hinchados labios al sentir que el azabache había introducido uno de sus dedos de manera tan delicada que apenas si se había dado cuenta que el azabache había comenzado a prepararlo para lo que vendría después.

—Bien cariño, continuemos, relájate, yo me haré cargo de todo— el omega asintió, suspiro entrecortadamente al sentir varios besos y la lengua del alfa en su piel, un pequeño gemido salió de sus hinchados labios al sentir que el azabache había intr...

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Miraba atento las expresiones del pelirrojo, el omega se veía encantador con aquel sonrojo abrasador pintando sus mejillas de un fuerte tono carmín, sus labios hinchados y entre abiertos le invitaban a probarlos de nuevo, retiro sus dedos al considerar que el pelirrojo estaba listo, con cuidado se colocó entre sus piernas sonriendo al ver que el omega se apresuraba en abrir su pantalón.

— A-alfa lo deseó~, lo quiero~— con una sonrisa el azabache se acercó a los dulces labios del omega, alineó su miembro despacio haciendo presión para entrar poco a poco sin lastimar a Tanjiro, el pelirrojo solo jadeo sin dejar de mirarlo, cuando estuvo completamente adentro espero un poco para comenzar a moverse.

Un suave y lento vaivén comenzó, el pelirrojo cerró sus ojos disfrutando lo bien que lo hacía sentir Giyu al ser tan gentil, con las manos temblorosas se aferró a su espalda, el azabache por su parte disfrutaba la vista que tenía del omega debajo suyo, con el cabello desordenado, las mejillas rojas y calientes al igual que el resto de su piel.

—Sabes mi lindo omega, las horas no serán suficientes para nosotros— Sin prestar atención el omega asintió, se perdió por completo en el momento, tanto que ni siquiera se percato de las horas que habían pasado estando entre los brazos de su alfa.

ℰ𝓁 𝒶𝓁𝒻𝒶 𝒾𝒹ℯ𝒶𝓁.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora