ℰ𝓁 𝒶𝓁𝒻𝒶 𝒾𝒹ℯ𝒶𝓁.

Dulce

Zenitsu miraba mal a Tengen, el alfa no dejaba de rogar por su perdón, el rubio giro para evitar verlo, de repente el recuerdo de cuatro años atrás llegó a el, una enorme nostalgia lo invadió al recordar como había conocido al alfa, cuando se enteró sobre que serían padres, el rubio suspiro, giro de nuevo para ver al alfa, Uzui le sonrió, se acercó a el para abrazarlo, Zenitsu se aferró a su alfa deleitandose con el olor a algodón de azúcar, caramelo y chocolate amargo del peliblanco.

—Tendremos otro hijo Tengen—, el alfa asintió, tocó con cariño el rostro del rubio, Zenitsu tenía aquella dulce mirada, la misma que vio cuando vieron la ecografía de los gemelos por primera vez, aquella que vio cuando lo conoció.

— Zenitsu, tendremos otro extravagante  pedacito de cielo, no se como agradecer todo lo que me das, todo lo que tengo gracias a ti, agradezco mucho haberte encontrado, mi hermoso rayo de sol—, Zenitsu mira a su alfa, varias lágrimas salen de sus ojos, Uzui lo abraza mientras escucha el llanto del rubio.

El resto de su tarde lo pasan entre mimos y pequeñas caricias acompañadas de besos, porque para Uzui no hay nada en la tierra que sea más dulce que su amado, hormonal y temperamental omega al que ama más que a su vida.