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Intentaba controlar sus jadeos, sus manos se aferraban con fuerza a la tela del sillón, mientras el alfa lo embestía con fuerza.
No podía evitar estremecerse al sentir como el azabache acariciaba la piel de sus muslos y pasaba su lengua por su cuello donde también dejaba pequeñas mordidas, una fuerte embestida lo hizo gemir con fuerza, encantado con aquella melodía, Tomioka continuó embistiendo de la misma manera al omega,que no hacía más que mover sus caderas al mismo ritmo que las embestidas del alfa.
Tomioka continuó embistiendo con fuerza, su mano trazó un camino de caricias que acabaron con su mano tomando con cuidado el miembro del omega para comenzar a masturbarlo delicadamente, ante la sensación satisfactoria Tanjiro no pudo evitar correrse, aún con la sensación presente de placer, el alfa aprovechó para morderlo,dejando una perfecta y bien situada marca que se encargó de limpiar y besar provocando que el omega se corriera una vez más.
