Se miraban en silencio, el omega daba pequeños ronroneos acompañados de besos que el alfa correspondía más que encantado, seguía complacido de haber marcado al omega horas atrás y ver como el pelirrojo no hacía más que ronronear y sonrojarse, en completa complicidad ambos decidieron ocultar que ya había una marca de por medio a toda la familia del pelirrojo y a Sabito, sobre todo a el, esperarían a petición de Tanjiro hasta el fin de semana que todos en el hogar de sus padres estarían presentes por su aniversario para ponerlos al tanto, Tomioka aceptó al ver y sentir la emoción de su omega.
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El viernes había llegado, Tomioka suspiro antes de entrar al hogar de sus suegros, Tanjiro le sonrió dulcemente mientras lo llevaba hasta la cocina donde Sumiyoshi terminaba de organizar a sus hermanos con lo que cada uno tenía que ayudar para agilizar la cena.
El omega mayor sonrió al ver al mayor de sus hijos, saludó cálidamente al azabache quien respondió con un casi inaudible hola buenas tardes, Tanjiro sonrió antes de mandar a su alfa al jardín a buscar a su padre, estando solos el omega menor aprovechó para contarle a su padre sobre la marca, antes de que Sumiyoshi pudiera decir algo Nezuko se le adelantó, los tres celebraban discretamente aquello.
Desde el jardín Yoriichi sonrió, gracias a su lazo con Sumiyoshi se enteró que su omega estaba feliz y eso a el lo hacía más que feliz, lo hacía sentirse dichoso, cuando vio a Tomioka frente a el no dudo en ofrecerle una cerveza que el azabache acpeto con gusto, para cuando el momento de la cena llego toda la familia se había encargado de hacerlo sentir bienvenido y querido, al ver a Tanjiro supo que el omega estaba más que feliz.
Así fue como el camino a su hogar se tornó tranquilo y feliz, antes de llegar el pelirrojo mencionó algo que hizo a su corazón latir con fuerza.