ℰ𝓁 𝒶𝓁𝒻𝒶 𝒾𝒹ℯ𝒶𝓁.

Es el.

El pelirrojo se encontraba entre los brazos del azabache quien olía su cuello y soltaba varios suspiros, las temblorosas manos del pelirrojo tomaron con fuerza el sacó del alfa, Zenitsu se preocupó al ver que las orejas y esponjosa colita de conejo de su amigo se hacían presentes, si saber bien que hacer, estaba por intertar separarlos cuando Tengen se lo impidió.

- Necesitamos una distracción para separarlos-, Zenitsu asintió, su alfa lo miro mientras dejaba una zanahoria en su mano.

-¿Tú en verdad estás tonto cierto?-, el peliblanco miro a su omega, Zenitsu lanzó la zanahoria lejos, ambos suspiraron, antes de poder decir algo Tengen le sonrió a su omega.

-Tengo una idea-, Zenitsu miro a su alfa sin comprender a lo que se refería, sólo lo vio correr para después impactar en contra de el azabache.

Asustado corrió hacia Tanjiro para revisar que estuviera bien, el pelirrojo sólo lloriqueo por no estar en brazos de el azabache.

- Cariño, atare a Giyu a un árbol, dale un supresor a Tanjiro-, el rubio asintió,busco entre sus bolsas el supresor, en cuanto logro hacer que el terco conejo tomará el supresor lo abrazo a modo de consuelo.

- La bestia esta domada, le di un supresor fuerte a Giyu-, Zenitsu asintió, los dos se quedaron en silencio hasta que escucharon las protestas y quejas del azabache.

-Llamaré a los padres de Tanjiro para que lo lleven a casa-, Tengen asintió, miro a su amigo que luchaba por soltarse, tomando su celular llamo a la única persona que podría ayudarle.

Buscaba desesperadamente al peliblanco, desde la llamada que había interrumpido su sesión de belleza, suspiro al ver a lo lejos a su hermano y al peliblanco, cuidando que sus pantuflas no se llenaran de tierra.

Al mismo tiempo que el chico en pijama llegaba, los padres del pelirrojo hacían acto de presencia en el lugar.

- Uzui Tengen más te vale tener un buen motivo para haberme llamado y haber interrumpido mi noche, ¿dónde está Giyu?-, el chico se paró frente a el peliblanco, Tengen evito reír al ver la pijama de borreguitos que el recién llegado llevaba.

-Es un gusto verte Sabito, tu hermano está en ese árbol-, Sabito miro hacia el árbol, ignoro al azabache para centrar su atención en Zenitsu, viendo al pelirrojo sollozar entre los brazos del rubio.

- ¿Que piñas pasó aquí Tengen?-, el peliblanco hizo una mueca, los padres de Tanjiro también esperaban una explicación.

- Verán, lo que pasó es qué, al parecer, Giyu y Tanjiro, son destinados-, Sabito y los padres del pelirrojo miraron a los mencionados, tras unos minutos de silencio Sabito solto un grito agudo que asustó a todos.

-¡Por fin!, y yo que pensaba que mi pobre hermano se quedaba a vestir santos, pero miren, hay que lindo está mi cuñado, ¿ustedes deben ser los suegros de mi tonto hermano?, un gusto por cierto-, la pareja asintió, Sumiyoshi se acercó a su retoño quien lo miro con los ojos llenos de lágrimas.

-Mi niño, encontraste a tu alfa-, Tanjiro sonrió ante lo dicho por su padre, todos estaban tan entretenidos en hablar, que en algún punto Giyu se pudo soltar, aprovechado el momento de distracción tomo al pelirrojo de nuevo entre sus brazos para esta vez morder al pelirrojo dejando una marca, nadie hizo nada, todos miraban con sorpresa como el azabache se aferraba al omega quien sólo se dejo hacer, todos menos Sabito quien se acercó hasta su hermano para intentar separarlos.

-¡Giyu no!, perro malo, deja al niño-